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Rosario, ciudad de Messi y Di María, celebra el tercer título mundial de Argentina en Qatar 2022
Los dos futbolistas fueron claves en la gran final de ante la selección de Francia.
Si Argentina se vio envuelta en la máxima felicidad este domingo 18 de diciembre con el triunfo ante Francia que le dio su tercer campeonato mundial en Qatar 2022, Rosario no tuvo palabras para describir la emoción por sus dos hijos dilectos: Lionel Messi y Ángel Di María.
“Esta selección se lo merece. Esto es una locura, más que todo Messi que nunca renunció e hizo tanto esfuerzo Nunca bajó los brazos. Es un grande”, le dijo a la AFP Martín Reina, de 23 años, que apenas terminó el partido rompió en llanto en el tradicional bar El Cairo, de Rosario.
Aquí se festejó, se sufrió, se lloró, se rezó y se celebraron las atajadas de Emiliano ‘Dibu’ Martínez en la serie de penales como si cada uno fuera un gol, alentando a la selección de Lionel Scaloni, a miles de kilómetros de Qatar. Y fueron ambos rosarinos los autores de los goles de Argentina en el 3-3 (dos Messi y otro de Di María) del tiempo reglamentario, que se culminó con la tanda de penales a favor de la Scaloneta.
“Es una locura, no se puede explicar esto. Messi es de Rosario, Di María es de Rosario, hicieron los goles hoy nos dieron la Copa ellos. Así que vivirlo en este lugar, no tiene precio”, afirmó Emiliano Gamara, en empleado gastronómico de 31 años que vive en Irlanda y regresó especialmente a su ciudad natal para ver el partido en familia.
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En esta ciudad que divide sus amores entre los clubes Newell’s Old Boys y Rosario Central, enemigos declarados, la selección unifica. Más allá de que Messi haya hecho sus primeros pasos en Newell’s y Di María en Central, los hinchas rosarinos los aclamaron por igual.
“Esta selección une a todos. Se ven abrazados a hinchas de Central y de Newell´s, cantando. Es lo más lindo que hay. Todo el mundo canta y alienta por la Selección. Este mes de diciembre, la Selección nos dio siete días para festejar, estar todos unidos sin distinción”, dice Nahuel Cantero, un comediante de 21 años, para quien “la pasión que se vive es difícil de explicar”.
El joven se refiere a los siete partidos que Argentina jugó en el Mundial en su camino a la conquista del título, aunque el debut ante Arabia Saudita sufrió una inesperada y dura derrota 2-1 que lo hizo reaccionar.
Famosa por su tradición futbolera y por ser semillero de cracks, Rosario es ese lugar “donde la pelota es una religión”. Ya había sucedido cuando la Scaloneta alzó la Copa América 2021 en el Maracaná, poniendo fin a 28 años de sequía de títulos. El fervor mundialista vuelve a hermanar a los rosarinos.
“Fideo, Fideo”, cantaron para alentar al delantero de la Juventus.
Con su camiseta albiceleste, las mejillas del mismo color y sus medias con la cara de Messi que utilizó en todos los partidos de Argentina, Ariel Chinazzo eligió seguir la final en el mismo bar rosarino que hicieron famoso el escritor Roberto Fontanarrosa y el cantautor español Joan Manuel Serrat, como lo hizo en todo el Mundial de Qatar.
“Tengo una felicidad enorme. Es increíble. Un sufrimiento hasta el final, pero esto es increíble”, declaró entre gritos y lágrimas. Hincha de Rosario Central y fan de Giovani Lo Celso, también originario de esta ciudad futbolera, contó que lloró cuando este jugador perfecto socio de Messi en la Selección quedó marginado del Mundial por una lesión.
Monumento al festejo
“Messi, Messi”, cantan los rosarinos y se inclinan como venerándolo, ya terminado el partido, cuando la TV repetía las mejores jugadas. El sueño argentino del volver a alzar la Copa del Mundo se cumplió tras 36 años de espera.
Una caravana de autos se lanzó a las calles hacia el Monumento a la Bandera, frente al río Paraná, cita obligada de festejos futboleros en Rosario. Muchas horas después de terminado el partido, decenas de miles de rosarinos seguían celebrando en la zona céntrica, como en todo el país.
Allí Messi parece mirar a todos desde un enorme mural. El sábado para calentar motores y calmar la ansiedad, se hizo allí un ‘banderazo’ y se desplegó una enorme camiseta argentina con el número 10 en la espalda.
Este domingo, la ciudad de Messi se tiñó de albiceleste. Para celebrar el primer título mundial del rosarino más famoso del mundo, y el tercero en la historia de Argentina, que llevaba 36 años de sequía tras ser campeón en México 1986.
*Con información de AFP.