El nadador Nelson Crispín batió el récord mundial de paranatación, en la prueba de los 200 metros combinado S6, con un tiempo de 2:38.12.
El nadador Nelson Crispín batió el récord mundial de paranatación, en la prueba de los 200 metros combinado. | Foto: Revista Semana

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Nelson Crispín sigue haciendo historia: tercera medalla en los Juegos Paralímpicos de Tokio

El paratleta colombiano se ha bañado de oro, plata y bronce.

30 de agosto de 2021

La semana inició de la mejor manera para Colombia en los Juegos Paralímpicos. Este lunes, la delegación cafetera sumó una nueva medalla en la competición gracias a otra buena actuación del nadador Nelson Crispín.

Después de conseguir el oro en los 200 metros combinados SM6 y la plata en los 100 metros pecho SB6, en las últimas horas el paratleta colombiano se bañó de bronce en la prueba de los 50 metros mariposa en la categoría S6. En la ronda final, Crispín registró un tiempo de 31.77 para asegurar su puesto en el podio y estuvo detrás de China, país que se quedó con el oro y la plata con tiempos de 30.81 y 32.54, respectivamente.

Con esta medalla de bronce, el bumangués de 29 años sumó su tercera presea en Tokio 2020 y suma seis en total en los Juegos Paralímpicos tras las tres que logró en Río 2016, todas de plata.

Al término de la competencia, Nelson Crispín se mostró feliz por el resultado que lo pone en lo más alto de la historia paralímpica colombiana: “Feliz, contento por estos resultados. Cada juego es una oportunidad, esta no ha sido la excepción. ¡Se han dado los resultados!”, expresó al Comité Paralímpico Colombiano.

“Seguimos trabajando para seguir mejorando y agradecido con toda la gente que me apoya. Como siempre se la dedico (la medalla) a Dios, a mi familia, a toda la gente que nos acompaña, a Colombia, a la gente que está aquí apoyándonos. Muy agradecido y muy feliz”, añadió el paratleta colombiano.

Un ejemplo de superación

Que un niño de 12 años asuma una discapacidad es complicado para cualquier familia y más cuando los médicos confirman que es imposible realizarle un tratamiento con hormonas de crecimiento, pues podría causarle malformaciones. Cirugía de alargamiento de extremidades parecía ser la salida.

Sin embargo, cuando más desahuciado se sentía, los doctores sugirieron a Nelson Crispín practicar deporte. En el baloncesto encontró la terapia para la acondroplasia (mide 1,35 metros). En el agua confirmó que todo peso se vuelve más liviano y decidió salir a flote braceando fuertemente.

A la piscina llegó por pura casualidad, a sus 14 años, pues iba a los entrenamientos de su hermano como compañía.

Allí, William David Jiménez le arrebató la pelota naranja y lo motivó a darse un chapuzón con la experiencia del entrenador Moisés Fuentes, quien se percató de la discapacidad de Nelson Crispín y lo invitó a sumergirse en un mundo que él dominaría con altura.

“Antes de iniciar en el deporte yo me encontraba en un proceso de aceptación conmigo mismo, recuerdo que en eso acompañé a mi hermano a las piscinas olímpicas y conocí a mi actual entrenador, quien me invitó a hacer parte del deporte, cosa que, para ese momento de mi vida, cayó muy bien”, recuerda Crispín.

Lo llaman el gigante del agua. En sus inicios pensó que le quedaría grande la natación, pues le temía a nadar en espacios tan grandes, a ahogarse por el trastorno en el crecimiento que sufre que se refleja en los cartílagos y provoca enanismo especialmente en las extremidades.

“Yo no sabía nadar, empecé a perderle el miedo al agua y con todas las técnicas que me enseñó el profesor, empecé a perfeccionar todos los estilos y a concentrarme más en la parte del entrenamiento”, cuenta Crispín sobre sus inicios.

Desde 2008 comenzó a competir a nivel nacional, porque las competencias locales en su natal Bucaramanga y departamentales le quedaban pequeñas. No tenía rivales.

Con esfuerzo, disciplina y autoconfianza, características que le costaron por las constantes burlas de la gente y las miradas poco disimuladas en las calles tras su estatura, llegó a Londres 2012. Allí le faltaron unas centésimas para subirse al podio, cuatro para ser exactos le quitaron el bronce.

Ese episodio lo llenó de un carácter que se hizo más inmenso que su frustración y en Río 2016 se colgó tres preseas de plata. Eso sin contar que fue múltiple campeón en los Juegos Parapanamericanos de Guadalajara; en el Campeonato Mundial de Montreal (2013); en los Juegos Parasuramericanos de Santiago (2014); y en los Juegos Parapanamericanos de Lima (2019), entre otros.