PERFIL
Los momentos inolvidables en la carrera de Rigoberto Urán
Rigo es uno de los mejores ciclistas de Colombia. No hay duda de ello. ¿Pero cómo llegó a lograrlo? Su carrera es una excelente combinación de constancia, carisma y pedalazos.
Nadie puede dudar del carisma de Rigoberto Urán. Lo saca a relucir en cada entrevista, siempre, apenas se baja de su bicicleta: si le preguntan por la presión de la carrera, contesta hábilmente que la única responsabilidad que tiene es con su esposa, su mamá.y su suegra; si le preguntan cómo se siente después de una fuerte etapa de montaña, se ríe y dice que siente “un cansancio ni el hijueputa”, y cuando la pregunta, definitivamente, no tiene mucho sentido, no se esfuerza en encontrarle alguno. ¿O acaso cómo olvidar el célebre “¡Y yo que voy a saber, guevón!” que contestó en el Tour de Francia del 2017 cuando le preguntaron por una caída que le había ocurrido a otro ciclista durante la competencia?
Sin embargo, la verdadera chispa de Rigo no sucede frente a las cámaras. Rigoberto Urán Urán, nacido en Urrao, Antioquia, en 1987, es a sus 33 años, sin duda, uno de los mejores ciclistas que ha tenido Colombia y su verdadero espectáculo ocurre cada vez que se sube en una bicicleta.
En el Tour de Francia 2020, que ya llega a su final, Urán fue protagonista. En la etapa 7 conquistó un lugar en el top 10 de la clasificación general, en la etapa 15 consiguió el tercer puesto y ahí se mantuvo a pesar del ritmo demoledor que impuso Primoz Roglic y el equipo del Jumbo-Visma para dejar sin piernas a todos sus rivales a través de las montañas de los Pirineos y de los Alpes. Rigo fue uno de los últimos en ceder, aguantó hasta bien entrada la tercera semana y aunque en las etapas de montaña perdió su lugar en el podio y retrocedió hasta el octavo lugar en la general, el día de la etapa contrarreloj, que fue un día para olvidar para los colombianos, él tuvo el décimo mejor tiempo –fue el mejor colombiano del día– y defendió a punta de pedalazos su lugar en la general.
Pero hay algo más. En un país donde los ciclistas representan sectores de la sociedad que, en las grandes ciudades, no son muy tenidos en cuenta, pocos ciclistas llevan la historia de Colombia tan marcada como Rigo. Él comenzó a montar en bicicleta a los 13 junto a su papá, un vendedor de chance que recorría los pueblos de la zona y que fue asesinado cuando Rigo tenía 14 años. Él siguió pedaleando para seguir con el negocio de su padre y colaborar con la economía de su hogar. En las montañas del suroeste de Antioquia se convirtió en un ciclista monstruoso y aunque no ha ganado ninguna ‘gran vuelta’ ha estado en tres podios, dos veces de segundo en el Giro de Italia y una vez de segundo en el Tour de Francia; también ganó dos etapas en el Giro y una en el Tour.
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Y quedan muchas facetas de Rigo por explorar: su capacidad emprendedora ha servido para crear eventos que han impulsado el ciclismo en Colombia, como el Giro de Rigo, en el que participó Chris Froome en el 2018; su facilidad para viralizar su nombre en las redes sociales a través de videos de Instagram que lo muestran reconociendo el esfuerzo de los ciclistas que se pegan a su rueda en las rutas de Antioquia, o su perfil como empresario, que empezó hace un par de años cuando creó Go Rigo Go, una marca de ropa y accesorios de ciclismo.
Pero como este es un lugar para reconocer los momentos que lo convirtieron en un ídolo, estos son los mejores momentos que ha tenido sobre una bicicleta.
1. Su primera etapa
Fue un pique temerario: Rigo iba en un grupo con más de 50 ciclistas, incluso algunos embaladores, que se alistaban para el final. Faltando 800 metros, se escapó por un lado, armó ventaja sin que nadie lo siguiera y cuando detrás de él comenzaron a pedalear para alcanzarlo ya era demasiado tarde. Ocurrió en la octava etapa del Tour de Suiza, en 2007. Tenía 20 años, llevaba poco más de un año en Europa y fue su primer triunfo como profesional en Europa.
2. El accidente que casi lo saca de la carretera
El 29 de agosto de 2019, en la etapa 6 de la Vuelta a España, hubo una caída masiva a más de 60 km. por hora en el pelotón. Varios ciclistas quedaron en el piso, entre ellos Rigo Urán, que no pudo volver a su bicicleta. Al principio se informó que era una clavícula rota, pero poco después, desde una unidad de cuidados intensivos en un hospital de Barcelona, se supo que Rigo tenía fracturas en varias costillas y que un pulmón había sido perforado. “Pensé hasta en retirarme”, dijo unos meses después, en Medellín, cuando ya estaba casi recuperado del todo y había descartado esa posibilidad.
Sin embargo, no era la primera caída de Rigo. Desde que llegó a Europa, ha tenido decenas de accidentes y siempre ha logrado levantarse. Su primera fractura como profesional ocurrió en 2006, apenas en su tercera competencia; él aprovecho para aprender italiano. Un año después, en 2007, se fracturó los codos, la muñeca y el cuello durante la Vuelta a Alemania. Sin embargo, nunca ha dejado de montar y aunque ahora tiene mucha más experiencia, no ha perdido su arrojo.
3. Su medalla de plata
Ocurrió en los Juegos Olímpicos de Londres, en 2012, después de un agresivo embalaje frente al palacio de Buckingham. Fue una hazaña: logró defender durante 10 kilómetros, en terreno plano, una fuga minúscula, de ocho segundos, que construyó junto con el kazajo Alexandr Vinokurov, pero perdió con él en el embalaje final. La medalla, además, tiene un significado especial porque fue la primera medalla olímpica en ciclismo de ruta para Colombia.
4. Su faceta de gregario
Desde que llegó al Sky, en 2011, Urán se convirtió en una ficha clave para el trabajo en las etapas de montaña de ciclistas como Bradley Wiggins y Chris Froome. Él ya tenía experiencia en las ‘grandes vueltas’ y además comenzó a ponerse bastante la camiseta de los jóvenes. En 2012 trabajó para Froome en la Vuelta a España y en esa ocasión el inglés llegó cuarto: uno de los momentos clave fue en la sexta etapa, en el Fuerte de Rampitá. Allí, Urán puso el paso más fuerte en momentos clave, cuando las pendientes eran del 10 por ciento, mientras que Sergio Luis Henao hacía el relevo cuando las subidas eran más suaves. Finalmente, Froome llegó en segundo lugar ese día.
5. Una victoria sin cambios
Es una de las mayores demostraciones de fuerza, voluntad y resistencia que se han visto en el ciclismo. La etapa 9 del Tour de Francia 2017 tenía siete puertos de montaña, 3 fuera de categoría. Rigo, en el grupo de punta, estuvo a punto de ser embestido en un duro accidente entre Richie Porte y San Martin en el último descenso. Se salvó por milímetros, pero en medio del caos Martin tocó su descarrilador y su bicicleta quedó sin cambios. El Toro de Urrao pudo mantenerse en el descenso con Froome, Barguil y los otros ciclistas que querían la etapa, pero se veía incómodo, miraba hacia atrás, hacía señas, hasta que un carro amarillo –el de los mecánicos neutrales de carrera– se puso a su lado y a punta de golpes y mañas le puso a una relación de 53/11, un cambio para soportar lo que quedaba de la carrera.
Urán quedó, prácticamente, con una bicicleta fija. A punta de fuerza en las piernas, parado en pedales cuando sus rivales pedaleaban tranquilos y apretando los dientes en el embalaje final, le ganó un embalaje por foto finish a corredores de la talla de Froome, Fuglsang y Barguil. “No sé si es verdad, pensé que me estaban molestando. Hice toda la bajada con el cambio roto”. Rigo estaba sorprendido: él pensaba que había sido segundo, que había salvado la etapa, pero fue el control –con un análisis en foto finish– el que le avisó que tenía que ir a alistarse al podio. Esa fue su primera victoria de etapa en el Tour.