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La sangre exige: esta es la historia de Emilio Aristizábal y su sueño de triunfar en Nacional como su padre
El hijo de Víctor Aristizábal ya debutó en el verde paisa. Ha tenido ofertas de otros equipo, pero quiere ganarse el puesto en el club de sus amores. Su padre es su mentor, hincha, pero también su mayor crítico. SEMANA TV los reunió por primera vez en una entrevista
Cuando apenas era un niño, Emilio Aristizábal corría por la cancha del Atanasio Girardot buscando a su papá para fundirse en un abrazo después de cualquier partido. Ahora es Víctor Aristizábal el que baja las gradas de los escenarios deportivos para buscar a su hijo después de los encuentros sin importar el resultado.
“Yo no le repito las cosas buenas que todo el mundo ve, eso es lo común, me gusta es corregirlo para su progreso. Además, siempre lo van a comparar conmigo, pero algún día no dirán, es el hijo de Aristizábal, sino, es Emilio Aristizábal. No lo regaño, trato de pulirle cosas, soy exigente porque sé el talento que él tiene”, indicó a SEMANA el exdelantero de 51 años.
“A veces hago 9 cosas buenas y una mala, generalmente me corrige la mala (risas). En el momento puede que no lo entienda, pero siempre me ha servido para ser cada vez mejor”, reconoce Emilio.
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“Si soy competitivo, pero mi reto es personal, si me pongo esa meta desde el principio me puedo nublar porque es un número muy alto de anotaciones. Tengo que empezar con el primero”, dice Emilio sobre la cantidad de dianas de su papá.
El idilio con la red del exjugador de São Paulo seguro enamoró a su hijo del fútbol. Emilio empezó jugando como extremo en la escuela ´Aristigol´, pero se transformó en un delantero de área.
“Tuve mi proceso en la escuela de mi padre desde los 6 años, siempre jugué con futbolistas dos años mayor que yo. Hasta que un veedor de Nacional que me llevó a la escuela a ganarme el puesto”, contó el arriete de 18 años.
Superar lo hecho por su papá no lo presiona. Si algo tiene Emilio Aristizábal es la madurez suficiente para saber que lo que escribió Víctor está con tinta indeleble en la historia del balompié nacional.
En su camino, se ha dedicado a sembrar los frutos que quiere recoger: consolidarse en Nacional y jugar en la élite del fútbol europeo. Esa siembra se ha regado de satisfacciones y dificultades como una lesión de rodilla.
“Perdí la oportunidad de ir a la Selección porque me lesioné. Tuve buena mentalidad en el momento, optimismo, enfocado en que lo que viene será mejor que el pasado”.
El apellido no le pesa, le genera una responsabilidad. No está donde está por ser el hijo de Aristizábal, aunque muchos seguidores del fútbol lo quieran aceptar.
“Camilo Pérez es uno de los scouting de Nacional, fue a la escuela y vio a un volante y a Emilio. Me preguntaba por él y le dije que jamás iba a interceder. No me metí en la decisión y por allá en octubre de 2019, después de dos meses de prueba, se quedó en las divisiones menores”, indicó Victor Hugo.
El maestro asegura que el alumno tiene todo para superarlo.
“Compartimos la interpretación del juego para influir en el trabajo de equipo. Pero es un jugador más fuerte, potente, va mejor arriba y creo que a su edad, yo era la mitad de lo que es ahora desde la parte física y eso lo tiene que aprovechar”
El alumno sabe que aún quedan muchas lecciones por aprender. Por ejemplo, la actitud no es una materia que deba quedar pendiente. Es en lo que siempre debe sacar la mejor calificación.
“Es impresionante la frialdad para definir, la inteligencia. Sabía muy bien como interpretar cada jugada para finalizarla de la mejor manera. Repito muchos vídeos y lo admiro como antes. Lo que sí me repite siempre es que la actitud no entra en negociación”, cuenta Emilio.
Pese a su corta carrera, Emilio ya es campeón infantil y juvenil en múltiples oportunidades y goleador de las divisiones inferiores con Nacional. Ese buen papel le ha significado ofertas en equipos profesionales de fútbol de la A y la B que lo tientan con contratarlo y darle la oportunidad de sumar minutos y hasta ser titular. Su no es rotundo, confía en que sus capacidades lo llevarán tarde o temprano a ser hombre clave en el dos veces campeón de la Copa Libertadores.
“Yo en Nacional soy feliz. Es el equipo de mis amores y quiero dejar algo positivo para el equipo y aportar mi 100%, en mi mente está solo Nacional.”
“Seguro será muy difícil para mí analizar a Nacional con Emilio, ojalá no me toque o me toque pocas veces. Pero si me toca, lo haré con todo el profesionalismo”, indicó Aristi.
Imaginarse ese momento no es tan difícil como pensar el día en que Emilio juegue en el Atanasio.
“La tengo clara, no podría ir. Los primeros partidos seguro los veré en TV porque no creo que sea capaz”, dice con sinceridad.
“Yo lo entiendo porque mi papá es muy emotivo, no me imagino como será conmigo. Esa tranquilidad o no se transmite.”, agrega comprensivo su hijo.
Emilio, por su parte, sueña con entrar además en las letras de los cánticos de los hinchas de Nacional. A ellos solo les promete entrega al 100.
“Le agradezco a la hinchada más grande por el apoyo y que cuenten que daré todo de mí, absolutamente todo”, indicó.
Ya dio un primer paso. En el amistoso con Millonarios de principio de año. Jugó pocos minutos, pero lo vivió como si hubiera sido titular todo el partido.
“Una alegría impresionante, el debut de estar ahí con ellos, estar en la concentración y ambiente profesional. Entrar es una adrenalina impresionante. Intenté hacer todo lo posible al 100%”, dijo Emilio de su debut.
“Tuve mucha ansiedad, pero fue más la alegría y el orgullo de verlo dando sus primeros pasos. No importa los minutos que le dieran. Lo más importante es ese primer paso”, confesó Víctor Aristizábal.
El heredero de los goles en la familia Aristizábal la tiene clara. No solo piensa en su carrera de fútbol. Está terminando el colegio, el club le dio la oportunidad de hacer diplomados, quiere estudiar finanzas y perfeccionar el inglés.
Sin embargo, su mejor lenguaje es el fútbol. Con trabajo, dedicación y la compañía incondicional de su padre, el mundo hablará de él.