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“Fue un orgullo haber tenido a Guarín de compañero en el Inter”: Iván Ramiro Córdoba
El defensa antioqueño recuerda para SEMANA el paso de Freddy Guarín en el Inter de Milán, donde fueron compañeros, precisamente en la temporada en la que decidió colgar los guayos.
Freddy Guarín cumplió su sueño de jugar en uno de los equipos más grandes del planeta. En diciembre de 2012 lo contrató el Inter de Milán por 11 millones de euros. “Era hincha. Siempre jugaba con el Inter en la Play (Station) y ponía a Roberto Carlos de delantero”, le confesó Guarín al Toro Arzuaga.
Con el porcentaje de la transferencia, le compró una casa a su madre Silvia Vásquez en Envigado. En cuatro temporadas en la ciudad de la moda, alternó luces y sombras.
Llegó a ser capitán del equipo, disputó 141 partidos y marcó 23 goles, uno de ellos le dio la victoria a su equipo en un derby de la madonnina contra el Milán. Compartió vestuario con jugadores de la talla de Iván Ramiro Córdoba, Javier Zanetti, Diego Militto, Lucio, Maicon, Medel, Forlán, Sneijder, Kovacic, entre otros.
En el verano de 2016, Freddy Guarín ya no era el mismo que había deslumbrado a los tifosi del Inter de Milán. A pesar de que les había dado una monumental alegría, el 13 de septiembre de 2015, cuando un gol suyo significó la victoria por la mínima diferencias contra el Milán, el rival de patio de los neroazurri, la afición lo agarró de blanco permanente de críticas, en buena parte por ser uno de los más ‘veteranos’ de un plantel plagado de suramericanos, y haber completado cinco temporadas sin trofeos.
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El 1 de febrero de 2005, los hinchas, cansados por los malos resultados, la cargaron contra los jugadores. Uno de ellos, el argentino Mauro Icardi, se fue a la tribuna y con el propósito de contener la protesta de los fanáticos, les arrojó la camiseta. Los hinchas se la devolvieron de inmediato. Guarín intercedió en el conflicto y reclamó el apoyo de los hinchas.
Las cosas no mejoraron y los seguidores del Inter, que un par de años atrás había levantado un movimiento popular para impedir la transferencia de Guarín a la Juventus de Turín, ahora le abrían las puertas para que abandonara el Giuseppe Meazza.
Iván Ramiro Córdoba, quien fue el primero en darse el lujo de ser capitán en el Inter, y el primer colombiano en levantar la Champions League, precisamente en el equipo que dirigía José Mourinho en 2010, conversó en exclusiva con SEMANA para recordar a Guarín, el hombre y el futbolista con el que compartió vestuario en Italia.
“Freddy es un jugador moderno, es un volante que puede hacer las dos fases, sea de creación como de marca. Su físico se lo permite por tener la potencia, la fuerza y la técnica que tiene. Todo esto lo convierte en un volante con excelentes condiciones y así lo vimos destacarse en los equipos en los que jugó…
Es una persona noble, muy apegado a su familia, a sus seres queridos, esto lo digo con gran respeto. Digo que no me siento en la condición de juzgarlo por sus errores, pues todos hemos cometido errores y simplemente digo lo que sé porque es un compañero, como amigo del Inter.
Creo que ha marcado una cierta diferencia a nivel mundial, supongo que ha sido conocido en todos los rincones del mundo. Inclusive llegando al oriente más lejano y creo que ha hecho ver, a través de su talento y su juego, la capacidad del fútbol colombiano.
Como jugador tiene unas capacidades muy importantes con las cuales podría aportar mucho al fútbol colombiano, siempre y cuando esté bien físicamente, porque siendo un jugador con una prestancia física tan importante, se necesita estar en muy buenas condiciones para poder demostrar todo su potencial.
El año que compartimos en el Inter fue muy especial porque siempre tener un compañero, un connacional, es motivo de mucho orgullo y obviamente uno se hace más fuerza juntos. Fue particular porque, en ese momento, para la llegada de Freddy Guarín, yo para ese año logré sacar mi ciudadanía italiana, lo cual permitió liberar el cupo de extra comunitario y en ese momento él ocupó ese puesto.
Yo creo que los demás compañeros teníamos muy presente el fútbol que nos aportaba Freddy, su juego, potencia, esa capacidad de atacar y ayudar defendiendo desde el medio campo, era una cualidad muy importante porque pocos volantes o mediocampistas en el mundo tienen esa capacidad que tiene él. Y yo creo que acá demostró muy bien todo lo que podía hacer en el fútbol y fue muy bien acogido por toda la hinchada del Inter y de Italia como tal”.
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