“Me pidieron que le diera respiración boca a boca”: cocinera de Maradona hace estremecedoras confesiones

El relato de la cocinera de Diego Armando Maradona ha generado impacto en Argentina por cuenta de sus explosivas revelaciones en torno al día de la muerte del exfutbolista y el trato que recibió en sus últimos días de vida de parte de su círculo más cercano.

Romina Milagros Rodríguez, apodada Monona por Diego Maradona, fue entrevistada en el programa Los Escandalones de América TV, en el que contó algunos detalles inéditos de cómo era su vida.

La revelación que ha causado más impacto es que el día de su muerte le pidieron que le diera respiración al exfutbolista como parte de las maniobras de reanimación.

“Ese día no… Mucha locura. No sé si es verdad o mentira (si lo escucharon moverse). Yo cuando lo vi ya estaba ahí… Lo único que recuerdo es el conteo que no quiero ni acordarme, 1, 2, 3, vamos. Es muy fuerte. La enfermera contaba, cuando le hacían el RCP. No hubo manera”, contó sobre el duro momento.

“No despertaba, yo estaba como loca. Lo retaba, le decía ‘vamos, Diego’. Les decía a los médicos que siguieran intentando, que él no se iba a dejar morir. No queríamos escuchar eso, que ya está. Nadie podía creerlo. Fue reduro”, señaló Monona.

“Estábamos todos tratando de revivirlo. Estaba la enfermera con el de seguridad. Es mentira que la psiquiatra le hacía el RCP, si no sabía ni cómo se hacía. Me decían a mí que le haga respiración, no podía. Era una locura, ese conteo quedó en mi cabeza por días. En el medio vino un médico vecino y nos dijo que siguiéramos haciendo eso. Estábamos todos afuera y sale una médica y dice ‘ya está’”, dijo sobre los últimos momentos de la vida de Maradona.

La cocinera también habló sobre la aparición de las hijas del Diego en ese día: “Giannina llegó cuando estaban las ambulancias. Yo no sabía si ir a calmarla o dejarla sola. Después llegaron todos, todo el mundo. Claudia, Verónica, Giannina, Dalma, todos”, dijo frente a lo sucedido tras la muerte.

La mujer señaló que ellas sí estaban pendientes del estado de Maradona, que es algo que se les ha cuestionado de parte de sus críticos.

“Las hijas estuvieron siempre. Giannina, cuando la llamaba, estaba. Con Jana era otro vínculo, no era lo mismo que con las otras. Era paternal, pero no tan pegada como con los otros chicos. Eran todos iguales, pero era distinto. Dalma también, pero se hablaba mucho por teléfono. Todos estuvieron presentes, los hijos”, dijo Monona.

Según la enfermera, la noche de la muerte de Diego todo fue normal y manifestó que se comió un sándwich que le habían preparado.

“Lo último que hablé, una noche no quería comer, le hago un sándwich y un té. Dicen que no comió, pero es mentira; yo los conté y faltaba uno. Se lo comió Diego, es mentira que no comió. No quería sacarse la remera, quiero dormir me dijo. Quería estar solo, quería descansar, estar tranquilo. Se ponía loco con la gente. Con Luque se agarró, pero lo hacían jodiendo, en chiste”, explicó.

Con respecto al comportamiento de Maradona, su empleada manifestó que tenía momentos de alegría en los que le gustaba bailar, pero también: “Tenía sus momentos de bajón, de tristeza. El vivía a su manera, a su forma. Quería estar con todos, pero a su forma. Amaba a todo el mundo”.

“Había que llevarlo, su malhumor. Si no quiere comer, no comía, tenía sus horarios, era todo como él quería, siempre manejó todo. Quería poner a dieta a todos, lechuga y tomate para todos me decía”, dijo sobre sus bien conocidos caprichos.

“Siempre quería sopa, de verdurita, con pollo. Era sencillo, iba de un extremo al otro. De comer osobuco a rana. El pescado le encantaba”, añadió.

Otra dura revelación de la cocinera es que Maradona ya se sentía cansado. “Para mí él dijo basta de todo. Si decimos cómo era él, hacía milagros, podría estar vivo. Para mí que estaba cansado”, contestó cuando le preguntaron si el astro quería vivir.