Especial Mundial
Que no se repita lo de Qatar 2022: Colombia no debe faltar a otro Mundial
Hará mucha falta la selección en el Mundial, pero una serie de desacertadas decisiones nos han privado de esta fiesta. ¿Qué fue lo que hicimos en las eliminatorias?
La salida de José Néstor Pékerman fue lapidaria. La Selección Colombia evolucionó con su idea de fútbol. Había un proceso, individualidades y un grupo brillante. Volvimos, en Brasil 2014, a un Mundial después de 16 años. Y repetimos cuatro años después en Rusia. Pero hoy no estamos en Qatar. Cuesta aceptarlo.
Aquella salida fue tan lapidaria como las frases posteriores de varios jugadores. El volante Fabián Vargas, por ejemplo, dijo en su momento que “las malas decisiones de los directivos acabaron uno de los mejores procesos que tuvo la tricolor”. Decisiones que comenzaron con nombrar al portugués Carlos Queiroz, casi seis meses después de haberse ido el entrenador argentino. Al europeo lo pintaron como alguien que revolucionaría el fútbol nacional. Nada más alejado de la realidad: conocía muy poco el fútbol y a los jugadores de acá.
Comenzó con una Copa América 2019 en la que Colombia derrotó a Argentina, Qatar y Paraguay, pero fue eliminado por Chile en los penales. Aun así, criticado por su estilo defensivo y predecible. Su 4-3-3, priorizando el juego directo con salida por las bandas, no contagiaba.
Luego vino la debacle, las irritantes derrotas en la eliminatoria frente a Uruguay (3-0) y Ecuador (6-1). El portugués –que sí estará en el Mundial de Qatar dirigiendo a Irán–, fue despedido con un 59 % de rendimiento y en medio de rumores de que en el camerino la convivencia de los jugadores estaba rota.
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Hagamos memoria: martes 17 de noviembre de 2020, Quito, hasta poco antes del partido contra Ecuador, esperábamos que el arquero fuera, como solía serlo, David Ospina. No ocurrió así y entró Camilo Vargas, el suplente, aquella tarde doblegado seis veces. El titular, Ospina, fue señalado de no haber querido tapar. Su defensa fue que “estaba lesionado y mi ausencia se prestó para muchos comentarios y morbo. Esa energía negativa no ayudó en el recorrido de la eliminatoria”.
En medio de la desazón, de las obvias dudas de la hinchada contra todo y todos, se habló de recuperar el ADN perdido con Queiroz. Los dirigentes de Colombia se decantaron por Reinaldo Rueda, que dejó Chile para venir a cumplir el sueño de su país. Más allá de los siete triunfos, diez empates y cinco derrotas entre amistosos, eliminatorias y Copa América 2021, donde obtuvo el tercer puesto, Rueda fue el rey de su propia condena.
Hoy nos seguimos preguntando: ¿A qué jugamos? Retomo lo dicho por Alexis García: “Cambiamos un técnico a mitad de camino y es de las cosas más graves que puede ocurrir”.
Su poca coherencia en las convocatorias es ilustrada por el caso James Rodríguez, borrado de la Copa América argumentando que lo necesitaba al ‘500 %’. Pero ante la necesidad y sin que el jugador estuviera en forma, lo trajo en el ocaso de la eliminatoria, cuando todo ardía. Modo que aplicó con otros jugadores que saltaron a la cancha solo avalados por su buen nombre.
Colombia acumuló un número insólito: siete partidos sin anotar gol. A la poca generación de juego ofensivo y nula efectividad de los delanteros, sumó la cobardía del entrenador que –como en su momento lo afirmó Falcao García tras la derrota 1-0 contra Argentina, en Buenos Aires–, quería “aguantar y defenderse”. Pero bien preguntó el Tino Asprilla: “¿Y dónde quedó la rebeldía de los jugadores? Finalmente ellos son los que deciden en la cancha”.
Ahora está Néstor Lorenzo, pupilo de Pékerman, para devolverle a la selección lo que perdió, identidad y fútbol. Ya comienza Qatar 2022. Y lo que aquí recapitulo, recuerdo, es para no repetirlo. Colombia no debe faltar a los mundiales.
*Periodista colombiana. Actualmente trabaja en la revista SEMANA.