El esloveno Primoz Roglic celebra tras ganar la octava etapa de la Vuelta a España, el miércoles 28 de octubre de 2020, en Alto de Moncalvillo. (AP Foto/Alvaro Barrientos)
Primoz Roglic, ganador de la etapa 10. | Foto: AP

VUELTA A ESPAÑA

Vuelta a España: Roglic ganó la etapa 10 con un golpe de autoridad

El campeón vigente se quedó con la victoria en un emocionante embalaje en subida. Hubo cambios en la clasificación general.

30 de octubre de 2020

Todo estaba dado para un final abierto en Suances, una ciudad de Cantabria que daba la llegada de la etapa 10 de La Vuelta a España. El pelotón había capturado la fuga y equipos como el Lotto y el Astana pedaleaban en la última subida del día –un km. a 9 por ciento de desnivel– para quedarse con la etapa. Guillaume Martin, con su camiseta de lunares azules que lo identifica como líder de la montaña, parecía que se iba a quedar con la etapa. Muy cerca estaba el primero en la general, el ecuatoriano Richard Carapaz, cuidando su lugar. Pero apareció Roglic, con su camiseta verde de líder de los puntos, y con pedalazos certeros logró marcar una pequeña ventaja en los últimos 200 metros para cruzar de primero la línea de meta.

Carapaz no pudo hacer nada. Fue un golpe de autoridad del excampeón –Roglic ganó La Vuelta el año pasado–, que además de su tercera victoria este año sacó tres segundos de ventaja sobre sus rivales y reclamó la camiseta roja de líder de la general.

El ecuatoriano, ahora, ocupa el segundo puesto en la lista de ‘la roja’, con el mismo tiempo de Roglic.

La etapa 10 recorría 185 km. desde Castro Urdiales, un pueblo a las afueras de Bilbao, hasta Suances, a las afueras de Santander. La ruta, en general, recorría las carreteras costeras de Cantabria, por todo el norte de la península, pero al final se internaba en las montañas para subir un puerto de tercera categoría a 59 km. de la meta.

Aunque la organización clasificaba la etapa como “plana”, el duelo entre velocistas o especialistas en fuga estaba sobre la mesa. Eso se vio desde los primeros kilómetros, cuando cinco ciclistas se lanzaron al ataque y finalmente cuatro de ellos – Jonathan Lastra, del Caja Rural; Brant Van Moer, del Lotto; Alexander Molenaar, del Burgos-BH, y Pim Ligthart, del Direct Energie– lograron capitalizar el esfuerzo. Llegaron a tener 12 minutos de diferencia, la mayor ventaja que, hasta ahora, ha existido en La Vuelta, pero luego el trabajo de varios equipos en el pelotón, entre los que se destacaron el Movistar, el Astana, el Deceuninck y el Mitchelton Scott, de Esteban Chaves, lograron recortar tiempo.

Finalmente, la fuga fue capturada faltando 15 kilómetros para la línea de meta.

Sin embargo, el final ofrecía un reto adicional: una subida de un km. al 9 por ciento de desnivel que hacía que la llegada a la meta fuera totalmente incierta.

En 2008, en las mismas carreteras, Paolo Bettini, un ciclista especialista en clásicas y con buena potencia para escalar las pendientes duras, como la que presentaba el final, fue el que se llevó la victoria. Este año fue un escalador nato, Primoz Roglic, el que logró subirse al podio del día.

El resumen de la jornada fue la rapidez y la agresividad: “Correr aquí en el norte es muy difícil, sube baja. Trajimos a los chicos para hacer el sprint, pero la llegada fue muy agresiva. No hay día de recuperación: mañana y pasado van a ser muy duros”, dijo Esteban Chaves. Su equipo, el Mitchelton-Scott, fue uno de los que más trabajó para capturar la fuga.

Los otros favoritos en el top 10 guardaron fuerzas. No es de extrañar: el fin de semana tendrá una dosis de montaña muy fuerte con dos finales en alto en puertos épicos y muy difíciles –Lagos de Somiedo el sábado y alto de L’Anglirú, el domingo– donde se esperan ataques certeros para seguir definiendo la clasificación general.