GIRO DE ITALIA
Portugal vuelve a ganar una etapa del Giro de Italia después de 31 años
Ruben Guerreiro ganó la novena etapa y se coronó como nuevo rey de la montaña. Algunos favoritos lograron segundos valiosos para la clasificación general.
Todo se redujo a los últimos metros. Ruben Guerreiro y Jonathan Castroviejo, que habían hecho más de 160 km de fuga en la primera etapa realmente montañosa de este año en el Giro de Italia, iban uno junto al otro en los últimos metros. Era un pulso personal: Portugal contra España, el EF contra el Ineos. Faltando 100 metros, Guerreiro, un portugués de 26 años, salió disparado y dejó sembrado a Castroviejo. No tuvo que mirar hacia atrás y antes de cruzar la meta soltó el manillar y se señaló a sí mismo: sí, era él, el ganador del día, el primer portugués en ganar una etapa del Giro de Italia desde que Acacio Da Silva, tal vez el mejor ciclista que ha tenido su país, ganó también la etapa 9 hace 31 años, en 1989.
“Finalmente gané, en el ciclismo profesional es muy difícil ganar", dijo Almeida en la entrevista oficial del Giro apenas se bajó de su bicicleta. “Castroviejo estaba más fuerte que yo y sabía que tenía que guardar energía”.
La victoria de Guerreiro es histórica para su país. De hecho, Portugal celebró doble: por un lado, se quedó con la etapa, pero también Joao Almeida, la joven promesa del equipo Deceuninck, logró mantener la ‘maglia rosa’ de líder de la clasificación general por séptimo día consecutivo.
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— Noticias Caracol (@NoticiasCaracol) October 11, 2020
La etapa prometía ser un terremoto para la clasificación general. Tenía cuatro puertos de montaña, dos de primera y dos de segunda categoría. La fuga solo se pudo consolidar en el kilómetro 80, después del embalaje intermedio. En ese grupo se fueron ciclistas importantes, como Giovanni Visconti y Guerreiro –que tenían como meta la clasificación de la montaña– y buenos escaladores, como el argentino Sepúlveda, del Movistar, y el mismo Jonathan Castroviejo, del Ineos.
Tendencias
El pelotón, en vez de perseguirlos, se mantuvo cauto durante toda la jornada. Por momentos, equipos como el Trek, de Vincenzo Nibali, se pusieron al frente para descontar tiempo, pero no contaron con la colaboración de otros equipos. La acción solo se vio al final, en el último puerto de la jornada: la montaña de Roccaraso, en los Apeninos, que es un puerto corto pero muy pronunciado: ahí, algunos favoritos, como Fuglsang y Wilco Keldermann, se atrevieron a atacar y le descontaron a Almeida unos pocos segundos valiosos. Esa batalla dejó dos perjudicados: el local Vincenzo Nibali y el belga Harm Vanhoucke no pudieron seguir el ritmo y fueron los perjudicados de la jornada.
Guerreiro, nuevo rey de la montaña
En contraste, la clasificación de la montaña sí estuvo bastante activa. Los tres primeros puertos de montaña quedaron en manos del italiano Giovanni Visconti, que hizo embalajes en cada uno de ellos para quedarse con los puntos de la ‘maglia azurra’, la camiseta azul que identifica al líder de esa clasificación. Mientras tanto, Guerreiro fue una presencia silenciosa: fue con el grupo y acumuló pocos puntos, pero al final, cuando atacó para quedarse con la etapa, supo que iba a ser ganador de esa clasificación.
Su presencia fue sorpresiva. Se esperaba que el ecuatoriano Jonathan Caicedo intentara recuperar la ‘azurra’, que vistió el martes después de haber ganado la primera etapa de montaña, en el Etna. Sin embargo, fue un compañero de equipo, Guerreiro, la ficha clave para que el equipo ganara su segunda etapa en esta edición del Giro.
Los colombianos
Los seis ciclistas colombianos que están en la carrera no tuvieron protagonismo en la etapa 9. Como no era una etapa para velocistas, Gaviria y Hodeg hicieron otro tipo de labores para su equipo.
Por momentos, incluso en algunos puertos de montaña, Hodeg apareció en las cámaras poniendo ritmo para el pelotón, una responsabilidad que le correspondía a su equipo, el Deceuninck, que es también el del líder de la general, Joao Almeida. Con ese tipo de acciones, el ciclista de Montería demuestra que tiene un buen estado físico, algo que sigue dando esperanzas para las etapas planas que quedan.
Ahora, el Giro sigue su ruta hacia el norte. El lunes será día un día descanso que no deja de despertar preocupación: todos los equipos se realizarán pruebas de covid-19 y la tensión está latente después de que Simon Yates, uno de los ciclistas favoritos, dio positivo en un test rápido el sábado y se retiró de la competencia.
La etapa 10, el martes, vuelve a ser ideal para velocistas, aunque los puertos de montaña cortos y pronunciados podrían poner en problemas a Hodeg y a Gaviria. El final totalmente plano es ideal para un embalaje masivo.