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La era de Néstor Lorenzo pone a soñar nuevamente a Colombia con una Copa América y la clasificación al Mundial. La selección cierra el 2023 con cifras impresionantes
Néstor Lorenzo sigue invicto con Colombia, tercera en la tabla de las eliminatorias. El argentino puso a soñar al país con la segunda Copa América y una nueva clasificación mundialista.
Hace más de 50 años, varias familias humildes de diferentes pueblos de Antioquia llegaron al barrio La Cruz, en Itagüí, para trabajar como recicladoras en un lote desocupado, donde se depositaban los escombros y basuras.
El lugar, uno de los más pobres de esa localidad, poco a poco se convirtió en un barrio de invasión. Sus habitantes han luchado por años para legalizar los predios, mejorar la calidad de los servicios públicos y tener una vida digna en medio de la escasez.
Desde el metro de Medellín, cuando se va hacia la estación Itagüí, se distingue el lugar. A través de los vagones del sistema de transporte más famoso de los paisas, se ve la ropa al sol de las familias que allí habitan, los balcones y portones de los hogares construidos con esfuerzo y hasta los niños que corren tras un balón de fútbol.
Uno de esos pequeños persiguiendo una pelota, algún día, fue Kevin Castaño. El volante empezó en Águilas Doradas, de Itagüí, gracias a que su padre trabajaba con este club.
“Cuando llegamos a Itagüí, el alcalde nos refirió al papá de Kevin para que le diéramos la oportunidad como entrenador en la escuela de fútbol. Allí creció, trabajó en divisiones menores con nuestra institución por un tiempo y hace unos años dejó de laborar para nosotros”, dijo Fernando Salazar, fundador de Águilas Doradas.
En ese equipo antioqueño, Kevin hizo todo el proceso, desde la Pony Fútbol hasta el profesionalismo. Fue convocado por primera vez a la selección Colombia en un juego amistoso ante Estados Unidos este año, sumó siete minutos, que consolidó contra Japón y Corea dejando las mejores impresiones. En las últimas fechas eliminatorias se volvió un inamovible. Lució contra Ecuador, se devoró la cancha en la histórica victoria contra Brasil y fue el más destacado en la victoria contra Paraguay.
“Se erige como una figura no solo por sus habilidades futbolísticas, sino por la forma en que se enfrenta a cada desafío, su lucha por salir adelante en su carrera y con su familia”, dijo Salazar.
A 401 kilómetros del barrio La Cruz, en Itagüí, queda el Mariano Ramos, pero en Cali. Allí creció Cristian Borja, otro de los mejor calificados en el cierre de año y que se está consolidando con Néstor Lorenzo como lateral izquierdo.
Borja, a diferencia de Kevin, no contó con el apoyo de su padre en sus inicios porque la violencia de las calles en las que creció se lo arrebató. “Tuve una infancia difícil, pues perdí a mi padre a temprana edad. Pero gracias a mi constancia, disciplina, sacrificios y el gran ejemplo de mi madre he logrado llegar a donde estoy hoy en día. Todo lo que soy se lo debo a ella”, le dijo Borja a SEMANA.
Llegó por primera vez a la Tricolor gracias al actual entrenador del Junior de Barranquilla, Arturo Reyes. Sin embargo, y pese a tener la experiencia en la sub-23, Juegos Olímpicos, pasar por Cortuluá y ser doble campeón con Santa Fe, no lograba quedarse con el puesto en una de las posiciones más escasas en el fútbol colombiano.
Pero la vida le tenía guardado el momento más especial para convencer a Lorenzo de que era el indicado en la zaga izquierda. Justo cuando la selección Colombia se regocijaba por la liberación del padre de Luis Díaz después del secuestro del ELN, se jugó el partido contra Brasil. Cristian fue al banquillo del Metropolitano y entró para la segunda mitad cuando los cafeteros caían 1-0.
Entró con la presión del resultado en contra para acompañar por el mismo sector al extremo del Liverpool. De los pies salió el centro perfecto al minuto 75, que Díaz mandó a guardar para el empate del partido. Fue él quien ayudó a destrabar un duelo que terminó con una victoria histórica a causa de los goles del guajiro.
“A Lucho le tengo gran admiración y mucho aprecio. Debutamos en la Copa América de 2019. Nos enfrentamos en la liga portuguesa y establecimos una conexión que se viene dando en el campo”, dijo el jugador del Sporting Braga, que días antes de ese histórico partido por eliminatorias había dado de qué hablar por su gran actuación en la Champions ante el Real Madrid.
Algunos expertos como Fabián Vargas, campeón de la Copa América en 2001 con Colombia, se atrevieron a asegurar que de consolidarse Cristian podría ser el reemplazo de Pablo Armero, el último gran lateral izquierdo y, además, mundialista con el equipo de todos.
“Armero es un jugador que nos dio muchas felicidades. Creo que aún me falta mucho a nivel de selección para poder compararme con él, pero espero algún día llegar a demostrar ese gran nivel al que Armero nos acostumbró”, dice Borja.
Colombia suma 12 puntos de 18 posibles en el inicio de la clasificatoria para el Mundial 2026, lo que se constituye en el mejor arranque del siglo XXI.
“Ha sido muy analítico en la selección de los jugadores, pues somos un país con mucho talento y seguramente no es fácil. Es un orgullo que me seleccione y una gran motivación”, señala Borja.
La Tricolor hoy es un equipo equilibrado que sacó cuatro veces el arco en cero y que en eliminatorias marcó seis goles y recibió tres. Este año se disputaron once partidos entre amistosos y duelos oficiales, ganando en seis oportunidades a rivales como Alemania y Brasil y logrando cinco empates, uno de ellos ante Uruguay.
Como si fuera poco, es uno de los cuatro equipos invictos del año. Ese gran rendimiento lo comparte con potencias como Inglaterra y equipos como Bélgica y Portugal. El reto en 2024, además de obtener el boleto al Mundial, es ser protagonista en la Copa América, en la que Kevin y Cristian esperan brillar.