TOUR DE FRANCIA

Harold Tejada: el gregario de oro de Supermán

Nació en Pitalito, tiene 23 años y aunque podría liderar una escuadra se ha dedicado a ayudar a otros a conseguir títulos. Esta es la historia del ciclista que ha sido la mano derecha de Miguel Ángel López durante este Tour.

15 de septiembre de 2020
Harold Tejada en la etapa 8 del Tour de Francia 2020.
Harold Tejada en la etapa 8 del Tour de Francia 2020. | Foto: Getty Images

Los que se fijaron en la transmisión de televisión de la etapa del domingo del Tour de Francia, vieron que en el grupo de Roglič, el líder, siguiendo el ritmo inclemente del Jumbo-Visma, los ciclistas del top 10 en la general dejaban las piernas para no perder segundos. En las pendientes del Grand Colombier empezaron a quedar las víctimas. Se quedaron, por ejemplo, Nairo Quintana y Egan Bernal. Pero algunos resistían: Rigoberto Urán, al lado de Daniel Martínez –que ganó la etapa del viernes– y, discretos, con su uniforme azul celeste, otros dos colombianos: Miguel Ángel López y un joven de Pitalito, Huila, que subió casi hasta el final de la cuesta.

Antes de 2020 el nombre de ese ciclista, Harold Tejada Canacué, no era muy conocido a nivel internacional. Los expertos del ciclismo en Colombia sabían de las condiciones excepcionales de este ciclista huilense de 23 años y, para muchos, era extraño que a pesar de sus buenas actuaciones no hubiera dado el salto al World Tour, las carreras más importantes del ciclismo. Sin embargo, esto nunca estuvo ni siquiera cerca de desanimarlo: Tejada y su entrenador, David Vargas, tenían claro que la clave de todo era la paciencia. Sus condiciones estaban más que probadas.

Con solo 6 años y gracias al apoyo de su mamá, Gladys Canacué, quien para ese momento era alcaldesa de Pitalito e impulsó algunas escuelas deportivas, Harold le cogió amor al ‘caballito de acero’. Con su padre como entrenador representó al Huila durante 8 años. El talento se le notaba. Con solo 14 años, fue el mejor corredor de la categoría Prejuvenil en la Clásica Nacional de Ciclismo 2011, a pesar de no contar con mucho apoyo ni de participar en un club deportivo consolidado.

Harold Tejada
Harold Tejada y su mamá Gladys Canacué en la Clásica Nacional de Ciclismo 2011. | Foto: Arhivo Particular

A los 16 años fue, gracias a David Vargas, que Harold pudo dar ese salto de calidad. También fue un salto al vacío: era un adolescente que salía de su hogar a vivir en El Carmen de Viboral, en el oriente de Antioquia. “Yo vi un joven que desperdiciaba muchas medallas en campeonatos prejuveniles –recuerda Vargas, técnico de la Liga de Ciclismo de Antioquia y del Club de Ciclismo de El Carmen de Viboral–. Siempre era quinto, sexto, cuarto y por eso lo invité a pertenecer al Club”.

Corría el año 2013 y Tejada era solo un adolescente, pero él no se amilanó por estar en un sitio nuevo que, tradicionalmente, saca a muchos ciclistas adelante: “No fue fácil porque Antioquia es un departamento que tiene mucho talento, hay muchas promesas, y llegar uno desde Huila a disputarle el puesto a un antioqueño es muy complicado –dijo Tejada en un video que publicó en su Facebook justo antes del Tour de Francia–. Pero siempre tuve la mentalidad de que iba a ir a Antioquia a arriesgarme por el todo o el nada”.

Tejada saltó al profesionalismo en 2014 y desde su debut no dejó de tener actuaciones destacadas. En la Vuelta al Porvenir de Colombia ese año se quedó con una etapa y tuvo una actuación crucial para que Brayan Hernández, su compañero en el equipo Orgullo Antioqueño, ganara en la clasificación general. Un año después, en 2015, repitió su rol en el título de Julián Cardona.

A pesar de que su nombre no fuera el primero en el podio, el papel de Harold era determinante siempre, eso llevó a que fuera codiciado por los equipos antioqueños: “Aunque era sub-23 siempre cumplía un papel de apoyo crucial para sus compañeros élites”, cuenta Vargas, quien dice que muchas veces notó que a Harold lo angustiaba ver cómo otros pedalistas de su misma edad ya disputaban carreras en Europa.

Pero 2019 fue el año en que todo cambió. Tras actuaciones destacadas con los equipos Orgullo Paisa y EPM, pasó al Team Medellín, donde se puso un objetivo: ganar el Campeonato Nacional Sub-23, pues sería el último año en esa categoría. No hubo duda alguna de su capacidad. Ganó tanto la prueba de Ruta como la Contrarreloj. Y, además, ayudó a Fabio Duarte a ganar la Vuelta a Colombia. Dos semanas después estaba en Francia corriendo en el Tour de l’Avenir, ganando una de las etapas y confirmando su contrato con el Astana a partir de enero de 2020. “Astana no se equivocó confiando en mí”, aseguró en ese momento.

Harold Tejada
Campeonato Nacional de Ciclismo (Cortesía FCC) | Foto: Federación Colombiana de Ciclismo

Y definitivamente el equipo Kasajo no se equivocó. En su debut este año en el World Tour, tuvo un brillante desempeño en el Desafío del Mont Ventoux. Para esa ocasión, Tejada no solo fue gregario clave para la victoria de su compañero Alexander Vlasov, sino que logró terminar en el sexto lugar. Luego también apoyó al ruso en su victoria en el Giro de la Emilia Romagna y, finalmente, acompañó al danés Jakob Fuglsang, quien logró el primer puesto en el Giro de Lombardía. Fue gracias a esas actuaciones que el equipo decidió ponerlo en la nómina del Tour, aunque no estuviera presupuestado así inicialmente.

En el Tour ha tenido claro su papel: “Tengo que acompañar a Miguel Ángel (López) en la montaña, esa es mi tarea principal”. Y al momento cumple su papel a cabalidad: Supermán nunca ha estado solo en la montaña y aún pelea por el podio en el Tour al lado de un ciclista huilense que, como buen gregario, logró permanecer bajo el radar para cumplir su objetivo de la manera más precisa posible.