Luis Díaz se confesó: dijo qué piensa de Barrancas, su pueblo, a un año del secuestro de su papá

Solo faltan un par de semanas para que se cumpla un año de aquel día en el que fueron secuestrados los padres de Luis Díaz, famoso futbolista del Liverpool y la Selección Colombia.

Luego de ser engañados por un amigo de la familia, Luis Manuel Díaz y Cilenis Marulanda resultaron privados de su libertad en un acto adjudicado días más tarde a la guerrilla del ELN.

Cilenis fue liberada horas después ante la respuesta rápida de las autoridades, sin embargo, Mane quedó en poder de los delincuentes, que lo tuvieron secuestrado por 13 largos días.

Mientras tanto, Lucho dejó de jugar con el Liverpool y se apersonó de la situación desde Inglaterra. Aunque se pensó que viajaría de emergencia a territorio colombiano, la Policía Nacional le aconsejó que lo mejor era mantenerse alejado del pueblo donde creció y donde vivían sus progenitores.

Tras una larga espera, el papá de Luis Díaz fue entregado a las autoridades y el reencuentro con toda la familia se dio justo antes de una doble fecha de eliminatorias en la que el atacante fue figura defendiendo la camiseta de la Tricolor.

¿Qué piensa Luis Díaz de Barrancas?

En declaraciones para la UEFA, Luis Díaz se declaró enamorado de su pueblo natal, más allá del mal momento que vivió cuando pensó que perdería a sus padres.

“Barrancas es un lugar del que me enorgullece saber que nací allí, saber que vengo de allí. El hecho de que mis raíces estén en Barrancas siempre ha sido algo de lo que me he sentido orgulloso”, declaró Díaz. “Soy de un pueblo muy pequeño. Tiene un lado parecido al de muchos pueblos y ciudades, pero es un pueblo muy simpático, y es muy bonito, muy agradable y muy alegre. La gente de allí es muy agradable”, agregó.

Antes del secuestro, Díaz acostumbraba a tomar las vacaciones en Barrancas y muchos vecinos se lo encontraban en la tienda comprando cosas para el diario vivir, sin embargo, en diciembre del año pasado tomó la decisión de quedarse en Liverpool acompañado de toda su familia, incluidos Mane y Cilenis.

Pero el hecho de pasar una temporada sin volver al pueblo, no hizo que perdiera las raíces que lo enorgullecen. “Las principales características son que es, digamos, un pueblo muy pequeño. La mayoría de las personas allí se conocen, se llevan muy bien entre sí. Son personas decididas, que también se esfuerzan por superarse a sí mismas”, recordó Lucho.

“No importa las pocas oportunidades que tengan y lo poco que tengan, siempre están tratando de vivir la vida con una sonrisa en la cara, tratando de forjar el mejor camino para seguir adelante para sí mismos, tratando de ser felices con lo que tienen”, agregó.

Díaz recuerda que en Barrancas fue donde empezó a forjarse como futbolista. “Fue genial. Cuando jugábamos en una cancha frente a la casa de mi abuela, lo único que nos importaba era jugar al fútbol y pasar un buen rato”, recordó.

“Antes era un campo de tierra, con piedras, de mala calidad, pero estábamos contentos y jugábamos allí. Ahí es donde entra en juego la historia de mi uña. Había demasiadas piedras y el suelo estaba demasiado sucio. Golpeé mal la pelota y se me cayó la uña del pie”, dijo entre risas.

Tengo una historia muy bonita que tuvo lugar en un parque, Parque Romero. Este es un parque muy popular en Barrancas. Fue un gran torneo en el que participaron muchos equipos locales. Era un niño y teníamos un equipo muy bueno. Jugamos en la final. La final estuvo genial. Al principio, perdíamos 3-0. Salí del banquillo, cambié el partido y marqué un gol. Fuimos a la tanda de penaltis. Fue 3-3, luego 4-3, luego 4-4. Marqué el último penalti de la final y ganamos el torneo. Fue un día fabuloso”, añadió.