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Juan Pablo Vega, el joven piloto de Colombia que no tiene como ídolo a Juan Pablo Montoya, ni quiere llegar a la F1: esta es la historia
Bastantes caballos de fuerza se necesitan para conocer a fondo esta gran historia, rumbo a la meta trazada por un soñador que anhela lograr ser el nuevo piloto estrella de Colombia.
Un nuevo talento del automovilismo colombiano está surgiendo; se llama Juan Pablo Vega y con 25 años ya ha dado muestras en Europa de tener el temple necesario para forjar un camino exitoso. En entrevista con SEMANA, habló de su trayectoria prometedora, el sueño de ser un piloto integral, lo respaldado que se ha sentido por su familia, en la que su hermana, la modelo y empresaria Paulina Vega, ha sido vital y mucho más.
SEMANA: ¿Quién es Juan Pablo Vega? ¿Cuáles son sus sueños?
JUAN PABLO VEGA: Estoy estudiando Administración de Empresas y ya estoy en mi último semestre, pero soy un apasionado por el automovilismo, llevó practicándolo aproximadamente unos seis años. Antes de eso, fui equitador durante unos diez años, pero siempre el tema del automovilismo fue mi pasión y lo que más me movía en el tema deportivo. Mi sueño de vida es dedicarme al automovilismo y poder vivir de ello.
SEMANA: Ganó recientemente en Europa. ¿Cuál fue esa carrera y cómo le ha ido en la temporada?
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J.V.: Fue en Valencia, la cuarta fecha del campeonato que estoy corriendo, que se llama Porsche Spring Challenge Ibérica. Las anteriores fueron algunas en Portugal y habíamos estado en España; quedan dos fechas más que son en octubre y noviembre en Jerez y Barcelona. La verdad estoy muy contento, me fue muy bien en esta última fecha, en todas he podido quedar en el podio, pero en esta fue la primera vez que logré ganar una carrera en el primer puesto. Me gusta la marca Porsche, he disfrutado mucho poder correr ese carro, ese campeonato, siento que tiene nivel y es una buena opción para empezar en el deporte internacional.
SEMANA: ¿Qué logros tuvo en Colombia y las sensaciones de su paso a Europa?
J.V.: Corriendo en Colombia fui campeón en 2023. Siento que estar en Europa fue un buen paso para empezar a expandir el nivel internacional en cuanto a mi carrera deportiva.
SEMANA: ¿Cómo fue ese cambio de los caballos de la equitación por los caballos de fuerza, motores y perseguir su sueño?
J.V.: Me acuerdo de que la primera vez que hablé del tema de los carros fue con mi mamá, tenía 7 años y le dije que quería ser corredor. Obviamente, eso te lo dice un niño de 7 años y la mamá te va a decir que es peligroso, que mejor siguiera con la equitación porque queda un poco más tranquila, un poco más segura. Desde ahí empecé con esa sensación de hasta dónde puede llegar mi pasión por los carros. Desde chiquito siempre he sido muy fanático de todo lo que tenía motor, no solo de los carros, sino también de las motos. Fui equitador por diez años, me acuerdo de que yo tenía que ir a montar caballo todos los días, menos los lunes. Entonces era básicamente como un trabajo, no podía faltar, no podía fallar porque el caballo depende del jinete para poder estar bien, y llegó un día que, por más que me estuviera yendo bien, perdí la motivación. Ya no sentía que estuviera haciendo algo que en verdad me exigiera y me retara todos los días y fue ahí cuando empecé a mirar a lo que yo siempre he sido fanático: los carros. Siempre ha sido de mi interés y ahí fue cuando tomé la decisión de perseguir ese sueño.
SEMANA: ¿Fue complicado ese cambio?
J.V.: Al principio es difícil, es un deporte muy costoso, un proceso largo y lento. Tienes no solo que tener la habilidad, sino también poder practicarla bastante y mejorarla día a día. Fue un reto grande, pero siento que durante todo el proceso, con el apoyo que me han dado mis papás y mi familia, que han sido fundamentales, se han dado los buenos resultados que he tenido. He dejado muchas cosas de lado, me he enfocado ciento por ciento en esto y nunca me he cansado de perseguir el sueño.
SEMANA: Paulina Vega es su hermana, ¿cómo lleva ese rol de seguidora de usted?
J.V.: A la familia le va a dar miedo cuando siente que alguien está haciendo algo riesgoso, el deporte automovilístico siempre tiene su riesgo, pero me ha apoyado muchísimo, tanto mis papás como mis hermanos. Todos siempre han estado superpendientes del proceso y la verdad es que no hay ninguno que yo diga que no me ha apoyado. Siempre han estado ahí pendientes de cómo me va en las carreras o dándome consejos para hacerlo mejor. Cada uno ha puesto su granito de arena y yo estoy muy agradecido con todos, siento que es fundamental tener ese apoyo de la familia. Las personas que me acompañan en las carreras son fundamentales, que por lo general son mis papás y mi novia.
SEMANA: ¿Le teme a su deporte? ¿Ha tenido lesiones o accidentes graves?
J.V.: El día que tenga miedo yo creo que es mejor no hacerlo. Se basa ciento por ciento en tomar riesgos y siento que si tú no estás dispuesto a hacerlo, nunca vas a poder estar resaltando entre los más rápidos. Hay momentos en los que uno siente esa sensación en la barriga, pero tú decides si tienes en cuenta eso o simplemente se ignora. Pienso que por más que sienta miedo, los mejores pilotos simplemente lo ignoran y siguen, es la única forma de resaltar y ganar carreras. Tuve un accidente, sufrí dos fisuras de costilla mientras hacía karts, es algo que pasamos todos, fue horrible para mí.
SEMANA: ¿Hace algún ritual o algo puntual antes de enfrentarse a la velocidad junto a su carro?
J.V.: Tengo dos cosas puntuales que siempre hago antes de montarme al carro, ya sea para una carrera o para un entrenamiento. Siempre me gusta despedirme de las personas que quiero y que están conmigo apoyándome. Me hace estar tranquilo al montarme al carro porque de cierta forma no es solamente un trabajo mío. Lo otro es que siento la necesidad de hablar con la máquina. Me monto al carro y antes de arrancar el motor o antes de empezar a salir a la pista, en mi mente hablo con el carro, lo toco, agarro el timón, la puerta, lo que sea; es mi forma de pedirle a la vida que me proteja y que todo salga bien. A veces uno está manejando estresado y el carro te va a dar la misma respuesta, el mismo rendimiento que tú estás esperando, entonces siento que la forma en la que uno se sienta y logra conectar va a mejorar también en los resultados.
SEMANA: Hace poco se unió al equipo Hadeca Racing. ¿Cómo le ha ido, la adaptación, el carro y planes para el futuro?
J.V.: Es un equipo nuevo, llevan este año compitiendo y entraron con todo. Tienen absolutamente todo muy bien preparado, es gente muy capacitada y profesional. El carro es muy competitivo, es un equipo que te da la talla y más en este punto, cuando yo lo que busco, más allá de gozarme la carrera, es ir a ganarla, siento que este equipo me da la respuesta que estoy esperando. Vamos a poder tener buenos resultados en el futuro porque ambos estamos en la misma página, tanto ellos quieren crecer como equipo como yo quiero crecer como piloto.
SEMANA: ¿Su máximo ídolo en el automovilismo es Juan Pablo Montoya?
J.V.: No lo veo como mi ídolo. Más allá del lado deportivo, yo me fijo en lo personal, en la forma de ser fuera de la pista. Siento que es lo que más me identifica a mí. Lo que interesa en verdad es lo que hacemos fuera de la pista y ahí es cuando entra, por ejemplo, Lewis Hamilton. Para mí es una persona ejemplar, no solo porque es un gran piloto, sino también por cómo es fuera de la pista. A él sí lo veo como mi ídolo.
SEMANA: ¿Sueña con llegar a la Fórmula 1 y poner en lo más alto a Colombia?
J.V.: La Fórmula 1 no es mi sueño, como el de cualquier piloto. No es lo que yo estoy persiguiendo, ni pienso día a día. A mí me interesa otro enfoque. Para la marca Porsche, ser el piloto oficial de ellos, correr en el campeonato de la misma marca, dedicarme a carreras de duración, más carros de turismo o monoplazas.
SEMANA: ¿De parte del Gobierno de Gustavo Petro ha recibido apoyo? Y si no, ¿qué otras entidades lo han ayudado?
J.V.: La Alcaldía de Barranquilla me ha apoyado, el Ministerio del Deporte aún no ha dado respuesta y es muy importante. Tienen que confiar en uno durante el proceso porque es muy fácil apoyarlo cuando se está en lo alto, pero también cuando se está subiendo. Hoy no he podido decir que vivo del automovilismo, pero siento que es un momento de calma, de vivir esta etapa y vivir de eso, que es lo que busco.