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“Vi matar a compañeros al frente mío”: Wilder Medina revela fuertes historias de su vida
Pasando por la muerte prematura de su padre, su difícil y explosivo ascenso en el fútbol, la verdad sobre sus adicciones y cómo las superó, el exfutbolista cuenta su historia en el videopodcast Sin Filtro de SEMANA.
No hay duda de que el exfutbolista Wílder Medina puede ser un ejemplo para muchos jóvenes en el país. El recordado goleador pasó por momentos difíciles en su vida, cometió errores, pero aprendió de todo lo que pasó para cambiar y ahora se dedica a transmitir ese mensaje.
Desde hace un tiempo se metió en el mundo de las redes y con su pareja, crean contenido que difunden por diferentes plataformas y todo relacionado con el mundo del fútbol.
En el videopodcast Sin Filtro de SEMANA entregó detalles de todo lo que tuvo que pasar en su adolescencia y cómo salió de un mundo al que nunca debió entrar, pero que con el paso del tiempo entendió que fue un aprendizaje.
Medina es oriundo de Puerto Nare, Antioquia, y en su juventud decidió irse para Medellín, ciudad en donde hizo malas amistades y probó la marihuana a los 16 años y todavía no era jugador de fútbol profesional.
Con el paso del tiempo se fue para Rionegro donde tuvo una oportunidad en el equipo de ese lugar, pero desafortunadamente conoció un mundo que le hizo daño, pero le sirvió para comprender lo que estaba mal en la vida. “A mí me tocó a las patadas y solo. Mi papá murió cuando yo estaba muy joven y en ese momento como que perdí el rumbo”, dijo.
Curiosamente de niño nunca tuvo un balón ni unos guayos, pero siempre estuvo ligado al deporte y con el paso de los años llegó al profesionalismo. Sin embargo, en Rionegro conoció el mundo de las pandillas aunque duró poco porque se dio cuenta de esa cruda realidad.
“Yo tomé la decisión de alejarme de las pandillas cuando vi que todos los muchachos que estaban allí los empezaron a matar. Alguien del barrio me dijo: negrito, váyase de este barrio que esta guerra no es suya. Es mejor que salga de acá porque usted es bueno para jugar al fútbol. Salí y me enfoqué en el deporte, pero no nos pagaban porque eso no es como ahora”. dijo.
En ese momento él entrenaba de vez en cuando porque no le pagaban y tenía que ayudar en la casa por lo que se iba a trabajar en otros lados. “Me alejé de las pandillas al ver todo esto. Sentí peligro por mi vida porque vi cómo mataron a compañeros, una vez en una mesa llegaron a matarlos y los vi caer. Ahí entendí que eso era un mensaje para que me saliera de eso”.
Contó que una vez se salvó de la muerte por unos minutos y ahí comprendió que estaba equivocándose. “Una vez cuando estaban haciendo limpieza social ahí en Rionegro, yo venía con mi hermano y vimos un grupo de parceros como decíamos y nos acercamos a hablar. Mi hermano, que ya falleció, me dijo que nos fuéramos a la casa y escuchamos una explosión y fuimos a mirar y era una granada que lanzaron al lugar donde estábamos minutos antes. Dos fallecieron y dos más quedaron heridos. Ahí entendí que nací para cosas grandes y me salí, por eso estoy contando la historia”.
Tiene la certeza de que todo lo que le pasó le da autoridad moral para hablarles a los jóvenes y advertirles sobre los peligros de la droga y el alcohol. “Por eso siempre envío mensajes de que sí se puede, uno se cae pero se levanta y que la experiencia de los errores lo ayudan a uno a ser mejor persona.Yo toqué muchas veces el fondo, yo he sido un privilegiado de Dios y estoy para dar un testimonio bonito”.
Por ejemplo, en su paso por el Deportes Tolima fue sancionado por dar positivo en la prueba de doping y fue una etapa muy dura porque pensó que se le había acabado su carrera futbolística.
“En ese año de sanción yo tomaba todos los días, hubo una vez que me perdí casi 10 días y me estaban buscando y ofrecieron recompensa. A mi se me destruyó vida y me metí en un apartamento a tomar y a consumir. Yo ya tenía 31 años y pensé que se iba a acabar todo para mí. En la 37en Ibagué me la pasaba. Salía del estadio y me iba por ahí a tomar supuestamente con amigos, eran personas que manejaban muchas vueltas y eso me hizo recordar todo lo que pasó en Rionegro cuando estuve en pandillas”.
En la capital del departamento del Tolima se la pasaba por todos los barrios que eran considerados peligrosos y allí era acogido por las personas que le tenían admiración. “Duré esos 10 días sin bañarme ni nada y eso es tocar fondo. En una fiesta como de cuatro días supe cómo salí y la gente me cuido. Todo eso llegó a los oidos de Gabriel Camargo y eso detonó mi salida del Tolima”.
Con el paso de los años, la ayuda de su pareja y mucha gente a su alrededor ya puede decir que está por fuera de las drogas y del alcohol. “Veo a la gente fumar y tomar y ya no me dan ganas, eso sí denme comida y disfruto. Yo le cogí fastidio al olor de la marihuana, lo percibo y me doy cuenta es que un olor bastante maluco”.
En la conversación habló sobre la muerte prematura de su padre, su difícil y explosivo ascenso en el fútbol, la verdad sobre sus adicciones y cómo las superó.