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Murió Modeste M’bami, jugador africano que quedó en la historia de Millonarios
El futbolista camerunés, que también pasó por el París Saint-Germain, falleció en Francia a la edad de 40 años.
El fútbol camerunés se encuentra de luto tras confirmarse el fallecimiento de Modeste M’Bami, ganador del oro olímpico en el año 2000 y famoso por haber jugado un semestre en Millonarios, convirtiéndose en el primer y único jugador de nacionalidad africana que jugó en los 76 años de existencia del cuadro embajador.
De acuerdo a lo que reporta L’Equipe este sábado, M’Bami falleció por un infarto fulminante a sus 40 años, de acuerdo a lo que informaron sus seres queridos. A pesar de haber nacido en Camerún, el volante hizo la mayor parte de su carrera en Francia, país en el que vivió hasta su último día.
Según los primeros reportes, el exfutbolista fue encontrado sin vida en su casa de la ciudad de Le Havre, donde residía desde que tomó la decisión de retirarse del deporte profesional en el año 2016.
M’Bami también vistió las camisetas del París Saint-Germain con el que conquistó dos títulos de la Copa de Francia (2004 y 2006), cuando todavía no habían recibido la inversión de los cataríes. Aunque el PSG vive hoy otro presente, no se olvidó de enviar sus condolencias por el sorpresivo fallecimiento de su exjugador.
Le @PSG_inside est en deuil. Modeste Mbami vient de nous quitter, à l’âge de 40 ans, après avoir succombé à une crise cardiaque.
— Paris Saint-Germain (@PSG_inside) January 7, 2023
“El PSG está de luto. Modeste Mbami acaba de dejarnos, a los 40 años, tras sucumbir a un infarto”, publicó la cuenta oficial del club parisino, confirmando la versión que salió en la prensa de ese país. Olympique de Marsella, otra de las camisetas que vistió en el fútbol francés, también envió su pésame, lamentando la “repentina desaparición de Modeste” y enviando mensajes de fortaleca a “la familia y los seres queridos de nuestro exatleta olímpico”.
Dura infancia en Yaundé
Mucho antes de llegar a Francia y siquiera pensar que algún día jugaría en Colombia, M’bami vivió una infancia difícil en Yaundé, capital de Camerún, de donde salió muy joven detrás del sueño de ser profesional como varios de los ídolos que ha tenido la historia de los ‘Leones Indomables’.
Le Parisien recuerda este sábado una entrevista en la que relataba como fueron sus primeros años de vida. “Mis hermanos mayores tenían mil veces más talento que yo. Pero siguieron caminos extraños y terminaron siendo asesinados. Tal vez fue mi ángel de la guarda quien me hizo evitar ciertas cosas”, dijo en 2004.
“Podría haber ido mal. Para mi padre, tendero en una caja de importación-exportación, había que ir a la escuela. Quería protegernos. No se nos permitía ir por la calle, ni relacionarnos con los demás. Ni siquiera sabía que la cancha de fútbol estaba a 100 metros de la casa”, contaba el camerunés.
Después de explotar como profesional en suelo francés, M’bami partió a España con el Almería, lugar donde conoció a Juan Manuel Lillo, técnico encargado de traerlo a Colombia un par de años después.
Sin duda el fichaje de un jugador africano sorprendió en el FPC, sin embargo, venía con toda la confianza del estratega español, que lo trajo con el único objetivo de potenciar su mediocampo. “No me extraña estar acá porque el técnico sabe sobre mis condiciones, al profe le gusta darle buen trato a la pelota”, dijo el camerunés en la primera rueda de prensa que concedió como jugador de Millonarios.
M’bami jugó un total de 14 partidos ligueros con los azules, acumulando un total de 1118 minutos disputados. El problema es que el ciclo de Lillo en Bogotá no duró mucho y, después de un semestre jugado, el volante africano tuvo que partir al no tener la motivación del entrenador que lo contrató directamente desde el fútbol árabe.
Después de Millonarios, partió de regreso a Francia, exactamente al Le Havre, entonces equipo de segunda división, donde disputó sus últimos años como profesional antes de retirarse, aunque permaneció en la ciudad hasta este sábado 7 de enero, día de su fallecimiento por un infarto que lamentan los clubes por los que pasó.