El viacrucis de Fernando Gago, el futbolista que ha sufrido las peores lesiones

Fernando Gago volvió a conmocionar el fútbol argentino. El volante de Vélez Sarsfield sufrió una nueva lesión que tiene en riesgo su carrera y que a pesar de su resiliencia y valentía lo podría sacar definitivamente de las canchas.

En 2007, Real Madrid le compró a Boca Juniors al mediocampista por 20 millones de euros, una cifra muy alta teniendo en cuenta esta época. El volante argentino llegaba con la promesa de ser un nuevo Fernando Redondo después de varios éxitos con el equipo Xeneize.

Pese a su visión y calidad técnica, Gago tuvo muchos altos y bajos en su pasantía en el fútbol europeo. Las constantes lesiones fueron la pesadilla del futbolista que debió regresar a Boca Juniors en 2015.

Pero lo vivido en el viejo continente sería apenas el comienzo del martirio del volante nacido en Ciudadela, provincia de Buenos Aires. El 13 de septiembre de 2015 tuvo rotura del talón de Aquiles izquierdo en partido frente a River Plate.

Esta es una de las peores lesiones que puede sufrir un deportista teniendo en cuenta que este tendón es más fuerte que cualquier hueso y que el proceso de rehabilitación es muy doloroso y difícilmente se puede recuperarse totalmente.

Este fue el caso de Gago, que en el año siguiente volvió a tener la misma dolencia por lo que muchos pensaron que no iba a volver a jugar fútbol.

Sin embargo, Gago decidió volver a someterse a un sinfín de terapias con la ilusión de poder jugar el Mundial de Rusia 2018. Precisamente, en la parte final las eliminatorias con al albiceleste volvió a sufrir un duro revés con una rotura de los ligamentos de la rodilla derecha.

Otra compleja lesión que fue la que mermó el rendimiento de Ronaldo Nazario y que pocas veces permite al futbolista retomar el nivel que tenía antes.

Esta lesión fue en un partido frente a Perú cuando los argentinos se jugaban la clasificación. "Dejame jugar Dani", fue la frase que el volante dijo al médico de la Selección.

Nuevamente se creyó que el retiro iba a ser el camino de Gago pero decidió que todavía le quedaba algo por dar y logró recuperarse para estar en la gran final de la Copa Libertadores frente a River Plate, que se jugó en Madrid.

En este partido, Gago entró desde el banco en el minuto 89 y cuando se disputaba el tiempo extra su tendón de Aquiles, esta vez el derecho, volvió a romperse en una dramática imagen que rompió el corazón de sus seguidores.

Como había sucedido en sus otras lesiones, se volvió a pensar que Gago, de 33 años, se iba a retirar pero recibió una motivación mucho más importante que cualquier título. Su hijo Mateo le dijo “‘quiero que vuelvas a jugar”, y al futbolista no le quedó otra alternativa que volverlo a intentar.

"Me dijo ‘papá, ¿cuándo volvés a jugar? Quiero ir a la cancha‘", contó el volante.

"Me fui llorando y dije ‘¿cómo hago? Me lo está pidiendo él‘. Se mandó a hacer un peluche para el que había que pedir tres deseos y lo primero que pidió fue volver a jugar conmigo a la pelota. Ahí dije: ‘listo, tengo que volver", reveló el futbolista.

El 24 de agosto de 2019, ocho meses después de aquella noche fatídica en el Santiago Bernabéu, Pintita volvió a jugar un partido oficial, esta vez con la camiseta de Vélez en el triunfo ante Newell‘s por la Superliga.

En al Superliga 2019/2020, Gago jugó  13 partidos, 11 como titular, y era una de las principales figuras de la gran campaña del conjunto fortinero, que marcha tercero a tercero con 30 puntos a 3 del líder que es River Plate.

En el partido frente a Aldosivi del jueves pasado, Gago se debió retirar por una molestia de su rodilla derecha y el viernes se confirmó que la lesión es la rotura parcial del ligamento anterior cruzado.

"El jugador Fernando Gago sufre un estiramiento con lesión parcial de la plástica de la rodilla derecha. Se aguardará la evolución para decidir el tratamiento", señaló el club.

Aunque todavía no se conoce la gravedad de la lesión, Gago nuevamente tendrá que decidir si cumple el deseo de su hijo o finalmente cuelga sus guayos y dice adiós al deporte que le dio tanto sufrimiento pero también alegrías difíciles de describir.