CINE

Kobe Bryant también ganó un Óscar

En 2018 el exjugador de Los Lakers ganó este galardón a mejor corto animado por ‘Dear basketball’, basado en la carta que él escribió a raíz de su retiro profesional de las canchas.

27 de enero de 2020
| Foto: Semana.com

Hace dos años Kobe Bryan y Glen Keane (animador, reconocido por participar en películas como Pocahontas y La Bella y la Bestia) ganaron el Oscar a mejor corto animado por Dear basketball, basada en la carta que el exjugador envió a un periódico anunciando su retiro (2016).

La cinta, de cuatro minutos de duración, fue producida y narrada por Bryant, dirigida por Keane y musicalizada por John Williams, (compositor y ganador del Óscar a mejor banda sonora por Star Wars, E.T. y La lista de Schindler). Fue aclamada por la crítica y ganó varios premios de animación como premio Annie a mejor cortometraje de animación.

Esta es la carta en que se basó el corto animado:

"Querido baloncesto,

Desde el momento en el que empecé a ponerme los calcetines de jugar de mi padre, disparando mi imaginación con tiros ganadores en el Great Western Forum, supe que una cosa era verdad: quedé enamorado de ti.

Un amor muy profundo al que le entregué todo, desde mi mente y mi cuerpo hasta el alma y el espíritu.

Siendo un niño de seis años, profundamente enamorado de ti, nunca vi el final del túnel, solo me veía a mí mismo corriendo para salir de uno.

Y corrí, corrí hacia arriba y abajo de cada cancha, después de cada balón perdido, por ti. Exigiste mi empuje, te di mi corazón, porque eso vino con mucho más.

Atravesé el sudor y el dolor, no porque el desafío me llamase, sino porque TÚ me llamaste. Hice todo por TI, porque eso es lo que tú haces cuando alguien te hace sentir tan vivo como tú me has hecho sentir.

Concediste a un pequeño niño de seis años su sueño Laker, y siempre te amaré por ello. Pero no puedo amarte de manera tan obsesiva por mucho más tiempo. Esta temporada es lo último que tengo que dar. Mi corazón puede atajar los golpes, mi mente puede lidiar con la dura rutina, pero mi cuerpo sabe que es tiempo de decir adiós.

Y eso está bien. Estoy listo para dejarte ir. Quiero que lo sepas para que ambos podamos saborear cada momento que dejamos juntos. Los buenos y los malos. Nos hemos dado todo lo que tenemos mutuamente.

Y los dos sabemos que no importa lo que haga después, siempre seré ese niño con los calcetines y cubos de basura en la esquina: “05 segundos en el reloj, balón en mis manos 5… 4… 3… 2… 1”

Siempre te amaré,

Kobe".