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“La sociedad no le dio nada a Fredy, pudo seguir el camino del mal y no lo hizo”: Fabián Vargas, el hermano en la bombonera
Fabían Vargas, el futbolista colombiano que más títulos de clubes ha ganado en la historia del fútbol colombiano, fue compañero de Fredy Guarín en su primera experiencia internacional: el Boca Juniors de Argentina.
Boca Juniors, el equipo más popular de Argentina, se fijó en Fredy Guarín gracias a sus descollantes actuaciones en los tres mundiales sub 17 y sub 20 que disputó con la Selección Colombia. Por eso, y con tan solo 20 años, fue fichado por el club xeneize, en principio para integrar el equipo de reservas.
A finales de 2005, el técnico del plantel profesional de Boca, Alfio ‘Coco’ Basile –seleccionador de Argentina en el 5-0 que le marcó Colombia en 1993-, le dio un auténtico regalo de navidad al informarle que lo promovería al plantel profesional.
En una muestra de su disciplina, Guarín se preparó todos los días en aquellas vacaciones navideñas y dos días antes de iniciar la pretemporada, el primero de enero de 2006, ya estaba en Buenos Aires.
Había que tener mucho nivel para darse el lujo de jugar fútbol a diario con figuras como Martín Palermo, ‘Pato’ Abbondanzieri, Barros Schelotto, ‘Pocho’ Insúa, Fernando Gago, Rodrigo Palacio o su compatriota Fabián Vargas.
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Fue titular en todos los partidos del Torneo de Verano, e integró la plantilla azul y oro que salió campeón del torneo argentino en junio de 2006.
Fabián Vargas le relató a SEMANA el impacto que tuvo en el vestuario de Boca la presencia de Guarín:
“A ‘Guaro’ siempre lo caracterizó la fuerza, la potencia, la disciplina. Por encima de todo era un gran profesional, o lo es, por lo menos en lo que yo lo conocí y lo recuerdo. Un gran trabajador, muy respetuoso de su profesión, de sus compañeros. Yo lo tuve muy jovencito en un camerino lleno de estrellas, a quienes les sorprendió mucho la patada que tenía, el portento físico, su biotipo. Pero la ‘pegada’ que tenía… pateaba muy fuerte y eso los sorprendió gratamente a todos. Creo que sus características más destacables eran la potencia que tenía, la fuerza a la hora de ir a recuperar la pelota, infundía respeto en la posición en la que se desempeñaba”.
Tras la brillante era que marcaron Óscar Córdoba, Jorge Bermúdez y ‘Chicho’ Serna, en aquel Boca de Carlos Bianchi que lo ganó todo, torneos locales, Copa Libertadores y Copa Intercontinental ante el Real Madrid, Vargas continuó la saga de jugadores colombianos que se ganaron el corazón de ‘la 12’, la barra brava del club xeneize. Y en esa condición se convirtió en el guía, casi en el hermano, que cobijó a Guarín en Buenos Aires, en su primera experiencia internacional.
Vargas recuerda aquel joven de 20 años que también se ganó el cariño de sus jugadores y de la afición:
Fredy, una gran persona. No hay ninguna queja, todo el mundo lo quería en el vestuario. Muy respetuoso de sus compañeros, de los directivos, del cuerpo técnico, muy respetuoso de los horarios, de la disciplina del equipo, respetuoso con su trabajo, respetuoso con su cuerpo. Yo lo conocí más desde la parte personal porque teníamos la posibilidad de salir a cenar. Lo invitaba a mi casa, él llegó muy joven a Argentina, entonces traté de ser un guía para él, un hermano. Conocí a una persona muy humilde, con muchos sueños. Como casi todos los futbolistas, su mayor fortaleza y motivación era su familia, puedo dar fe de que era lo que más amaba, acababa también de tener su primer hijo y eso lo tenía muy feliz y muy motivado para triunfar y consolidarse en el fútbol a nivel mundial”.
Y tras el impacto que generó el escándalo que Guarín protagonizó el pasado jueves santo en la casa de sus padres en Envigado, Fabián Vargas prefiere recordar la trascendencia del futbolista de Puerto Boyacá en la historia del fútbol colombiano, y exige respeto y consideración por su legado.
“A nivel deportivo se convirtió en un ejemplo para muchos jugadores. Es otro ejemplo más de esos jóvenes que en nuestro país no tienen oportunidades, que tienen demasiadas carencias desde lo socioeconómico, que no tuvo la oportunidad de una educación porque su Estado no se la brinda, que le tocó muy complejo a nivel familiar, con muchas carencias. Que ahora le vienen a exigir ser un ejemplo como ser humano cuando la sociedad no le dio absolutamente nada, por lo menos de las cosas básicas que debería recibir uno como ciudadano, y ahora le exigen que sea un ejemplo. Sabemos nosotros como compañeros de él que lo que hizo no estuvo bien, que se vio aumentado por lo que representa Fredy a nivel nacional, pero que ahora vengan a juzgarlo es lo que no consideramos correcto. Fredy es un gran ser humano que tuvo un don y que lo aprovechó, que pudo haberse ido por otros caminos, pero que las bases y los valores que le habían inculcado en su familia le dieron la posibilidad de haberse ido por el camino del bien, de ser un embajador de Colombia, de demostrar que con trabajo, con disciplina, se puede salir adelante. Pero como cualquiera de nosotros y cualquier persona a nivel nacional, se puede equivocar, y se equivocó. Y creo que por eso ha sido el apoyo de nosotros, que lo conocimos en su esencia, en lo que fue desde chico, los sueños que siempre tuvo, en el gran padre, el gran hermano, el gran hijo que conocimos, y que ahora necesita ayuda y el apoyo de los que sabemos realmente cómo es Fredy Alejandro, el ser humano”.
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