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Famoso exárbitro destapa graves amenazas de muerte y señala a un alto directivo del fútbol colombiano

Lorenzo López es uno de los nombres más recordados del arbitraje durante los años 80.

Redacción Semana
21 de julio de 2023
Imagen referencia de un árbitro de fútbol
Imagen referencia de un árbitro de fútbol. | Foto: Getty Images

Más de tres décadas después, todavía se sigue hablando de la sombra del dinero del narcotráfico que ensució por varios años a los principales equipos del fútbol profesional colombiano.

Entre los actores principales de aquella época se encuentran los árbitros, habituales objetivos de amenazas por parte de los capos que buscaban favorecer a través del miedo y el dinero a los encargados de impartir justicia sobre el campo de juego.

Lorenzo López, uno de los pocos árbitros FIFA que tenía el país por esa época, recordó los duros encuentros que tuvo frente a frente con Pablo Escobar y los hermanos Rodríguez Orejuela.

En entrevista con el canal de YouTube ‘Arbitraje de frente’, López relató la ocasión en la que duró seis meses sin dirigir un partido por negarse a hablar con los jefes del cartel de Cali. “Yo fui a pitar un partido entre Pereira y Quindío y cuando estaba en el camerino, un recogebolas me avisó que querían hablar conmigo. Llegó un tipo, como decíamos, embambado, lleno de cadenas. Me dijo que los señores de Cali querían hablar conmigo, que había que ayudar al Pereira ese día. Yo le respondí que no me mandara razones de nadie”, cuenta el exárbitro.

Tras el ‘veto’ que le aplicaron en el fútbol colombiano, López no tuvo otra opción que aceptar reunirse con Miguel Rodríguez. “Él me dijo que no me había mandado ninguna razón y que yo por qué no había querido pitarle al América. Yo le dije que nunca me habían nombrado porque sabían mi posición sobre eso (los amaños)”, narró.

Miguel Rodríguez Orejuela, jefe del cartel de Cali. | Foto: archivo particular/ap/aFp

Coincidencialmente, después de esa reunión, fue designado para un partido de América, lo que tuvo como consecuencia otra cita, pero esta vez con Pablo Escobar, capo del cartel de Medellín. “Viajé a pitar un partido entre Medellín y Bucaramanga y cuando me subo al taxi, se me sientan dos personas, a lado y lado. Me llevaron como a una montaña y ahí lo conocí”, dijo López.

“Ahí me pregunta por qué yo no quiero trabajar con los de Cali. Yo le respondí que no trabajo con nadie. Él me dice que no quiere que yo me tuerza como se le han torcido otros y que les colaborara, que los árbitros estaban pitando mucho en contra de Nacional. Yo le dije que no le colaboraba y Escobar se dio la vuelta y se fue”, recuerda el árbitro.

Pablo Escobar
Pablo Escobar. | Foto: Getty Images

El hecho de negarse a “colaborar” provocó que le cayeran graves amenazas en su contra, que incluso lo llevaron a pensar en retirarse del arbitraje. “Los señores que me recogieron empezaron a tratarme mal, me taparon la cabeza y me subieron a un carro. Pensé que me iban a botar por el camino. Me dijeron que nadie se podía enterar de que el ‘patrón’ había hablado conmigo o que acababan con mi familia”, cuenta López.

En 1989, el campeonato se canceló por el asesinato del árbitro Álvaro Ortega. López asistió al funeral de su colega y ni siquiera ese día se salvó de que lo amenazaran de muerte. “Cuando estábamos allá, Jesús Díaz, que estuvo con Ortega en el momento de su muerte, me tomó del brazo y me sacó aparte. Me dijo que me tenía una razón: dígale a ese hijuep… de López que el próximo es él”.

Las amenazas continuaron hasta el momento de su salida del arbitraje, que, según cuenta, fue ordenada por Álvaro González Alzate, hoy todavía miembro de la junta directiva de la Federación Colombiana de Fútbol (FCF).

Alvaro González
Alvaro González, vicepresidente de la Federación Colombiana de Fútbol. | Foto: LEÓN DARÍO PELÁEZ SÁNCHEZ

“Yo tenía mi esposa y tres hijos, pero también una relación con una muchacha que trabajaba en la Federación a la que Miguel Rodríguez quería mucho. Habíamos tenido un hijo y decían que yo no respondía por él. Entonces, Rodríguez encomendó a ‘Carroloco’ (González Alzate) para sacarme del arbitraje”, asegura el exárbitro.

Las amenazas no se detuvieron ni siquiera con su retiro, por lo que tuvo que irse a Estados Unidos para salvar su vida. “Me daban tres opciones: seguir pitando en Venezuela, irme a México, donde el político con el que yo trabajaba en el Senado, Julio César Sánchez, fue nombrado embajador, o irme a Estados Unidos. Las dos primeras no se pudieron hacer”, finalizó.