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Castañeda y Arboleda: el cuento de hadas de los dos caleños en el Sheriff de Moldavia
Aunque son prácticamente desconocidos, solamente ellos, junto con un arquero suplente de 1952, pueden decir “yo le gané al Real Madrid” en el mítico terreno de Chamartín.
Dos caleños, Frank Castañeda (27 años) y Danilo Arboleda (26), deben admitir que no imaginaron jugar en el césped del Santiago Bernabéu y enfrentar al francés Karim Benzema o al belga Eden Hazard, el mejor 10 del mundial de Rusia. Aunque el sueño de todo futbolista, sin duda, es llegar a jugar la Champions League, nadie en Colombia imaginó verlos en la pantalla, más aún cuando no dejaban de ser uno más entre los cerca de 1.100 jugadores inscritos en la Dimayor, y que se ganan la vida en clubes de primera y segunda división. Castañeda y Arboleda, sin embargo, son de momento los únicos colombianos (después de Gabriel Ochoa Uribe, Francisco ‘Cobo’ Zuluaga y Alcides Aguilare, del plantel de Millonarios en 1952), que pueden decir “yo le gané al Real Madrid” en el mítico terreno de Chamartín.
El delantero Frank Castañeda, por ejemplo, no conoce lo que es jugar en el Pascual Guerrero de su ciudad natal, ni en el Palmaseca de Palmira. Tampoco en el Campín, el Atanasio, o el Metropolitano. Entre 2016 y 2017 jugó para el Orsomarso (Popayán) en la primera b, y en 46 partidos su saldo goleador fue de 4 anotaciones. Promedio que, lógicamente, no llamaría la atención de ningún equipo de la gran carpa del fútbol colombiano. Apenas ahora, que su nombre es conocido por ser el 10 y capitán del Sheriff de Tiraspol de la liga de Moldavia, se vino a saber que desde mediados de 2017 y hasta el momento que comenzó la pandemia, marzo de 2020, marcó 24 goles en 64 partidos con el Sénica de Eslovaquia, y en en 2021 salió campeón, hizo 38 en 58 juegos, con su actual equipo.
Arboleda, defensa central, debutó en el profesionalismo con el pie derecho, pues integró el plantel del Deportivo Cali del pecoso Castro que se coronó campeón de Liga en junio de 2015. No se consolidó y deambuló por otros equipos, América, Patriotas, La Equidad y Deportivo Pasto, donde lo observaron desde el equipo “más grande de Moldavia”, como lo confesó recientemente el jugador en el Vbar de Caracol Radio. En esa liga exótica, para muchos, consideraron que podría ser un refuerzo para la aventura de la Champions League.
Enfrentar al Real Madrid, en teoría, es casi que privilegio exclusivo de jugadores de selección, Falcao, Cuadrado, Ospina, Lucho Díaz, Duván Zapata, Luis Muriel, Carlos Bacca, por mencionar algunos. Castañeda y Arboleda (por lo menos hasta esta semana) no están en el radar de Reinaldo Rueda. Pero el destino los escogió, y en buena parte los premió, al hacer historia al derrotar al mejor equipo de la historia en el siglo XX, según la Fifa. Hoy, estos dos caleños empiezan a ser conocidos en todos los rincones de Europa, y comparten un sueño que ni en un sueño se haría posible, pero que esta semana se hizo ‘Real’, en Madrid.
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El sueño comenzó en julio, en Albania,primera ronda de clasificación en la Champions League, eliminando al KS Teuta; en segunda ronda, al Alashkert de Armenia; en tercera, al Estrella Roja de Belgrado (Serbia), y en el play off al Dynamo de Zagreb (Croacia). Nunca en la historia de la Champions League un equipo de Moldavia se había clasificado a la fase de grupos.
En Tiraspol, capital de la autoproclamada República de Transnistria, pero al interior del territorio de Moldavia, la gente es fría como el clima, se habla en ruso y se paga en rublos, y en el invierno ni se puede salir a la calle con 20 grados bajo cero. Pero 30 jugadores de 18 nacionalidades (5 jugadores de Moldavia, 2 de Serbia, 3 de Grecia, 3 de Brasil, 3 de Malí, 2 de Colombia, 1 de Malaui, 1 de Bosnia, 1 de Trinidad y Tobago, 1 de Perú, 1 de Ucrania, 1 de Niger, 1 de Ghana, 1 de Macedonia del Norte, 1 de Luxemburgo, 1 de Eslovenia, 1 de Uzbequistan, 1 de Costa de Marfil), dirigidos por un ucraniano que habla ruso y necesita traductor al inglés, idioma “oficial” del vestuario, han encendido la pasión por el fútbol. La suerte del sorteo los ubicó en el Grupo D junto al Real Madrid, Inter de Milán y Shakhtar Donetsk de Ucrania, y de ser la cenicienta, son líderes con 6 puntos jugadas dos fechas.
Al día siguiente de la victoria ante el Madrid, en la hora de trayecto desde el aeropuerto, se armó una improvisada caravana al paso del bus de dos pisos que llevaba a los héroes del fútbol de Moldavia, y todos los autos tocaban las bocinas, según el relato de Gustavo Dulanto, defensa central que hace pareja con Arboleda, y que en los 10 partidos que han jugado en la Champions les han marcado solo 3 goles, uno de ellos de penal, el que marcó Benzema. Nacido en Perú, reveló que el secreto es que hablan en castellano todo el juego, y ya se entiende a la perfección con el zaguero colombiano. Y es que fuera de ella, los jugadores entrenan y hacen vida social entre ellos, especialmente entre latinoamericanos. “Danilo es una persona muy alegre, hace que mis días sean más fáciles en el club”, dijo en diálogo con el Alargue de Caracol Radio.
Sheriff, el equipo del que ahora todos hablan en Europa (junto a la debacle del Barcelona de Koeman), es el nombre de la empresa de vigilancia que desde la fundación, en 1997, ha sido el principal patrocinador del club. Tiene 2 estadios propios y 16 canchas en su sede de entrenamiento. “En Perú ningún club tiene esa infraestructura”, dice Dulanto.
Frank, quien ya vive con su esposa, pero que a diario se reúne con los jugadores latinos para jugar dominó o hacer asados, es reconocido en la calles de Tiraspol, y uno de los más asediados por los aficionados para un autógrafo o una fotografía. Arboleda también confiesa que ni en Cali, Tunja, Pasto y Bogotá lo habían parado a saludarlo y a desearle suerte como le sucede en la segunda ciudad más grande del territorio moldavo, con 190.000 habitantes, y que no ha tenido el más mínimo problema con sueldos atrasados, como alguna vez lo vivió en su tierra.
Los dos futbolistas caleños coinciden en que nunca en su carrera habían tenido tantas comodidades para vivir del fútbol, y que en buena parte por eso es que los jugadores “entregan la vida por el compañero” en el Sheriff, como quedó en evidencia en el césped del Bernabéu, de donde ambos regresaron con una camiseta del Madrid, la que les regaló Eden Hazard. Ese será el recuerdo de un sueño que de momento ya los inscribió en la historia de la Champions League en Europa. Un sueño del que Frank y Danilo no quieren despertar.