TOUR DE FRANCIA
¿El ciclismo colombiano atraviesa el mejor momento de su historia?
Una generación dorada de corredores nacionales está logrando importantes hazañas en Europa. Rigoberto Urán fue uno de los que abrió camino en el viejo continente. Se fue a los 19 años. Esta es la explicación de por qué Colombia es potencia mundial en este deporte.
En 1975, Martín Emilio Rodríguez se convertía en el primer colombiano en competir en un Tour de Francia. El laureado ciclista, más conocido como Cochise, asistía a la carrera ciclística más importante del mundo como gregario del italiano Felice Gimondi, líder del equipo italiano Bianchi-Campagnolo.
En su labor de peón, Cochise ayudó a que su líder terminara sexto. Pero al colombiano no se le dio la gloria de la victoria -esa que ya obtenido en el Giro de Italia-, y terminó en la posición 27 de la carrera, su última en territorio europeo.
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Pasaron 8 años para que los colombianos regresaran a la Grand Boucle y esta vez Cochise ya no iba como pedalista sino como técnico. Ya no sería un corredor sino todo un grupo el que representaría al país.
El equipo Pilas Varta bajo el mando del legendario Luis Ocaña y con corredores como Patrocinio Jiménez y Edgar Corredor, demostraron toda la capacidad de los colombianos en las montañas y pelearon por varias victorias de etapa y la camiseta de los pontos rojos.
Sin embargo, sufrieron con los abanicos y el pavés que era algo nuevo para todo este grupo que tenía poca experiencia en el ciclismo europeo. Aquella actuación sirvió de abrebocas para la primera gran época del ciclismo colombiano que tuvo a Lucho Herrera y Fabio Parra como protagonistas históricos.
El 10 de julio de 1985 en la etapa entre Morzine-Lans-en-Vercors, Parra y Herrera dieron una exhibición que vaticinó que los ‘escarabajos’ estaban llegando al viejo continente para quedarse. Los corredores del equipo Café de Colombia lograron el 1-2, entrando uno detrás del otro, en una jornada de dura montaña. Esa fue una de las imágenes más recordadas que ha producido el ciclismo nacional.
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Gracias a esta y otras importantes actuaciones, Parra logró otro hito para el ciclismo nacional: ser el primer pedalista al que un equipo europeo le daba la confianza de ser líder. Con el Kelme en 1988 sería el primer corredor colombiano en llegar al podio del Tour.
19 años después, Rigoberto Urán volvió a traer a la memoria esa icónica imagen de Pedro Delgado, Steven Rooks y Fabio Parra en el podio. El corredor antioqueño logró la segunda posición del Tour quedando a solo 54 segundos de la leyenda en la que se ha convertido Chris Froome.
A pesar de que 1988 los ciclistas eran aclamados por todos sus logros, lo que ha hecho esta nueva generación de ‘escarabajos‘ bien puede catalogarse como fuera de serie. La cantidad de ciclistas que triunfan en Europa es cada vez mayor. Y ya no solo se destacan en las montañas sino que han aprendido a especializarse en otros terrenos.
El camino que abrió Rigo
El ejemplo más claro es el caso del subcampéon del Tour. Rigoberto Urán es el pionero de este grupo que tiene a Colombia en la tercera posición del ranking de naciones de la UCI. El nacido en Urrao se fue a cumplir sus sueños en Europa a los 19 años. La madurez que ha alcanzado como ciclista de alto rendimiento se nutrió, sobre todo, al otro lado del oceáno.
En el viejo continente Rigo sufrió los rigores que implicaban dejar atrás a su familia. Adaptarse a las costumbres de la sociedad europea y a la manera en que se concible allá el ciclismo fueron factores que al final ayudaron.
Desde la salida de Urán, cada vez son más los escarabajos que dejan el país a corta edad y se preparan para competir en el ciclismo más exigente. El esarrollo físico y técnico bajo estas complicadas condiciones hace que los colombianos desarrollen todo su potencial.
Nairo Quintana, Esteban Chaves, Sergio Luis Henao, Sebastián Henao, Darwin Atapuma, Jarlinson Pantano, Carlos Betancur, Winner Anacona, Miguel Ángel López, Fernando Gaviria, Jhonathan Restrepo y Dayer Quintana son hoy por hoy los representantes del país en la élite del ciclismo mundial. Todos compiten en los equipos del circuito del World Tour.
En las últimas grandes vueltas los colombianos han sido protagonistas y desde el Giro de 2016 siempre han estado presentes en el podio.
Giro 2016: Esteban Chaves (2°)
Tour de Francia 2016: Nairo Quintana (2°)
Vuelta a España 2016: Nairo Quintana (1°) y Esteban Chaves (3°)
Giro 2017: Nairo Quintana (2°)
Tour de Francia 2017: Riboerto Uran (2°)
Crecer en Colombia tiene sus ventajas
Y es que Colombia cumple con las condiciones perfectas para producir grandes ciclistas. El quebrado paisaje de la geografía nacional en la que compiten los corredores desde su infancia permite que tengan un físico privilegiado para la alta montaña.
Está probado medicamente que los escarabajos son más eficientes a la hora de gestionar el oxígeno por haber crecido en alturas superiores a los 2.000 metros. Y como desde niños pedalean intrincadas rampas su habilidad para escalar es natural.
Sin embargo, cada corredor es distinto y cada uno aprovecha sus habilidades específicas para marcar diferencia. Rigoberto es el más completo. Se defiende en montaña sin ningún problema, es además uno de los mejores del mundo en el descenso, tiene buen arrastre de velocidad para los embalajes, gran posición en la contrarreloj, sin contar la experiencia que le brinda el haber vivido más de 10 años en Europa.
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Nairo Quintana es un tipo de corredor que solo nace una vez en la vida. Su capacidad para escalar no tiene igual gracias a su capacidad para generar potencia sin importar que solo tenga un peso de 58 kilógramos. Sus escaladas ya son legendarias y a pesar de que en este Tour no se le dieron las cosas siegue siendo uno de los mejores del mundo.
El caso de Esteban Chaves es distinto. El bogotano es el más inteligente y estratégico de todos. El Chavito no gasta un pedalazo que no sea necesario y es muy perspicaz a la hora de escoger qué rueda seguir en cada etapa. Una frialdad que muchas veces termina siendo más importante que las fuerzas de las piernas.
Pero el corredor que rompe el molde con respecto a todos sus compatriotas es Fernando Gaviria. A sus 22 años ya es uno de los mejores embaladores del mundo y en su primera carrera grande, que fue el Giro de Italia, logró 4 victorias de etapa y se quedó con la camiseta de puntos.
El corredor de La Ceja no tiene igual a la hora de generar velocidad en las llegadas y su capacidad para imponerse con diferentes estrategias hace que los especialistas lo consideren como el esprinter que va a dominar el ciclismo mundial en los años por venir.
Todos estos colombianos son los más apetecidos por parte de los más importantes equipos del mundo, ya sea para hacer labor de gregarios o de líderes. El mayor de este conjunto es Urán con 30 años y todavía es mucho lo que puede dar.
Pero lo más importante es que todo está dado para que haya un recambio generacional. Ya son varios los corredores menores de 23 que se destacan en Europa. El que más brilla es ‘La Bestia’ Egan Bernal.
La nueva joya del ciclismo nacional ya ha ganado varias carreras en Europa a pesar de solo tener 20 años. Gigantes del circuito como el Sky han mostrado su interés en ficharlo sin importar su juventud.
Egan podrá mostrar todo su poderío en el Tour de L’Avenir, la carrera en la que compiten los mejores ciclistas jóvenes del mundo y la misma que abrió las puertas a los colombianos en la década del ochenta. Junta a él estarán Iván Sosa, Daniel Martínez, Wildy Sandoval, Cristian Muñoz y Álvaro Hodeg.
Otros corredores jóvenes que podrán demostrar su valía en el ciclismo mundial serán los integrantes del equipo Manzana Postobón, que es uno de los invitados a la Vuelta a España. Allí tendrán una enorme vitrina.
Los que dicen que el ciclismo es el deporte nacional tienen razón. Este prodigioso grupo de ciclistas, esta generación de oro, es la prueba más clara de que Colombia siempre será tierra de escarabajos.