Jorge Luis Pinto: “El día que vuelva a un equipo como Millonarios, cambiaré el departamento médico”

Una vez se dio a conocer la caída del pase de Andrés Felipe Román hacia el Boca Juniors de Argentina por los problemas de salud que puede estar presentando el jugador y la baja de ese mismo futbolista por tres meses debido a los exámenes médicos que le realizarán, los focos han estado en el departamento médico de Millonarios F.C.

Sobre el tema también se refirió Jorge Luis Pinto, director técnico del equipo durante tres etapas: la primera entre 1984 y 1985, la segunda entre 1998 y 1999, y la más reciente en 2019. Al respecto, el entrenador nacido en San Gil, Santander, dijo que si vuelve por cuarta vez a dirigir un equipo como la institución bogotana, lo primero que haría es “cambiar radicalmente el departamento médico”.

“Una vez, un jugador estaba resentido muscularmente, de acuerdo con el departamento médico. Me acerqué al jugador y le dije que si no empezaba a jugar le traía un jugador nuevo. Al otro día estaba en perfectas condiciones y listo para jugar”, dijo el entrenador en diálogo con Casa Azul Radio.

No es la primera crítica que ha recibido este departamento médico, pues César Carrillo en 2020 jugó 38 minutos por liga con Millonarios, debido a los problemas de rodilla izquierda que le empezaron al inicio de la temporada del año anterior. Durante la pandemia su recuperación no avanzó y en el regreso del fútbol en septiembre fue sometido a una artroscopia.

Carrillo mencionó a los profesionales de los que pone en duda la capacidad de hacer el trabajo de la mejor manera y los culpó de su problema físico: “Los médicos de Millonarios, Juan Piñeros y Catalina Chica, son los encargados de las recuperaciones allá, los que les dicen a los fisioterapeutas lo que tienen que hacer. Los fisioterapeutas son Fabián y Jonathan, pero creo que ellos no tienen la culpa de nada, todo empieza desde la cabeza. Ha habido muchas lesiones con las cuales los médicos no han dado en Millonarios, creo que es muy deficiente la parte médica en Millonarios, es un poco pésima”, dijo vehemente.

Otro caso de un futbolista afectado por las lesiones en el cuadro embajador fue el mediocampista Santiago Montoya, de quien Pinto sospechaba que tenía un lapso, por lo que lo “envió secretamente donde el doctor Édgar Muñoz”, quien le confirmó este diagnóstico.

“Las lesiones fueron lo que no me dejó desplegar mi fútbol y mi talento, ni responder a las expectativas y confianza de Millonarios”, dijo Santiago Montoya, quien se lesionó por primera vez contra Jaguares de Córdoba en un partido en el Nemesio Camacho El Campín el 25 de marzo de 2018.

Se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. “Me lo tomé como un desafío, pero sufrí mucho. Las terapias no fueron las mejores ni las peores, fueron normales, pero yo no siento que me recuperaron mal en Millonarios”, aseguró el futbolista que ahora milita en el Atlético Bucaramanga.

A quien fue el 10 azul le asignaron una fisioterapeuta inicial con quien no se sintió satisfecho, hasta que los trabajos los asumió Fabián Hernández. Cuando estaba retomando su nivel, el 21 de abril de 2019 sufrió un esguince en el tobillo derecho.

Queriendo responder a la confianza de Jorge Luis Pinto, se infiltró, vendó su pie y siguió jugando pese al dolor y la hinchazón. En su cuerpo se creó un desbalance y el dolor de la rodilla regresó. Un crujido en la pretemporada en Estados Unidos lo alertó de nuevo.

Como si fuera una hoja calcante repitió el proceso. La recomendación médica fue terapia y entrenamiento, porque no tenía nada grave que le impidiera jugar y otra cirugía sería una catástrofe para su profesión.

“Un día me acerqué al profe Pinto y le dije: ‘ayúdeme, la verdad no estoy bien a pesar de que aquí me dicen que sí’”, relató. Pinto lo orientó a una segunda opinión de Fernando Pastrana, Gustavo Rincón y Edgar Muñoz, gracias a quienes lo operaron y salvó su carrera.

Finalmente, criticó que un día vio “en el plan de alimentación del equipo sancocho en el almuerzo para un día de partido. Ese día casi me pongo a llorar y me pregunté: ¿dónde estoy y cómo estoy?, pero siempre guardé silencio y respeto”, aseguró el técnico santandereano.