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¿Fútbol sin cabezazos? La polémica propuesta que empieza a cocinarse para este deporte
La Fifa estudia la posibilidad de implementar esta prohibición en la formación de jóvenes para evitar daños cerebrales. ¿Qué consecuencias podría traer esta medida?
Apenas 17 segundos corrían en el encuentro entre el Chelsea y el Reading de Inglaterra cuando Stephen Hunt, volante irlandés, intentó ganar un balón por la banda izquierda del campo para vulnerar el arco de Petr Cech, pero el guardameta salió a cortar la pelota y sufrió un fuerte rodillazo en la cabeza. La angustia se apoderó del Madejski Stadium. El número 1 del Chelsea se quedó tendido en el piso boca abajo hasta que llegaron los médicos a auxiliarlo.
Se notaba perdido. Luego de ser revisado, salió gateando del terreno de juego y fue sacado en camilla. El estadio coreó su nombre pese a ser visitantes. Fue trasladado a la enfermería de Radcliff y atendido de inmediato por la Unidad de Neurología. ¿El dictamen? Hundimiento craneal y operación inmediata. Desde entonces jugó con casco durante su carrera. El caso del arquero cambió los protocolos de la Premier League para las conmociones cerebrales.
Por ejemplo, se permiten dos sustituciones adicionales, también para el equipo rival, independientemente del número de cambios que el equipo ya haya hecho. “Estoy feliz por este avance porque los equipos médicos trabajan bajo presión. Evaluar al jugador lo mejor posible permite protegerlo y salvar vidas”, dijo el mítico arquero en entrevista con la Fifa.
Otro caso similar se vivió el 29 de noviembre de 2020: Raúl Jiménez, delantero mexicano del Wolverhampton, sufrió una fractura de cráneo tras un choque con David Luiz en un juego ante el Arsenal. Solo hasta enero de 2021 regresó al gimnasio, en mayo de ese año tocó de nuevo el balón, en julio se reintegró a la pretemporada con el equipo y en agosto compitió de nuevo a nivel élite. Hoy se prepara para el Mundial de Catar con su nación como uno de los titulares indiscutidos. “No solíamos valorar la gravedad que supone sufrir una contusión cerebral. Mi trabajo es encontrar la manera de reducirlas y mejorar cómo gestionarlas”, dijo Andrew Massey, director de la Subdivisión de Medicina de la Fifa, y confirmó que de cara a la próxima Copa del Mundo se realizan ensayos de cómo maniobrar ante una situación como esta.
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Incluso se creó un grupo independiente de asesorías en conmociones cerebrales conformado por médicos y hasta un padre de familia, cuyo hijo falleció a los 14 años por un golpe en la cabeza. “Nuestro criterio es que, ante la duda, el jugador abandone el campo de juego”, dijo Massey.
Cada 12 partidos hay una conmoción cerebral, según estadísticas de la Fifa. Por eso, desde esa entidad están empeñados en descubrir las acciones que provocan las conmociones y creen que las jugadas en las que se necesita ir al cabezazo tienen cierta influencia. Sin embargo, los remates de cabeza forman parte de este deporte, que es de contacto. “Si existe un riesgo asociado tenemos que ser transparentes para que la gente decida si quiere jugar fútbol o ir a cabecear, pero los más jóvenes no deberían hacerlo”, aseguró el director de la Subdivisión de Medicina de la Fifa.
Por eso, desde la máxima entidad del fútbol y la International Football Association Board (Ifab) estudian la posibilidad de prohibir cabezazos en el fútbol para niños menores de 12 años. De hecho, en las academias nórdicas y algunas de Norteamérica ya evitan que se lleven a cabo en los entrenamientos.
¿Qué dicen los especialistas?
Édgar Muñoz, médico al servicio de la selección Colombia y de Millonarios, estuvo como invitado en el congreso médico de la Fifa en el que se presentó una investigación alemana con los niños futbolistas en los colegios. Dicho estudio evaluaba el rendimiento escolar dependiendo de la posición en la que se desempeñaban en el balompié, encontrando que los cabezazos, especialmente en los defensas centrales, causaban alteraciones mentales.
“Estoy de acuerdo con ese piloto de la Fifa porque creo que los cabezazos repetidos tienen consecuencias. Sin embargo, nos faltan estudios científicos más profundos que nos permitan conocer con evidencia los resultados de esos traumas y poder reglamentar”, dijo Muñoz.
Su tocayo y colega Édgar Méndez, del Deportivo Independiente Medellín, cree que aunque es una buena opción, hay que evaluar en el futuro la formación deportiva. “Cuando lleguen a mayores van a tener falencias técnicas en el cabeceo. Se podría aplicar a determinadas edades”, indicó a este medio.
Nelson Rodríguez, médico de Atlético Nacional, considera interesante la propuesta de evitar golpear deliberadamente el balón con la cabeza como forma permitida de contacto. “La causa más frecuente de contusión se produce cuando dos jugadores tratan de alcanzar un balón al mismo tiempo y sufren golpe de cabeza con cabeza. Esta lesión es delicada y en muchas ocasiones menospreciada”, dijo, aclarando que su opinión no compromete a la institución en la que trabaja.
Sebastián Botero, fisioterapeuta experto en el manejo del dolor y recuperación de deportistas, está convencido de que sería un buen ensayo para disminuir las probabilidades de contusiones, de golpes a nivel cerebral en los periodos de formación de los niños futbolistas, inflamaciones cerebrales, nervios craneales, deformación en los músculos de cuello, hombros y espalda que aparecen con los cabezazos. “Hay que buscar la forma de reemplazar los cabezazos con actividades desde la parte física, técnica, táctica y de neurotraining para sustituir esa parte real con balones menos pesados. Trabajos de saltabilidad, por ejemplo, con un objeto fijo colgado”, propone como solución.
Héctor Urrea, psicólogo de la Universidad San Buenaventura y especialista en psicología deportiva, cree que la propuesta debería aplicarse como transición, como se hizo en algunas reglas del fútbol, sin descartar la salud mental. “Hay que mejorar la capacidad de atención en tiempo real. Los chicos entre los 7 y 11 años están en una etapa del desarrollo cognitivo, enfocados en el aquí y el ahora. No se miden mucho al cabeceo y pueden lesionarse. A partir de los 12 desarrollan pensamiento abstracto, mayor capacidad de medir consecuencias y todo es más previsible”, indicó.
Faustino Asprilla recordó en SEMANA que la cabeza se convierte en una herramienta válida, en especial para los futbolistas de campo, que, contrario al arquero, no pueden usar las manos. Por eso cree que las prohibiciones deberían evaluarse desde la práctica. Por su parte, Víctor Arístizábal recuerda que toda la vida se ha jugado así y que no hay que cambiar el fútbol, solo mejorarlo. “El que hace esa propuesta no conoce el deporte”, concluyó el goleador.