Qatar 2022

Leo Messi emuló en Qatar 2022 la icónica imagen en hombros de Diego Maradona en el Mundial 86

Tras más de 30 años de sequía, este domingo 18 de diciembre, el ídolo de los argentinos cumplió como lo hizo su antecesor.

19 de diciembre de 2022
Lionel Messi dio una alegría a su Argentina del alma, después de 36 años.
Lionel Messi dio una alegría a su Argentina del alma, después de 36 años. | Foto: Getty Images (Diseño Semana)

La selección de Argentina acabó este domingo 18 de diciembre con una espera de 36 años y se coronó por tercera vez campeona del mundo, un éxito que seguramente zanja el debate deportivo que tiene Leo Messi con el mundo del fútbol y con su país, y que confirma un nuevo ciclo ganador para la albiceleste, primera campeona de Sudamérica vigente que reina a nivel mundial.

El Estadio Azteca, el 29 de junio de 1986, vio cómo Argentina se coronaba campeona del mundo, agarrada a uno de sus grandes mitos, Diego Armando Maradona, espectacular en aquel torneo, y líder de un combinado que ganaba su segunda Copa del Mundo en el espacio de ocho años.

Con el 10 como líder, se avecinaba una gran época para esta selección, pero el Pelusa no pudo darle más éxitos, pese a disputar cuatro años después una nueva final, perdida esta vez ante la República Federal Alemana.

Maradona llegó a un Mundial más, al de 1994, pero su positivo en un control antidopaje acabó con los sueños de Argentina, eliminada en octavos por Rumanía contra todo pronóstico.

Aquello inició una auténtica tortura para un país que siente devoción por el fútbol, más cuando juega su selección nacional. 24 años tuvo que esperar para volver a saborear una final mundialista, en el país de su eterno rival sudamericano, Brasil, y en la tercera cita ya con el ‘heredero’ de Maradona, Leo Messi.

En imágenes :  Argentina campeón de la copa mundo
Lionel Messi, de Argentina, levanta el trofeo de la Copa del Mundo junto a sus compañeros, mientras celebran después de ganar la Copa del Mundo. | Foto: REUTERS

Tres cuartos de final (1998, 2006 y 2010), unos octavos (1994) y una eliminación en la fase de grupos (2002) eran su bagaje hasta entonces, con el añadido de que tampoco había sido capaz de reinar en Sudamérica desde 1993.

La final en Maracaná, otra vez contra Alemania, mantuvo esa tónica de lágrimas y el gol de Mario Götze en la prórroga privó a la albiceleste de su tercera estrella.

El golpe anímico pareció demoledor. Messi parecía incapaz de trasladar con su país el enorme brillo con el FC Barcelona y las críticas eran continuas hacia su rendimiento. Pese a estar rodeado de buenos futbolistas como el Kun Agüero, Ángel Di María, Javier Mascherano, Gonzalo Higuaín o Maxi Rodríguez, al rosarino y a su equipo se les negaban los títulos.

Tras la derrota en Río de Janeiro, volvieron más disgustos, consecutivos además. Dos finales de la Copa América perdidas, las dos por penaltis y las dos ante la por entonces pujante Chile, dirigidas por compatriotas: Jorge Sampaoli (2015) y Juan Antonio Pizzi (2016).

La última derrota incluso provocó el adiós de un derrotado Messi, pero el de Rosario dio marcha atrás. Lo que no cambió fue la suerte de su selección, que dos años después en el Mundial de Rusia, precisamente con Sampaoli al mando, tampoco brilló y se fue en octavos ante precisamente su rival del domingo.

El exjugador del Deportivo de La Coruña trabajó para cambiarle la cara a la bicampeona del mundo, que se convirtió, pandemia de por medio, en una de las selecciones más fiables del planeta. El reto era la Copa América de 2021 y la albiceleste por fin acabó con la larga espera.

Esta vez no falló en casa de su archienemiga Brasil, a la que batió por 1-0 en la final para conseguir su primer gran título desde 1993, aunque eso significase un problema para la Copa del Mundo, ya que ningún campeón sudamericano ha sido capaz de ganar el Mundial bajo esta condición.

Con un Messi siempre decisivo, pero mejor rodeado en todas las zonas del campo, el combinado argentino fue capaz de encadenar hasta 36 partidos sin perder y le ganó a Italia en Wembley la primera Finalissima, el torneo que crearon UEFA y CONMEBOL para enfrentar a sus campeones de confederación, con muy buen juego, lo que le hizo llegar a Catar muy bien situado en las apuestas.

La final del domingo, con una afición y un país tan pasional, era un examen para ver si quedaban atrás por fin los años de amargura. ‘La Argentina’ se convierte en tricampeona y en el cuarto mejor país del planeta fútbol tras Brasil (5), Italia y Alemania (4).

Y Messi ya no es el ‘pecho frío’ que le decían y ya está a la altura, para alguno ya por encima, de Diego Armando Maradona.

*Con información de EuropaPress.