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Tomás y Juan Pablo Ángel se confiesan en SEMANA: su futuro, la relación padre e hijo y las criticas por el apellido
El jugador de Atlético Nacional abrió el camino con una anotación ante Pasto y disputará una nueva final de Liga Betplay ante Millonarios.
SEMANA. ¿Qué balance hacen del Mundial y de este semestre con Nacional?
Tomás Ángel: Positivo. En lo grupal, mostramos mucha valentía de querer ir a ganar el partido, en varias ocasiones nos tocó remontar el marcador. En la Selección, en particular, quedamos con el sinsabor de no ganarle a Italia. En la parte personal, sabía que iba en un rol secundario, tenía que pelear mi puesto. Desde que entré contra Japón, las circunstancias cambiaron para mí. Con Nacional, tenía claro que no me rendiría. Encontré en Autuori un segundo papá.
Juan Pablo Ángel: Fue increíble, fue uno de los destacados porque llegó con un rol secundario y se volvió protagonista. No hay muchos en la historia del fútbol colombiano que hayan hecho tres goles en un Mundial.
SEMANA. ¿Qué tan importante fue vivir juntos ese Mundial?
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T.A.: Es un sentimiento muy bonito. Sentirse como en casa al tener a mi papá como guía. Vivió el sueño como lo viví porque no le había tocado mundial en su vida.
J.P.A.: Hice mucha fuerza y lo vi de forma distinta. Para mí fue un proceso de aprendizaje, de gestionar emociones.
SEMANA. ¿Se ganó el regaño cuando le dijo que logró lo que Juan Pablo no: un gol en el Mundial?
T.A.: Era más por joderlo. En la casa se inculca mucho la competencia, el espíritu ganador. Le tiré una pullita, como para despertarle la rabia.
J.P.A.: Sé que sale de forma espontánea. De mis grandes defectos es que no he sido capaz de lidiar con la pérdida. Es casi un trauma. Por ejemplo, mi hijo pequeño, que también es futbolista, quiere superar todos los días a Tomás.
SEMANA. Tomás, antes de marcar tres goles en un Mundial, lo descartaron del Sudamericano.
T.A.: Fue difícil, pero el consejo fundamental que me dio mi papá fue no agachar la cabeza, que había más sueños por cumplir. Fue una opción para dejar mi huella, escribir un camino en Nacional y ganarme de nuevo un puesto en la Selección. Esa fue la motivación.
J.P.A.: Yo tengo una opinión desde lo deportivo, jugué y conozco esta profesión. Entiendo los procesos formativos. Tomás había invertido tiempo y preparación en el proceso con méritos suficientes para estar ahí. Por eso fue duro. Le dije que aprovechara ese tiempo con Nacional. Como papá, lo he visto supremamente robusto en la forma de reaccionar y sobreponerse a las dificultades. La vida premia cuando trabajas con honestidad, sacrificio y pasión.
SEMANA. ¿Cómo lograron manejar la prudencia ante tanta crítica y ataques de la gente?
T.A. Fue un poco duro, me dio tristeza, impotencia, además no jugaba en Nacional. Fue difícil. Tuve la revancha en el Mundial.
J.P.A. No ha sido fácil. El tiempo pone las cosas en su lugar. La gente habla y no hay que poner más fuego. Hay cosas que no necesitan explicación y se caen por su propio peso. Yo ya pasé por esa carretera. Él vive con la tristeza, el fracaso, las críticas, la presión, incluso la victoria para tener una manera más eficiente de salir adelante. Yo veo oportunidades en las dificultades y eso es lo que le sugiero.
SEMANA. ¿Qué consejo le dio Juan Pablo a Tomás?
T.A.: Que disfrutará ese torneo hermoso, que él no había tenido la oportunidad de jugarlo y que estaba preparado, que confiaran en mí y que todo iba a salir de la mejor manera.
J.P.A.: Que disfrutará el proceso. Para alcanzar el éxito, a veces, hay que soportar el dolor. Me gusta que se redima de gente exitosa, que aprenda lo que hacen.
El fútbol a veces es todo menos fútbol. Saber gestionar las emociones y finalmente que se prepare para el día que las luces se apaguen. Ahí está el verdadero secreto.
SEMANA. Tomás, ¿cómo es Juan Pablo como papá?
T.A.: Todo papá futbolista es exigente. Esa pasión siempre va a estar en él. Me tiene que reprochar y decirme todo para mejorar. Siempre estaré dispuesto a escuchar y me voy acostumbrando a su nivel de intensidad. La mayoría de sus críticas son por mi ansiedad de querer hacer gol siempre.
SEMANA.: Juan Pablo, ¿cómo es Tomás como hijo?
J.P.A.: Tiene una personalidad campeona, noble, cariñoso, detallista, muy familiar. Claramente, a nosotros nos une un gusto común que es el fútbol y eso hace que la interacción sea mucho más fácil. Una gran persona. Es muy fácil transferir mis experiencias que a mí me funcionaron y que no necesariamente le tienen que funcionar a él para que él tome decisiones más asertivas.
SEMANA. Tomás, su papá es también su empresario. ¿Cómo ha sido el respeto a la independencia de sus decisiones?
T.A.: Tengo confianza plena en él y en lo que vivió. Fue decisión mía quedarme en Nacional y me dejé llevar más por el sentimiento, el sueño de jugar y mostrar que podía. Reuní a toda la familia y le dije que por más que había sido duro, iba a pelear otra vez la posibilidad de jugar y que daría mi última pelea.
J.P.A.: Es su carrera, no la mía y él la debe vivir como quiera. Tiene que tomar las decisiones. A veces me cuesta no opinar, pero me trago las palabras. No siempre lo aplaudo todo. Pocas veces lo voy a ver jugar para que pueda ser. Lo que si le digo a él, y a mis otros dos hijos, es que si tienen que poner el despertador para levantarse a hacer lo que les gusta están llevados del que sabemos, yo nunca tuve que hacerlo para levantarme a entrenar. Es un tema de pasión.
SEMANA. ¿Hablan de otros temas que no sea fútbol?
T.A.: La mayoría de las conversaciones son de fútbol. Hablamos cosas personales, gustos de cada uno y compartimos un mate.
SEMANA. ¿Cómo es eso de compartir un mate?
J.P.A.: Nos da por épocas, Me quedó esa costumbre de Argentina y a Tomás fue el único que se interesó por esa cultura.
SEMANA. ¿Parceros para temas de mujeres?
T.A.: Sí. No le cuento cosas en detalle porque eso es para los mejores amigos, pero no me intimido al hablar con él de ese tema.
J.P.A.: Hoy, la dinámica es distinta. Los principios de vida para mí no son negociables. Respeto y dignificación a la mujer. Portarse bien en general, es cuestión de valores. Cuando ha tenido dificultad en su relación, ha sacado callo. En las tusas le digo que uno de amor no se muere.
SEMANA. ¿Cómo le tocó a Tomás la época de Juan Pablo futbolista?
T.A.: Recuerdo la época desde Estados Unidos. Iba a los entrenos con él. Pateaba con los arqueros cuando terminaban las prácticas. Mi papá les pedía que se quedaran conmigo. Desde muy pequeño supe la vida de un vestuario. Emocionante cuando lo coreaban y soñaba que me pasara a mí también.
SEMANA. ¿Y ahora cómo le toca a usted Juan Pablo?
J.P.A.: Soy un vehículo que acompaña. Él le apostó a esto del fútbol desde pequeño. Tuvo acceso a mi carrera desde escenarios muy especiales. Valoro que después de todo lo que estuvo expuesto, haya sido fuerte y resiliente. Nació siendo hincha de Nacional, yo solo sugiero y él toma las decisiones.
SEMANA. ¿Cuál es el momento más duro que han vivido juntos?
T.A.: Los primeros años con Nacional fueron muy complejos para mí, porque uno como chico no se alcanza a imaginar tantas presiones. Vivir con el tema mental, malas rachas. Me sirvió que me contara anécdotas de River, no le tocó tampoco tan fácil.
SEMANA. Juan Pablo y una anécdota de alguna travesura de Tomás.
J.P.A.: Cuando vivíamos en Nueva York, era muy pequeño y se fue un día de mucho invierno a la casa de un amiguito. Llegamos por él y no estaba. La búsqueda fue en medio de la nieve y la oscuridad. Llamamos a la policía, bomberos y resulta que se fue caminando por el bosque a visitar una peladita que le gustaba. Nos sacó una piedra y un susto tremendo.
SEMANA. ¿Juan Pablo es exigente con la nutrición?
T.A. El paso de mi papá por Nacional dejó muchas anécdotas. Ayudar, por ejemplo, en ese tema a Murillo, Davinson, Cardona, Medina. Eso lo traslada a la casa. Conmigo está pendiente del tema de la grasa, el dulce, que tengo que entrenar después de comerlos. Al final son consejos que sirven más adelante.
J.P.A. Tomás exagera. En la alimentación no tengo ningún problema. Lo que le digo, a medida que crece, es que si quiere aspirar al alto rendimiento, tenga cuidado en estos aspectos. Tomar decisiones conscientes. No siempre, porque somos deportistas, sabemos cómo alimentarnos.
SEMANA. Cómo Cristiano Ronaldo con su hijo…
T.A.: Sí, claro. Igual. Bueno, más o menos. (Risas).
J.P.A. Tengo cosas en mi personalidad. Soy obsesionado por la competencia, esa es una de las cosas que me mueve. A Tomás nunca lo dejé ganar ni en el fútbol o un juego de mesa. Siempre era un conflicto porque la mamá quería que lo dejara ganar y para mí no hacía parte de la ecuación.
SEMANA. ¿Qué decirle a la gente que asegura que Tomás llegó al fútbol solo por ser el hijo de Juan Pablo?
T.A.: Que confíen en mi talento. Con trabajo y silencio mostraré el jugador que soy. A mi papá que lo quiero un montón y es la mejor guía que me pudo dar la vida. Sin él y sin mi mamá no estaría donde estoy.
J.P.A.: No hay nada que decir a eso, ese es el papá que le tocó.