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“Estoy en el proceso de recuperar a mis tres hijos”: Fredy Guarín habla de su adicción al alcohol
En entrevista con SEMANA, el exfutbolista contó el proceso que lleva para salir del alcoholismo. Dice que quiere ser un ejemplo para los que atraviesan la misma situación y que desea darle un cierre digno a su carrera como futbolista.
SEMANA: Fredy Guarín, bienvenido a SEMANA. ¿Cómo vio la convocatoria de Néstor Lorenzo para la Copa América?
Freddy Guarín, exfutbolista de la Selección Colombia. (F. G.): Este un equipo que se viene conformando ya hace un tiempo. Un grupo con experiencia y algunos chicos jóvenes, que está funcionando, está dando resultados y está cada vez más compacto. Fluye más el juego de esta selección actual. Muy contento la verdad y yo me ilusiono mucho como hincha con el proceso que tiene este equipo.
SEMANA: A usted le tocó Néstor Lorenzo como asistente, ¿cómo lo describe y recuerda?
F. G.: Es de admirar, lo respeto mucho, es un gran ser humano, antes que nada. Admirar también por el trabajo que viene haciendo, que es muy completo, tanto al interior como en el campo. Quiero desearle lo mejor en esta nueva Copa América.
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SEMANA: ¿Quién es el Fredy Guarín de esta Selección Colombia?
F. G.: Son muy tesas las comparaciones (risas), pero me gusta mucho el juego de Kevin Castaño, me encanta. Lo tengo muy presente. Desde hace rato que cuando jugaba en Águilas lo veía a jugar y me parece muy bueno.
SEMANA: ¿Colombia tiene que ser campeón de la Copa América?
F. G.: Yo creo que tenemos una linda expectativa, una muy buena selección. De un tiempo para acá venimos creciendo mucho. Llevamos ocho años, si no estoy mal, aproximadamente desde la época de profe Bolillo Gómez en el que empezó el crecimiento abismal, que se fue ganando un nombre importante a nivel mundial y un respeto. Creo que uno no puede plantearse las cosas de un día para otro. Viene un proceso de la selección muy importante, muy bueno, muy positivo. Hay que ir poniendo las metas importantes, no sé si en esta Copa América, pero conseguiremos algo con esta generación. Me ilusiono mucho porque tenemos una gran selección, un gran entrenador, un cuerpo técnico muy bueno y la motivación de los muchachos, las ganas. Yo sé que ellos están pensando también en levantar en algún momento una copa Copa América, una Copa del Mundo. ¿Por qué no soñar con eso?
SEMANA: ¿Qué piensa de James Rodríguez y su presente de cara a la Selección?
F. G.: A James lo admiro mucho, de siempre. Lo conozco como persona, como jugador. Independientemente de cómo James esté en su actualidad con el equipo, él se pone esa camiseta tricolor y ya sabemos lo que ha demostrado, lo dicen los números, los partidos. No tenemos que dudar, recordemos que James hizo un Mundial extraordinario y repito: cada vez que se puso la camiseta de la Selección Colombia respondió al mil por ciento. Siempre, deseándole lo mejor a él, porque sé que es un líder impresionante. Él inspira dentro de un grupo y las ganas que tiene son muy grandes y eso contagia.
SEMANA: ¿Y Falcao? ¿merecía un llamado?
SEMANA: Hablemos de Millonarios, ¿cómo ve la actualidad del proceso Alberto Gamero?
F. G.: Yo lo sigo mucho. A mi Millos lo sigo desde siempre, desde que tuve la posibilidad de vestir la camiseta y ahora más que nunca. Millos nos ha mostrado que todo es posible y que es un equipo que les ha dado rendimiento los jugadores jóvenes, con los de experiencia. El fútbol colombiano nos da esas expectativas de estar muy bien en un semestre y al otro no. Millonarios pasa por eso. Está en cuadrangulares, todavía está ahí; como hincha, esperamos que el club mejore. Ahora, este no es un proyecto de corto plazo. No es de seis meses, un año. Hay que pensar en grande y a futuro. El trabajo se está haciendo bien, pero se está juzgando al equipo por un semestre.
SEMANA: ¿Se arrepiente de haberse ido como se fue de Millonarios?
F. G.: De las cosas buenas o malas, más de las malas, uno no se tiene que arrepentir porque son experiencias que se tienen que vivir. Sí tengo mucho dolor y no lo he sanado, estoy en ese proceso, porque me duele haber dejado a Millonarios, a mi club. Me duele muchísimo, porque yo estaba con mucha ilusión. Es una experiencia que tenía que vivir de esa forma. Hoy me fortalezco en decisiones no tan buenas que he tomado y trabajo en ellas. Voy atrás para no fallar nuevamente. Millonarios fue una experiencia linda que desafortunadamente no sucedió como yo personalmente quería, como los hinchas querían, como el club quería. Debo decirle a ese seguidor, al presidente, al profe Gamero, a mis compañeros, que algunos están todavía ahí, una disculpa porque la verdad era una ilusión que teníamos todos y no la concretamos de la mejor manera. Les mando un gran abrazo y que sepan que lo llevo muy presente fuera del campo.
SEMANA: Pasemos a su vida personal. ¿Cómo está hoy Fredy Guarín?
F. G.: Estoy feliz, no me cambio por nada en el mundo. Estoy viviendo el día a día. Con mucha ganas de poder vivir una vida normal, tranquila, proyectada. Hoy estoy plenamente en paz y con muchas ganas de poder vivir la vida de una persona normal, una persona que se levanta, entrena, trabaja, llega en la noche a la casa y descansa.
SEMANA: ¿Por qué no tiene una vida normal?
F. G.: No tenía una vida normal. Hoy no me atormenta nada. Estoy viviendo una vida en paz conmigo mismo. Aunque el jugador de fútbol no viva una vida normal al 100 %. Cuando yo me retiro del fútbol y más de la forma como me retiré, que no fue algo adecuado, quedé con esa sensación de: ¿qué hago ahora?, ¿qué me pongo a hacer? Lo mío fue durante 20 años entregarme al fútbol y es lo que yo sé hacer. También, no me preparé para otras cosas. Quedé como desamparado y tomé decisiones que no fueron buenas. Me tocó aprender. Vuelvo atrás para recordar lo malo que hice, impulsarme para adelante y seguir llevando la mejor vida.
SEMANA: ¿Qué pasó con usted? En redes se le ha visto tomando, en malas situaciones familiares, llorando...
F. G.: En algún momento lo tenía que explicar. No es una obligación, pero sí hay gente que tiene un cariño enorme por Guarín. Familiares, hinchas, clubes. La verdad fue que me desvié. Mi decisión fue aferrarme al alcohol, muchos errores cometí, malas decisiones, herí a mucha gente, hice sentir mal a mis allegados, mi círculo social, familiares. El alcohol siempre fue el peor detonante para todo lo que vieron ustedes.
SEMANA: ¿Usted es alcohólico?
SEMANA: ¿En qué momento cayó en el alcoholismo?
F. G.: Yo fui alcohólico social durante varios años; estando activo en el fútbol, vivía en un consumo. Ahí empezó mi proceder y a descargarme, por decirlo así, en tomar malas decisiones. Cuando salgo de Millonarios fue el punto más profundo que toqué, porque durante estos últimos tres años caí en el fondo de mi adicción. Ya no daba, había perdido mi dignidad, mi círculo social cercano, la confianza de seres queridos y de lo más importante y valioso que yo tengo, que son mis tres hijos. Perdí muchas cosas de valor sentimental, amoroso. Llegó un punto en que ya no podía más seguir de esa forma. Me tocó pedir ayuda, ya lo había hecho varias veces, pero había recaído. Me tocó rendirme y entregarme a mi ser superior, a unos profesionales con los que estoy trabajando y poder remediar muchas cosas que no estuvieron bien hechas. Recuperar la confianza tanto mía, como la de mis hijos, la de mis familiares. Proyectarme y aceptar fue lo principal. No podía solo y me dejé ayudar. Estoy en ese proceso. Con toda seguridad lo puedo decir: este es el definitivo. Ya le toqué la puerta al diablo y no es lo mejor.
SEMANA: ¿Recuperó a sus hijos, a sus papás?
F. G.: Dios, cuando hay amor amor de verdad, se puede decir y sentir que los perdí, pero ellos nunca me perdieron. Estuvieron ahí orando, intentando, cuando estuvieron que estar en silencio, estuvieron en silencio. Puedo decir que mis padres estuvieron, están y estarán ahí para mí como hijo. Estuvieron en las peores, en la perversión de su hijo. Siempre estuvieron con amor, por ese lado me siento feliz, contento. Pronto les voy a dar un abrazo, decirles que los amo y agradecerles por todo. Con mis hijos estamos en ese proceso. Estoy en el proceso de recuperar a mis tres hijos. Están en su espacio. Yo respeto mucho también las decisiones que de alguna u otra forma hayan tomado. A mis hijos los amo y estuve pagando por un tiempo. Ya sé cuál no es el camino y que el camino es Dios que me fortalece cada día y una vida sobria, sana, para poderles dar todo limpio y un amor infinito que tengo con mis hijos.
SEMANA: ¿Perdió mujeres valiosas?
F. G.: Yo perdí mi matrimonio, perdí mi hogar, mi familia. Estamos hablando de Andreína Fiallo. Todo por el alcohol, porque mientras consumía, tomaba malas decisiones. Me duele mucho haber perdido ese hogar, porque es un hogar que yo construí desde el inicio, de la nada. Ella fue una gran compañera, excelente mamá y me queda aceptar, perdonarme y desearle lo mejor en su vida. Que siga siendo esa excelente madre que es y desearle lo mejor, bendiciones y que un día también ella pueda perdonarme. Al final somos dos padres que desean lo mejor para sus hijos. Quiero poder tener una relación buena, basada en el respeto. Yo creo que se pueden hacer cosas muy buenas y tomar buenas decisiones con respecto a nuestros hijos. Con Sara Uribe me di otra oportunidad en la vida, en un nuevo hogar y no funcionaron las cosas. Ella me enseñó muchas cosas y la respeto mucho, valoro mucho todo lo que ella hizo para poder construir un hogar bonito, sano. Tomé malas decisiones por el alcohol. No estaba en la misma sintonía. Tal vez son cosas que se tenían que vivir y también desearle lo mejor a ella. Es una gran madre con Jacobo que es un amor de Dios y ahí están los valores que ella tiene y que le ha mostrado en sus cinco años de vida a nuestro hijo.
SEMANA: ¿Cuál fue su mayor miedo en todo lo que ha vivido?
SEMANA: ¿Estuvo cerca de la muerte o de una cárcel?
F. G.: Sí, la verdad que en ese camino oscuro en el que estuve, estuve cerca de la muerte porque no tuve respeto, no tuve límites, no tuve valor y me fui dejando llevar cada día más a ese hueco. Toqué las puertas del infierno. Ya sé lo que es eso y no quiero volver nunca más en mi vida. No es muy chévere esa oscuridad y esa esa intranquilidad con la que vivía. No medía los riesgos alcoholizado. Fueron momentos muy dolorosos. La cárcel era lo que estaba viviendo. El día que pasó lo que pasó con mis papás, no me llevaron a la cárcel; de hecho los policías fueron cordiales, tranquilos, me montaron al carro, nunca me esposaron o maltrataron. Fueron conscientes y profesionales. Se portaron muy humanos conmigo, pese a que yo estaba agresivo.
SEMANA: ¿Vio el video de Sara Uribe en el que supuestamente le entregaba la custodia de su hijo a usted? El de “invierte los papeles”...
F. G.: Ese día mis amigos y allegados me escribieron dizque armándome plan para que nos fuéramos con los pelados. Me decía: “vámonos pa’tal lado, pa’tal otro”. Casi todos tienen hijos también y me escribían que bacano que me quedara con Jacobo (risas). Pero no, yo me levanté a las 7 de la mañana y tenía un poco de mensajes. Claro que lo vi y la verdad es que Sara tiene un valor impresionante, porque no es fácil salir a hablar de estos temas que tocan y llegan de una manera o muy buena o muy mala. No tiene punto medio un mensaje así. Pero vamos al contexto del mensaje y es bonito. Hay que ver lo bueno, estoy en un punto de mi vida que a lo malo no le pongo cuidado. Ella nos está mostrando que tenemos que ser mejores padres, darles más tiempo a nuestros hijos. Ella lo habló general, pero me lo tomo personal por ser la madre de mi hijo y es a él al que nombra. En mi caso, anduve en un camino oscuro, no me quería, no me aceptaba, no me valoraba. Si yo no estaba bien, ¿qué les iba a dar a mis hijos? El caso de Jacobo a mí me tocó mucho, porque a mí me daba temor hacer sentir tan mal a mi hijo, que ya tiene cinco años, como hice sentir mal a mis hijos mayores Daniel y Danna. Entonces tomé la decisión de no estar con mi hijo para no hacerle ese mismo daño. Sé que no lo van a entender, pero yo hoy día lo estoy entendiendo. ¿Que si quiero estar con Jacobo? Sí, estoy para las que sea con mi hijo. Tengo mi corazón limpio, sano, tengo todo el tiempo para ellos. Que cuenten conmigo en cualquier momento, lo primero que quiero hacer es darles un abrazo a mis hijos y que vean a este padre renovado. Quiero que mis hijos disfruten de un padre sobrio, amoroso, responsable, darles todo el tiempo del mundo. Ellos y mis padres son lo más importante, valioso, lo que yo más amo en mi vida. Quiero dar solo amor, no más tristezas, no más decepciones. Tienen a un padre, hijo, hermano que se está limpiando, que hace todo bien. Ahora, si Sara me quiere dar a mi pelao, bienvenido (risas). Es sarcasmo, pero sí, que sepa que aquí estamos. Estoy dispuesto pa’las que sea, poderlos ver a los ojos, pedirles perdón, deseo de todo corazón disfrutarlos y que me disfruten a mí.
SEMANA: El mensaje de ella se tomó como si usted fuera mal papá. ¿Usted es mal papá? de 1 a 10, ¿qué calificación se pone?
F. G.: La gente saca sus conclusiones en redes sociales, que dan para todo. No me dejo afectar de las opiniones, no las dejo entrar. Lo de la calificación, se las dejo a mis hijos. Ellos son los que tienen todo el derecho de evaluarme. Ellos y Dios conocen mi corazón.
SEMANA: Del mundo del fútbol, ¿quién lo ha ayudado? Falcao es uno que le deja mensajes muy lindos en redes sociales.
F. G.: Cuando yo hablo que perdí mucha parte de mi familia, mis hijos, allegados, también me refiero a que perdí a mis amigos de verdad. Perdí el respeto y muchas cosas. Pero muchos de ellos estuvieron ahí siempre. Sé quiénes son mis amigos, los que me quieren ver bien. El tiempo te lleva a reconocer eso. Sé quienes estuvieron en mis peores momentos. Falcao, James, Juan Fernando Quintero, Ospina, Cuadrado, Zanetti, Córdoba y otros se me pasan, que estuvieron ahí firmes y finos en esos momentos oscuros. Se pusieron a 13, como les digo yo, y a disposición para ayudarme. Otros, sin decir una palabra, se fueron yendo. No eran amigos.
SEMANA: ¿En qué consiste su proceso de recuperación?, ¿requirió internarse?
F. G.: Sí, me tuve que internar. Pero, principalmente, me tocó rendirme, entregarme a Dios, pedirle perdón. Todo empezó desde lo espiritual. Le pedí que me mandara a las personas adecuadas, esos ángeles para que puedan guiarme en este proceso, y me las mandó. No ha sido fácil, porque me tocó volver al principio, desde que tengo uso de razón: recordar cosas del pasado, empezar desde cero. Identificar lo que me hacía mal y poder sanar, también perdonarme. Luego llegó la desintoxicación.
El fútbol a mí me enseñó a ser disciplinado y a trabajar. La forma más bonita en que llevo este proceso es a través del deporte: físicamente, mentalmente, psicológicamente, espiritualmente, me reto a mí mismo, me enfoco y lo disfruto.
También, la decisión de no beber más alcohol, que es una decisión del día a día, solo por hoy digo “no bebo más”, pero me toca tomarla y quiero tomarla cada 24 horas. Ha sido lindo, fue duro, lo sigue siendo, pero toca afrontar. Del tiempo que llevo en esto, no voy a hablar, pero les aseguro que de las 24 horas del día estoy trabajando 10 con un grupo de psicólogos, psiquiatras, entrenadores, de todo. Es un grupo muy completo.
SEMANA: ¿Quiere ser un ejemplo con esto que está logrando?
F. G.: Eso es lo lindo de la vida. Así como fui en su momento juzgado, señalado, cuando uno ya va cambiando cosas, como en el caso mío, esa misma persona que te juzgó, te señaló, después te reconoce la admiración, el esfuerzo y se inspira, que es lo mejor. Qué más lindo que poder recibir un mensaje diferente. Los que escribieron cosas feas me han dicho “me callaste la boca”, aunque no se trata de eso. El reconocimiento de esa misma persona, que te valore el esfuerzo que has hecho y que se inspire es el regalo más bonito que Dios me dio. Ojalá no lleguemos a tocar fondo, a tocar la puerta del infierno para poder cambiar la vida o tomar mejores decisiones. Que los que pasen por esto, de una vez se den cuenta del mal que se están haciendo. Deseo que así como un día gritaron mis goles y admiraron mi fútbol, hoy, fuera del campo, les pueda dar ese apoyo anímico y mental, esa fortaleza, resiliencia, ganas, que sí se puede.
Simplemente es la cabeza, a esos hermanos del dolor decirles que aquí hay un hombre que cayó muy bajo, pero que no se procupen que Dios los va a salvar y nos da oportunidades. Es solo tomar la decisión y eso no vale nada, eso no vale un peso. Tomarla por mí y para mí. A esa gente que está caída, animarla a que siga adelante. No se dejen caer, no se sigan maltratando. Los invito a hacer cosas diferentes y crear entornos diferentes. Que si yo pude, porque lo estoy haciendo en mi proceso que es para toda la vida, ellos también lo pueden hacer. No importa el estrato, la religión, nada de eso. Se puede.
SEMANA: Además de trabajar en usted, ¿cuáles son sus proyectos después del fútbol?
F. G.: Tengo una empresa de construcción. Estoy enfocado obviamente primero en mí y ya una vez que me sienta capacitado, ponerme al frente de la empresa, sacar este proyecto que tengo adelante. También tengo que confesar que a medida que pasan los días o 24 horas más, me ilusiono como un niño para volver al campo. No es fácil porque voy a cumplir 38 años, pero me llena esa ilusión, las ganas y el compromiso que adquirí. Tiene uno que soñar siempre. Quiero poder tener un retiro de mi carrera digno.
SEMANA: ¿Entonces usted no se ha retirado del fútbol profesional?