OBITUARIO
Del puerto a la gloria, una leyenda llamada Maravilla
Delio Gamboa fue uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol colombiano. Este jueves, a la edad de 82 años, murió en la ciudad de Cali, donde vivía con su hijo. Ídolo con Millonarios, campeón con Santa Fe y figura de la selección.
Cuando las olas de Buenaventura se calmaban, el ostentoso océano Pacífico dejaba al descubierto una cancha de fútbol de arena, con dos palos para formar un arco, en donde Delio ‘Maravilla’ Gamboa aprendió a jugar el deporte que paraliza al planeta.
Reunía con sus amigos las monedas para comprar pelota de caucho, liviana, suave y frágil ante la brisa del mar. Concentración y precisión fueron las habilidades que aprendió Maravilla en su lugar de nacimiento.
Esa cancha era un recinto sagrado, donde los mayores jugaban, pero con el tiempo el niño Gamboa empezaría a convertirse en un niño Maravilla del fútbol.
Dicen que siempre quiso jugar en un equipo de Cali, ojalá hubiera sido en América de Cali, el equipo que llevaba en el corazón. Pero nunca pudo.
El historiador Guillermo Ruiz habló con SEMANA y contó acerca del día que se volvió hincha de millonarios, el mismo en el que consagró para sí mismo a Delio Gamboa como su ídolo. “Dalio ‘Maravilla‘ Gamboa era un jugador clásico, rápido, independiente y creativo”.
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Fue une excelente cabeceador, ordenaba el juego, brillante para pasar la pelota. “Todos los centro delanteros con él fueron goleadores, porque se las ponía ahí”, recuerda Ruíz.
Gamboa jugó en Atlético Nacional, Millonarios, Santa Fe, en el CD Oro (un equipo de la Ciudad de México). Por cierto, Maravilla fue de los primeros jugadores que exportó Colombia hacía otro país. Con Independiente Santa Fe conquistó una liga en 1966, y con el equipo azul ganó cinco ligas y una copa Colombia. Del 61 al 64.
A propósito de su paso por México en la temporada 59-60 fue considerado el mejor jugador de ese país.
Ruiz también nos recordó varios de sus goles, uno de ellos, una chilena que le anotó a Alianza Lima de Perú.
A propósito de goles, con la selección Colombia anotó seis en 23 partidos. Jugó el Mundial de Chile 1962 y jugó únicamente en la derrota frente a Uruguay 2 por 1.
Luego ya retirado, se dedicó a formar a las inferiores de Millonarios, en voz de Ruiz, una leyenda de ese club. A pesar de eso, el hincha de la barra Búfalo Óscar Pineda, considera que Maravilla Gamboa es otro ídolo que se va sin un merecido reconocimiento.
Lo recuerdan porque ante cada pelea que se presentaba en la cancha sacaba a relucir su frase de “yo vine a jugar, no a pelear”. Por lo que siempre se le consideró como un jugador con mucho talento pero sobre todo también un caballero en la cancha. Alfonso Cañón, el ídolo de Independiente Santa Fe con el que compartió la delantera lo recuerda como un extraordinario ser humano, por eso su apodo.
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Maravilla Gamboa era cabeceador extraordinario, goleador innato. Pero también era humano, el ídolo Cañón recuerda una anécdota que no se le borrará nunca de la mente. Tira un centro para que Maravilla haga de las suyas: le pegue un cabezazo mortal para que toque la malla. Pero se resbala, se desliza como un esquí y termina en el suelo. El balón sigue derecho.
A propósito de los 70 años de la liga colombiana es preciso reconocer a uno de los jugadores más valiosos de su historia. Con 491 partidos y 178 goles, Delio ‘Maravilla‘ Gamboa llega al cielo, vestido con la 11 en su espalda, a jugar fútbol con las estrellas.