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El truco infalible para instalar el sillín de su bicicleta: hacerlo mal puede provocar lesiones y afectar el rendimiento
Una sencilla operación matemática le dará el resultado.
El ciclismo recreativo ha tomado gran importancia en el ámbito nacional gracias a la destacada actuación de los escarabajos colombianos en el mundo del pedal. Sus grandes gestas han despertado en los aficionados una enorme pasión por la bicicleta, ya sea de ruta o montaña.
Y es que la industria del ciclismo ha tenido un incremento importante a nivel nacional, no solo impulsado por la venta de bicicletas, sino porque es un universo que contempla muchas variables como la oferta de accesorios, el desarrollo del turismo y la realización de eventos, entre muchas otras.
Sin embargo, el primer paso para ingresar a este deporte es el de adquirir la bicicleta y una vez ya se tenga lista hay que asegurarse de que tenga ciertas medidas para que en la práctica del deporte no se genera dolor y no impida que se disfrute de él.
¿Cómo cuadrar el sillín en una bicicleta?
El sillín es, cómo su nombre lo indica, la silla que lleva toda bicicleta y la parte sobre la que más se va a pasar tiempo durante la rodada o la travesía, por lo que es un complemento que debe cumplir ciertos requerimientos para brindar comodidad, rendimiento y cero dolor.
Es tan importante la altura del sillín, que una mala ubicación puede desencadenar en problemas de espalda, cervicales, sobrecargas musculares que terminan por mermar el rendimiento y, en ocasiones, por alejar a los nuevos ciclistas por alejarlos de ese deporte.
Y es que, aunque parezca poco, un centímetro, o incluso algunos pocos milímetros, pueden marcar la diferencia para estar bien ubicado sobre la bicicleta y evitar malestares en el cuerpo. Para este fin, existen diferentes reglas que pueden ayudar a calcular la altura indicada a la que debe estar instalado.
Lo primero que se debe hacer es no ponerse los zapatos con los que usualmente se sale a montar bicicleta; hay que tener en cuenta que a medida que la pasión aumenta, los aficionados compran calzado especializado para lograr mejores prestaciones, por lo que es necesario realizar esta toma de medidas sin tener las zapatillas indicadas puestas.
Una vez hecho esto, hay que medir desde la entrepierna, hasta el suelo; si hay quienes no pueden hacerlo, pueden recurrir a un truco muy sencillo: colocar un libro debajo de los genitales.
Una vez se tenga este valor, habrá que multiplicarlo por 0,885 y el resultado será la altura a la que debe quedar colocado el sillín; es aquí cuando hay que medir desde el centro del eje de pedaleo para saber donde debe quedar finalmente instalado.
Ahora, una vez puesto allí, hay que graduar qué tanto se debe correr para adelante o para atrás (avance) y los grados de inclinación.
En este punto lo que hay que hacer es trazar una línea recta desde las rodillas hacia el centro de pedaleo y lograr que esta atraviese, de la forma más precisa, el punto medio de los pedales. En cuanto a la inclinación, el sillín debe estar totalmente perpenticular al suelo, pero hay casos específicos por condición corporal o peso, que se deben ajustar algunos grados. Por ejemplo, los hombres, antes de que se fabricarán sillines antiprostáticos, lo inclinaban hacia adelante para evitar problemas en esta parte del cuerpo.
Para finalizar, hay que calcular la distancia entre el manillar y el sillín; la norma general indica que debe estar entre los 50 y 60 centímetros y habrá que hacer un testeo con un especialista para que determine la medida exacta; también se puede corregir sobre la marcha cambiando la potencia por una más larga o corta.
Actualmente, en el mercado hay estudios biomecánicos llamados BikeFit, los cuales son realizados por grandes fabricantes de bicicletas en sus propias tiendas o por especialistas que del deporte que se encargan de tomar medias, analizar el cuerpo, la indumentaria y armar su bicicleta con estas medidas.