DEPORTES
Saint Étienne, la soledad de Fredy Guarín
Sin contrato firmado, pero con la ilusión de cumplir su sueño de jugar en Europa, Guarín viajó a Francia y conquistó a la afición de un modesto equipo que lo puso a prueba como hombre.
Apenas un año en la bombonera, y Fredy dio el salto al fútbol europeo. El Saint Étienne, el equipo de primera división de esa pequeña ciudad francesa de apenas 79 kilómetros cuadrados, con una población que no superaba los 171.000 habitantes, y que carga con la mala imagen de ciudad ‘negra’, sucia y adormecida, fue su primer destino en el viejo continente.
Guarín se fue sin contrato firmado, a pesar de la negativa de su representante. Al jugador no le importó y, consciente de sus condiciones, sabía que terminaría firmando el contrato. Y así fue, se probó durante tres días y dejó locos a los franceses. Terminó jugando dos temporadas, marcó cuatro goles en 48 partidos, en los que siempre jugó con la camiseta número 10.
Sin embargo, su estadía en el país galo fue traumática. El frío que hacía en Saint Étienne era igual al del carácter de sus habitantes. Tres meses encerrado en una habitación, solo, sin poder hablar con nadie, sin recibir un saludo en la calle. Lloraba todas las noches y le decía a su madre, Silvia Vásquez, que se quería regresar a Colombia. Pero no se entregó. Pidió al equipo que le asignaran una profesora de francés y en menos de seis meses aprendió a hablarlo. La recompensa a tanto sacrificio la encontraría más tarde en Portugal.
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