Presidentes del fútbol colombiano opinan en SEMANA sobre las medidas de la Fifa contra el racismo

Gianni Infantino, presidente de la Fifa, insiste en implementar castigos severos y automáticos para aquellos equipos cuyos seguidores incurran en actos de racismo o discriminación.

En el compromiso Udinese vs. Milan, después del gol anotado por Loftus-Cheek del equipo rossoneri, el árbitro del compromiso detuvo el partido, pues Maignan, arquero del Milan denunció cánticos racistas en su contra por parte de los hinchas locales en el estadio Bluenergy.

El club local pidió por los altoparlantes del escenario deportivo evitar este comportamiento. Al minuto 33, el francés Maignan regresó al camerino con el apoyo de todos sus compañeros, que lo siguieron. El partido se reanudó, pero marcó un precedente en el balompié internacional.

“Lo que ha pasado no puede tener lugar en un estadio. Me gritaban versos de mono y no es la primera vez que me pasa: debemos reaccionar todos así y denunciar”, dijo el guardameta a DAZN.

La Fifa, en cabeza de su máximo directivo, reaccionó: “Los eventos ocurridos el sábado en Udine y Sheffield son totalmente aborrecibles y completamente inaceptables”, afirmó en un comunicado.

“Además del proceso de tres pasos (partido detenido, partido reanudado y partido abandonado), tenemos que implantar una pérdida automática para el equipo cuyos aficionados hayan cometido actos racistas y hayan provocado el abandono del partido, así como prohibiciones de acceso a estadios de todo el mundo y cargos penales para los racistas”, indicó Infantino.

SEMANA contactó a algunos de los presidentes de los clubes en Colombia y preguntó sus opiniones al respecto de las drásticas medidas que propone Fifa, como la derrota automática para el equipo cuyos hinchas se porten mal en los estadios.

¿Es justa la medida?

César Guzmán, presidente de Patriotas

“Estoy de acuerdo [con] que las sanciones para esos hechos graves y delicados de racismo sean drásticas. Hay que tener cuidado con el tema, cuando los hechos son colectivos y no de una sola persona, utilizando palabras no solo racistas sino también de xenofobia. El equipo del que hacen parte aquellos aficionados, debe tener la pérdida de puntos, de categoría. Son hechos que no se pueden tolerar y tal vez así estas conductas en el fútbol se acaben”, dijo a esta casa periodística.

Mauricio Navarro, presidente de Nacional

“Desde Atlético Nacional rechazamos cualquier tipo de violencia que se practique no solamente en el fútbol, sino en cualquier ámbito del deporte o de la humanidad. El fútbol lamentablemente no es ajeno a ello. Esta es una actividad practicada por todas las razas en el mundo. Ratificamos el apoyo a todas las campañas que la Fifa haga o practique con respecto a la violencia y al racismo”, destacó.

Carlos Mario Zuluaga, presidente de Equidad

“Hay una razón lógica y es que todos rechazamos y repudiamos los temas de racismo. Todos tenemos que apoyar porque es una parte innata de los derechos humanos. Lo que no me queda claro es el juzgamiento para que los clubes sean los responsables. Allí es donde tenemos el problema. En cualquier momento y en una final, por ejemplo, algunos hinchas del otro equipo que vaya perdiendo provocan desmanes y esto trae un fallo contrario al equipo que no es culpable si es el local.

Pienso que puede ser peligroso ese tipo de hechos. No me queda claro el hilo tan delgado entre política y fútbol. Estoy de acuerdo que se rechace, pero no en el juzgamiento, en que sean los clubes los que tengan que responder por algo imposible de controlar, desafortunadamente. Debe haber castigos personalizados y que sean lo suficientemente fuertes. En el estadio Metropolitano hemos visto actos que nos perjudican a futuro si se dan estas ejecutorias en el fútbol mundial”, confesó insatisfecho.

Fernando Salazar, máximo accionista de Águilas Doradas

“El racismo en el fútbol refleja problemáticas arraigadas en la sociedad moderna. Desde una perspectiva sociológica, estas conductas discriminatorias evidencian tensiones profundas relacionadas con la identidad y la aceptación. La sociedad moderna, en teoría, rechaza cualquier forma de discriminación, pero la realidad en los estadios sugiere que aún queda trabajo por hacer.

La lucha contra el racismo en el fútbol no es solo un asunto deportivo; es un reflejo de la batalla más amplia contra la intolerancia y la exclusión en la sociedad. El papel de las instituciones deportivas y los líderes en este contexto es crucial. Implementar medidas concretas, como sanciones severas y programas educativos, es esencial para cambiar la cultura arraigada en algunos segmentos de la afición. Además, fomentar la diversidad en todos los niveles del deporte, desde los equipos hasta la administración, puede contribuir a una representación más equitativa y a la desmitificación de estereotipos perjudiciales. Solo mediante un compromiso colectivo y sostenido se puede aspirar a crear un entorno donde la belleza del juego se celebre sin el lastre de la discriminación”, concluyó en SEMANA.