ATLETISMO

La hazaña de Eliud Kipchoge, la primera persona en bajar de dos horas en un maratón

El atleta keniata alcanzó uno de los logros más importantes de la historia del deporte, completando la distancia en 1:59:40. La tecnología fue clave para conseguir esta plusmarca.

12 de octubre de 2019
| Foto: Team Ineos

590 años antes de Cristo, los griegos protagonizaban una cruenta guerra con los persas, enemigos implacables que arrasaban con todo. Una de las batallas definitivas fue la de Maratón y, al saberse inferiores, los griegos contemplaron quemar Atenas para evitar el baño de sangre de sus niños y sus mujeres.

Inesperadamente, los helénicos ganaron la batalla y encomendaron a Eurípides, un hemerodromo (mensajero corredor) dar aviso antes de que autodestruyeran Atenas. El hombre corrió a toda velocidad la distancia de 42 kilómetros y 195 m. y cuando llegó a la ciudad solo pudo decir ‘nike’ (victoria) antes de desplomarse y morir tras el esfuerzo.

2400 años después, el barón Pierre de Coubertan, padre de los olímpicos modernos, decidió homenajear al héroe griego con una prueba atlética que comprendiera esta misma distancia y que llamó maratón.

El prodigio keniano Eliud Kipchoge le ha dado un nuevo sentido a esta exigente competencia luego de convertirse en la primera persona en cruzar la mítica barrera de las dos horas en este recorrido, este sábado en Viena, en una carrera no oficial diseñada a medida para permitir la gesta.

Bien acompañado por un ejército de ‘liebres‘ vestido de negro hasta los últimos 500 metros, el campeón olímpico de 34 años completó los 42,195 km en 1 hora 59 minutos 40 segundos, casi dos minutos menos que su récord del mundo (2 h 01 min 39 seg), fijado en unas condiciones homologadas en Berlín el año pasado.

En la capital austríaca, Kipchoge, con una camiseta blanca, recorrió algo más de cuatro veces un circuito llano de 9,9 km.

"Me siento bien, mi objetivo era hacer historia. (...) Lo he intentado y soy el hombre más feliz en correr por debajo de las dos horas para inspirar a mucha gente, para decirle a la gente que ningún ser humano tiene límites", dijo el atleta al micrófono de los organizadores tras su hazaña, que compara con "caminar por la Luna" por primera vez.

"Estaba muy cómodo desde los primeros kilómetros. Me he entrenado para esto durante cuatro meses y medio e interioricé en mi corazón y en mi cabeza que correría el maratón en menos de dos horas", añadió.

"Los récords están hechos para ser batidos, así que otro intentará hacerlo, pero se ha hecho historia, es increíble", le felicitó su entrenador, Patrick Sang.

El desafío, que tuvo lugar en la antigua reserva de caza del Prater, en el centro de Viena, no se libró de las críticas, al ser considerado por algunos como un evento más mediático y comercial que deportivo.

La patrocinadora de la prueba es la multinacional petroquímica británica Ineos, que también patrocina el equipo de ciclismo de Egan Bernal y  cuyo propietario es el multimillonario británico Jim Ratcliffe, que en los últimos meses ha hecho del deporte su nuevo campo de inversión.

Solo las cámaras del organizador estaban autorizadas a filmar la carrera, presenciada por numerosos espectadores, incluido el cuatro veces ganador del Tour de Francia, Chris Froome.

Para situar al campeón en las mejores condiciones, el patrocinador no dejo nada al azar y uso toda la tecnología para lograrlo: tres meses y medio de preparación del trazado, un recorrido asfaltado para no presentar imperfecciones, una pista probada con un software de simulación, un día y un horario elegidos en función de que las condiciones meteorológicas fueran favorables (temperatura, tasa de humedad, calidad del aire)... Incluso la caída otoñal de las hojas de los árboles había sido controlada de cerca y un laser señalaba el mejor camino para el keniata.

Debido a esas condiciones particulares la carrera no fue homologada por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).

Para escalar su Everest, Kipchoge se benefició de la ayuda de 41 ‘sherpas‘ de élite, como la leyenda Bernard Lagat, el campeón olímpico en 1.500 m Matthew Centrowitz o dos de los hermanos Ingebritgsen, que reinan en el medio fondo y fondo europeo.

Como si fuera un presidente saliendo a correr rodeado por sus guardaespaldas, la superestrella keniana (1,67 m, 52 kg) se benefició de un ritmo regular en torno a los 2 minutos 50 segundos por kilómetro, asegurado por las liebres que se relevaron por grupos de siete a su alrededor cada 5 kilómetros. Un vehículo por delante de ellos les marcaba el ritmo.

Era la segunda vez que el keniano intentaba el reto en unas condiciones de este tipo. En el circuito de Monza (Italia), en mayo de 2017, Kipchoge se quedó a 25 segundos de bajar de las dos horas, en un evento similar organizado por Nike llamado Breaking2.

En Kenia, en la localidad de Eldoret (oeste) donde vive la familia Kipchoge, más de mil personas vieron su hazaña en una pantalla gigante.

Su madre vio a su hijo entrar en la historia en su casa de un pueblo cercano a Babsabet (oeste). "Hoy estoy feliz, porque lo ha conseguido... Le agradezco mucho haber hecho esto, por mí, por Kenia y por el mundo", declaró.

El keniano es uno de los más grandes corredores de todos los tiempos, presentado en sociedad con su victoria en los 5.000 m en los Mundiales de París en 2003. Vencedor del maratón de los Juegos Olímpicos de Rio-2016, Kipchoge apenas ha sido derrotado en esta distancia desde 2013.

En esta ocasión decía querer "correr por la historia". Ha entrado en ella definitivamente este sábado, al mejor estilo de Eurípides cuando dijo ‘Nike‘, solo que el keniata lo hizo con una sonrrisa en el rostro.

*Con información de AFP.

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