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Jaime Pumarejo, exalcalde de Barranquilla, compartió con Ramón Jesurún en la final de Copa América; esto sabe de los incidentes
El director de Breathe Cities habló en SEMANA sobre el caos vivido en el Hard Rock de Miami; incluso, fue insultado y agredido físicamente.
SEMANA: Lo vimos compartiendo con Ramón Jesurún en el partido de la Selección Colombia y Argentina, ¿qué pasó, qué vivieron en el palco?
Jaime Pumarejo, exalcalde de Barranquilla. (J.P.): Lo que se comentó con varios dirigentes del fútbol de Latinoamérica que estaban ahí es que la Conmebol contrata a las empresas logísticas y a los operadores de los estadios de Estados Unidos. No es quien ejerce la labor directamente y desafortunadamente no tuvieron las precauciones para entender que esta era una final de un continente, lo trataron como cualquier evento de sus ligas, no como lo que es, y no estaban preparados. Cuando se abrieron las puertas nuevamente y empezaron a entrar personas sin boletas, desorientadas, nosotros tuvimos que meternos rápidamente a los palcos porque la gente ingresó agresivamente a esa zona y la seguridad estaba en un estado de agresividad y sobrealerta. Eso causó que también pagaran los platos rotos personas que no tenían nada que ver con los desmanes y que llevaban horas haciendo una fila o siendo unos aficionados más. Cuando yo fui a mi asiento y quise volver al sitio donde estaba la Federación, fueron muy agresivos conmigo y decidí retirarme e irme, porque sentí que algo podía pasar por la manera como estaban actuando, tratando a la gente y empujándola. Me pude ir, pero claramente no contaron con la misma suerte todos.
SEMANA: ¿Qué sabe del presidente y el video que está rodando en redes sociales en el que él se ve involucrado?
J.P.: Ramón estaba muy calmado, muy contento por lo que estaba pasando con la selección, estaba con su familia, con sus nietos, con sus hijos, con quien quiso ver la final en un ambiente familiar, y creo que eso contrasta mucho con el desenlace final. Creo que tiene que ver con los sucesos generales de la logística, que probablemente exacerbaron los ánimos, pero que también lo tuvieron que llevar a sentir que algo estaba sucediendo. Lo que uno ve es que fue la logística. Lo que recuerdo y vi fue un ambiente cordial, agradable, de colegaje, amistad. Inclusive con los argentinos no había discordia, era más bien todos en contra de la logística y la seguridad del evento.
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SEMANA: ¿Entonces usted no estuvo durante esa pelea que se ve?
J.P.: Yo estuve hasta antes de que iniciara el partido, un rato compartiendo con Ramón. Yo no supe después más nada y no lo volví a ver, después lo llamé a felicitarlo y no me pude comunicar con él, y esta mañana fue que me enteré de esto.
SEMANA: ¿Qué mensaje como colombiano envía tras lo sucedido?
J.P.: Tienen los organizadores que aprender de esto, para que no vuelva a suceder, pero al tiempo, el mensaje también es para aquellos que en un escenario donde van decenas de miles de hinchas, algunos pocos logran generar un caos para todos y hay que planificar. Hay que hacer siempre el llamado a que deben ser mejores hinchas y que no todo se los podemos cargar a las autoridades. Todo muy desafortunado y doble tusa.
SEMANA: ¿Qué sabe de la detención de Ramón?
J.P.: No mucho. Deben estar trabajándole al tema. Lo importante es dejar claro que estos tipos estaban muy agresivos. Cuando yo quise subir un rato a ese palco a hablar con Ramón, antes del partido, me agarraron y me dijeron: “señor, quítese de aquí, lárguese”, porque asumieron que el que caminaba por ahí era un colado. Conmigo hubo un contacto físico que no fue correspondido, yo ni los toqué. Hubo abuso verbal, me gritaron cuando no tenían por qué hacerlo. Yo estaba solo, tratando de ingresar a un sitio y me encontré con cuatro señores increpando, tratándome mal y a otras personas que estaban ahí. Justo antes, cuando abrieron las puertas, a todos los mandaron a meter a los palcos por un estado de alerta.