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Luis Aro, jugador del Cúcuta Deportivo, murió en trágico accidente de tránsito mientras manejaba una motocicleta
El joven, en un giro inesperado del destino, perdió el control de su vehículo, chocando contra el separador de la vía.
La tragedia golpea al departamento de Norte de Santander, sumiendo a la comunidad en un profundo luto tras el trágico fallecimiento de un joven futbolista del Cúcuta Deportivo en la categoría Sub-17.
Este fatídico suceso ocurrió este jueves, 31 de octubre, cuando Luis Aro perdió la vida en un accidente de tránsito que ha dejado a familiares, amigos y seguidores del deporte consternados.
El incidente tuvo lugar alrededor de las 6:00 a. m. en el Anillo Vial Oriental, en Cúcuta. Luis Aro se desplazaba en su motocicleta, con placa AM7F24G, en dirección a su entrenamiento, una rutina diaria que simbolizaba su dedicación y esfuerzo por alcanzar su sueño de convertirse en profesional.
Sin embargo, en un giro inesperado del destino, perdió el control de su vehículo, chocando contra el separador de la vía. La fuerza del impacto fue devastadora, resultando en su fallecimiento de manera instantánea.
Apenas unos minutos después del accidente, las autoridades de tránsito del municipio de Villa del Rosario llegaron al lugar para realizar las investigaciones pertinentes y gestionar la situación. Mientras tanto, la noticia de la tragedia se propagó rápidamente, dejando una estela de dolor entre quienes conocían a Luis.
El joven de 17 años era reconocido no solo por su talento en el fútbol, sino también por su pasión y compromiso. A pesar de su corta edad, había demostrado un gran potencial, habiendo jugado varios partidos con la Sub-20 del Cúcuta Deportivo, donde se ganó el respeto y la admiración de sus compañeros y entrenadores. Su sueño de debutar en el fútbol profesional se desvaneció trágicamente, dejando un vacío difícil de llenar.
Por su parte, el Cúcuta Deportivo no tardó en expresar su profundo pesar a través de sus redes sociales, rindiendo homenaje a la prometedora carrera que se apagó tan repentinamente.
“Cúcuta Deportivo FC lamenta profundamente el fallecimiento de Luis Aro, jugador de nuestro equipo sub-17. Expresamos nuestras más sinceras condolencias a toda su familia y allegados. Siempre te llevaremos en nuestros corazones rojinegro”, dijo el equipo.
Lo cierto es que la pérdida de Luis Aro resonará en el corazón de todos los que compartieron con él, quienes lo recordarán como un joven lleno de energía, un apasionado del fútbol y una verdadera promesa del deporte.
Familiares y amigos han comenzado a rendir tributo a su memoria, recordándolo como un ser humano ejemplar, cuyo compromiso y esfuerzo en cada entrenamiento eran admirables. La comunidad futbolística de Norte de Santander se une en un acto de duelo, recordando la vida de un joven que, aunque su trayectoria fue breve, dejó una huella imborrable en aquellos que lo conocieron y creyeron en su talento.
Una promesa del fútbol
Por otro lado, Juan Carlos Pabón, abogado del club y excoordinador de las divisiones menores, destacó que Luis Aro estaba contemplado para participar en la Supercopa Juvenil Sub-20 en 2025, un evento que prometía ser una gran oportunidad para su desarrollo futbolístico y su proyección en el deporte.
“Es una noticia que nos tiene a todos destrozados. Era un 2007 destacado, que pese a contar con pocos recursos económicos, era muy cumplido con sus entrenamientos, con disposición para los partidos. En la competencia era comprometido, polifuncional como volante o lateral derecho. Tenía compromiso con esos colores, era una muestra de ejemplo de los juveniles del Cúcuta”, dijo Pabón en el diario La Opinión.
Así mismo, el entrenador Juan Carlos Aristizábal, al frente de la Sub-17, expresó el profundo dolor que siente la institución tras la pérdida de Luis Aro. Era evidente el esfuerzo que el joven futbolista dedicaba para alcanzar su sueño de convertirse en profesional y poder apoyar a su familia económicamente. Lamentablemente, ese anhelo se desvaneció tras el trágico accidente en la motocicleta que había adquirido apenas dos meses atrás.
“Es un dolor fuerte que no se puede describir. Uno comparte en viajes, convive con ellos a diario, compartimos muchas charlas de problemas familiares, situaciones económicas. El vacío que deja es enorme. Los que compartieron con él, saben conocieron la clase de persona que fue. Es un hijo más que se le muere a uno”, expresó Aristizabal en el mencionado medio.