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Mundial Qatar 2022: ¿por qué algunos futbolistas están jugando con las medias rotas en la Copa del Mundo?
Una razón médica estaría motivando esa curiosa decisión.
Se ha vuelto común durante la primera fecha de la fase de grupos del Mundial de Qatar 2022, que los futbolistas de diferentes selecciones del mundo estén disputando los partidos con sus medias rotas. En unas ocasiones los agujeros son pequeños, en otros casos parece que las medias se hubieran roto producto del juego y el choque entre jugadores.
Pero teniendo presente que las medias pertenecen a las mejores marcas deportivas del mundo, no tendrían por qué romperse, es por esto por lo que muchos se han preguntado a qué se debe esta curiosa situación que se ha visto por primera vez en la historia de los mundiales.
Dada esta curiosa manera de ver los uniformes oficiales de las selecciones participantes del Mundial, en las últimas horas se ha conocido que el motivo de llevar las medias rotas es médico. Por lo que se ha concluido que esto favorece el rendimiento de los futbolistas durante los partidos.
Así lo explicaron en el medio de comunicación británico HuffPost, en donde se infirmó que inicialmente las medias aprietan las piernas de los jugadores, sobre todo cuando están nuevas y sin estirar. Por lo que es algo que suele incomodar a los futbolistas profesionales, que incluso pueden sufrir calambres severos producto de tener tan presionados sus gemelos.
Por este motivo, serían los propios jugadores los que harían los agujeros en las medias, una vez reciben la equipación oficial de su selección. Esto les hace sentir mucho más livianos, con sus piernas más ligeras, y además evitan lesiones que puedan afectarlos y sacarlos de partidos tan importantes como lo son los de la Copa del Mundo.
Aunque muchos aficionados han tomado esto como una moda más de los futbolistas jóvenes de estos tiempos, las informaciones oficiales han indicado que son cuestiones médicas las que motivan a que las medias tengan varios huecos a lo largo de la pantorrilla. Y así, sentirse mucho más cómodos en cancha para sacar lo mejor de sí durante los juegos.
Qatar 2022 está en modo ‘sportwashing’: ¿qué significa?
La elección de Qatar por parte de la Fifa como sede del Mundial de Fútbol masculino de 2022 ha sido controvertida desde el primer día. Siguen surgiendo preguntas sobre la actitud de la nación en materia de derechos humanos y su trato a los trabajadores inmigrantes.
Para algunos, todo el evento ejemplifica el concepto de sportwashing o lavado de imagen deportivo, es decir, el uso del deporte como herramienta de poder blando para limpiar (y distraer) una reputación política o humanitaria turbia. Y como ejercicio de relaciones públicas, la Copa del Mundo masculina es un gran negocio. El último, organizado por otra controvertida nación anfitriona, Rusia, atrajo a 3.500 millones de espectadores en todo el mundo.
El uso del deporte como medio para mejorar las percepciones no es un fenómeno nuevo. La gestión de la marca a través del deporte ocupa desde hace tiempo un lugar destacado en la agenda de muchas de las empresas más conocidas del mundo.
Esto se debe, en parte, a que el deporte es capaz de evocar emociones muy poderosas en los aficionados. Los seguidores suelen crear fuertes vínculos con los equipos y los deportistas, y las empresas (como patrocinadores principales) y los países (como anfitriones de eventos) pueden utilizar esos vínculos con gran efecto para mejorar su imagen pública y su popularidad.
Y, por supuesto, no solo el fútbol es susceptible de ser acusado de lavado deportivo. Recientemente, se criticó la celebración de grandes eventos de boxeo en Arabia Saudí y los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022 en Pekín. Mientras tanto, British Cycling fue acusada de greenwashing o lavado de imagen verde –similar al lavado deportivo, pero con un enfoque particular en el medio ambiente– después de anunciar un nuevo acuerdo de patrocinio con Shell.
Pero mientras los críticos se oponen a la táctica de utilizar los eventos deportivos para tratar de alterar la percepción del público, ¿qué opinan los propios aficionados? ¿Les importan realmente las acusaciones de lavado deportivo y ecológico?