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“Guarín brindó mucho amor a esta camada de pelaos”: Alberto Gamero, un campeón dirige a un campeón
Tras una trayectoria de más de 10 años en el fútbol europeo, Freddy Guarín volvió a ser dirigido por un técnico colombiano, nada menos que un campeón con Millonarios, el equipo de sus amores.
Cuando Freddy Alejandro llegó al matrimonio Guarín Suárez, el 30 de junio de 1986, su madre Silvia estaba confiada que llegara con el pan debajo del brazo, pero su padre, Freddy Walter, esperaba que lo trajera fuera la estrella. Sí, la estrella azul, la que estaba esperando desde hace 8 años, cuando su amado Millonarios había conseguido la undécima estrella de su escudo, en diciembre de 1978. La racha negativa, hasta entonces escandalosa para el equipo que tuvo en sus filas a Alfredo Di Stéfano, debía romperse con el nacimiento de su primogénito. Bueno, es que así piensan todos los padres hinchas del equipo embajador.
Freddy Walter tenía algunos motivos para ilusionarse. En aquellos años 80, a pesar del dominio del América de Cali de Gabriel Ochoa Uribe, Millonarios había conformado equipos que merecieron salir campeón. Como aquel que dirigió Jorge Luis Pinto en 1984, con Alberto Vivalda de arquero y en el que hasta figuró un jovencito Pibe Valderrama, fue subcampeón. O el de Eduardo Luján Manera de 1985, en el que Juan Gilberto Funes se coronó goleador del octagonal final.
Y en el año en que nació Freddy Alejandro, todo apuntaba para que Millonarios fuera el campeón. Los dirigidos por Eduardo Julián Retat ganaron el torneo Finalización y ocuparon el primer lugar de la reclasificación, pero el globo se pinchó en el Octagonal donde quedó tercero, detrás del América y el Cali. Ni siquiera la clasificación a la Copa Libertadores.
Pero fue Luisa Fernanda, la segunda hija del matrimonio, la que trajo la estrella debajo del brazo. Nació al año siguiente, 1987, y Millonarios rompió su sequía y se alzó con la estrella número 12. Freddy Walter era el hombre más feliz de Puerto Boyacá.
Al año siguiente, Millonarios reforzó su nómina para afrontar su regreso a la Libertadores. Una de las incorporaciones fue el lateral samario Alberto Gamero, que se hizo titular del onceno dirigido por Luis Augusto ‘Chiqui’ García. Gamero, que como su compadre el Pibe Valderrama, venía del Unión Magdalena, se coronó campeón en diciembre de 1988, la temporada de su estreno con la camiseta embajadora.
Treinta y seis años después, Freddy Walter volvió a sentirse el más feliz del universo, ya no en Puerto Boyacá sino en Envigado, la ciudad donde la familia Guarín Vásquez echó raíces. Su hijo Freddy Alejandro, y tras 14 años en el fútbol del exterior, regresaba a Colombia para defender la camiseta de Millonarios. El 7 de enero llegó a su primer entrenamiento, y el director técnico que lo recibió fue nada más ni nada menos que Alberto Gamero, el campeón en 1988.
Gamero dirigía a una banda de muchachos que hace dos años se había coronado del campeonato nacional sub 20, y en el año del coronavirus, fue su equipo el que peor fortuna tuvo y no alcanzó a clasificarse entre los ocho. Sin embargo, nombres como los de Rivaldo Rodríguez, Andrés Llinás, Juan Moreno, Stiven Vega, Diego Abadía, empezaron a destacarse por su buen juego. Para el 2021, un jugador de experiencia podría ayudarlos a conquistar el título. El indicado no era otro distinto a Freddy Guarín. Un hincha que tenía todas las charreteras para darle a su padre una nueva estrella.
Pero su paso por Millonarios se volvió fugaz. Tras participar en siete encuentro y marcar un gol, Freddy Guarín pidió permiso para ausentarse de los entrenos, y parecía poner fin a su historia con el equipo embajador. La decepción de los hinchas fue total, un golpe que además de marcar al plantel, también ha calado con dureza entre la afición.
En los tres meses que Gamero tuvo el privilegio de dirigir un jugador de la talla internacional de Freddy Guarín, conoció a un ser humano humilde y entregado a su profesión, y que se convirtió en el guía de esa camada de ‘pelaos’ que hoy defienden el escudo del equipo que durante 70 años fue el más laureado del país.
En declaraciones concedidas a SEMANA, Gamero, un campeón del fútbol colombiano habla del otro campeón que tuvo el placer de dirigir, Freddy Guarín, y a quien espera con los brazos abiertos:
“Guarín es un jugador con muchas condiciones y eso le valió para jugar mucho tiempo en Europa. Buena técnica. Buen biotipo. Buena pegada de larga y corta distancia. Sabe asociarse y cuando tiene que defender lo hace muy bien por su corpulencia. Sabe entender el juego y eso lo ayuda mucho…
En la parte personal lo vimos como una persona muy tranquila. Trabajadora, tanto fue así que bajo 14 kilos en 2 meses, eso hace hablar bien de la persona. Era uno de los primeros que llegaba y de los últimos que se iba. Le brindó mucho amor y cariño a esta camada de jugadores jóvenes, y muy buena amistad con los jugadores de experiencia. Con el cuerpo técnico, directivo y cuerpo médico, mucho respeto. La verdad, excelente ser humano. Dios lo guíe para que solucione todos sus problemas y pueda volver a jugar en Millonarios o en otro club donde él quiera y pueda retirarse a lo grande, como siempre lo ha sido”.
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