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FÚTBOL

Murió Marcos Coll, célebre por el único gol olímpico de los mundiales

El autor del único gol olímpico de la historia de los Mundiales falleció en Barranquilla a sus 81 años.

6 de junio de 2017

Arica (Chile), domingo 3 de junio de 1962, estadio Carlos Dittborn. Segundo partido del grupo A del Mundial de Chile. La poderosa selección de la Unión Soviética se enfrentaba a Colombia, debutante en un mundial. Minuto 66, marcador 4-1 a favor de los soviéticos. Tiro de esquina para Colombia. Marcos Coll se para frente a la pelota. Suena el silbato. El jugador barranquillero patea, a media altura, buscando a uno de sus compañeros. La pelota, sin embargo, da un bote en el área y se mete en el arco de Lev Yashin, la araña negra, el mejor arquero del mundo, decían. No solo fue el 4-2, parcial. Ese gol quedó grabado en la historia del fútbol, el único gol olímpico que se ha marcado en los mundiales. Desde entonces a Marcos lo llamaron el ‘Olímpico’. Hasta este jueves, cuando el futbolista murió en su ciudad natal, a los 81 años. Aunque seguirá llevando ese apodo, aún en la eternidad.

En Chile de 1962, la Selección Colombia se estrenó en un Mundial. Su debut fue derrota por 2 a 1 ante Uruguay. El segundo rival era la selección soviética, capitaneada por el legendario arquero Lev Yashin.

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A los 15 minutos del primer tiempo, Colombia ya perdía 3-0. Germán ‘El Cuca‘ Aceros, marcó el descuento con el que terminó la primera etapa. Los soviéticos aumentaron la ventaja, hasta que llegó aquel minuto 66, que lo cambiaría todo.

Marcos Coll,  en ese momento jugador del América de Cali, se fue al córner para levantar el servicio de esquina. Su decisión a la hora del tiro de esquina fue hacerlo a media altura y con chanfle buscando un rebote, que le pegara a alguien, pues Delio Gamboa, la principal amenaza del equipo nacional, había sido sustituido. El técnico de la Selección era el maestro argentino Adolfo Pedernera, y el equipo jugaba con camiseta azul, pantaloneta negra y calcetines blancos.

"El cobro se hizo del lado izquierdo, con pierna derecha, con efecto y todo, y el hombre que estaba cubriendo el primer palo se apartó cuando vio que la pelota se le venía encima, y esta picó, hizo un efecto y se introdujo en el arco del ruso Lev Yashin", así describió la jugada Coll, en una entrevista con la Agencia EFE.

"La verdad es que no era la intención mía cobrar el tiro de esquina para hacer el gol olímpico, lo que pasa, y lo digo sin nada de vanidad, es que yo le pegaba muy bien a la pelota y con efecto", dijo Coll cuando fue interrogado sobre el que sería el momento más importante de su vida como futbolista.

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Mágicamente la pelota ingreso sin que nadie la tocara en su trayecto al arco, y de esta forma, Coll lograba el primer, y hasta ahora único gol, olímpico de la historia. Una gesta para Colombia, pero quizás una vergüenza para el que era considerado el mejor arquero del mundo. En la historia quedará que a la ‘araña negra’ (le decían así porque siempre vestía de negro) le marcaron el único gol olímpico de los mundiales.

Este tanto inició el camino para la histórica remontada del equipo colombiano que a la postre lograría empatar 4 a 4 frente a este encopetado rival.

55 años y tres días después del gol olímpico Marcos Coll se despidió del mundo en su natal Barranquilla. El icónico jugador falleció en la Clínica Bonadona Prevenir, después de haber pasado varias semanas en cuidados intensivos por sus quebrantos de salud.

El fútbol fue un legado familiar y como curiosa jugada del destino los miembros de la familia Coll tuvieron un partido para entrar en la historia. El padre de Marcos fue árbitro y se encargó de dirigir el primer partido de la historia del campeonato profesional colombiano, luego fue el primer árbitro FIFA de la historia del país.

Marcos debutó como profesional a los 17 años en el desaparecido Sporting de Barranquilla. Luego de lograr el único título de su carrera, con Independiente Medellín, en 1955, emigró hacía el fútbol argentino para jugar con el Platense en 1956. Después este corto paso en el exterior regresó al fútbol nacional para jugar en Deportes Tolima (1956-1959), Atlético Bucaramanga (1960) y América de Cali (1960-1964).

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Tras su fama por el gol olímpico, volvió a emigrar al exterior, con el Irapuato de México para luego regresar al Deportes Tolima (1964-1969) y finalizó su trayectoria con el equipo insignia de su ciudad, Junior de Barranquilla (1970-1971).

Su hijo Mario Alberto continuó el legado, fue futbolista del Junior, América y Millonarios, y se hizo célebre en la Copa América de 1987 por haber ‘anulado’ con su marca personal a Diego Maradona, quien venía de coronarse campeón con Argentina en México 86. En aquel encuentro por el tercer lugar del torneo, Colombia derrotó a los campeones del mundo, en su propio feudo.