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E N T R E V I S T A

Detrás de las fachadas

En ‘Sumas y restas’, película que rueda actualmente, Víctor Gaviria presenta su mirada particular acerca del narcotráfico y sus secuelas.

8 de octubre de 2001

Por fin Víctor Gaviria se le midió al reto de hacer una película sobre un tema al que le ha coqueteado desde hace tiempo sin concretar su suerte. Desde hace un mes y después de más de 1.500 castings para localizar los actores y un año de entrevistas con testigos vinculados a la mafia, ha arrancado la filmación de Sumas y Restas. Una coproducción con España que busca reflejar aspectos de una realidad muy próxima a los colombianos. La de esas especies de grupos económicos, en los que se dan esas relaciones sociales en torno a un patrón de la mafia. Aquellas que comienzan con relaciones de camadería, en esas fachadas, pero que con el tiempo se van transformando en todo lo contrario, en lugares de opresión de violencia y de abusos. A continuación la charla que tuvo Semana con su director.



Semana. Mostrar esa realidad tan próxima a gente que la ha vivido de cerca es un reto grande para usted ?

Víctor Gaviria. Si por supuesto. Mucha gente padeció lo que generó el narcotráfico y sabe las graves consecuencias de esta historia. Claro que hay otros que todavía piensan que hay que hacerlo mejor para seguir traficando. Pero en general la gente que se ha metido en eso se da cuenta que no conduce a nada bueno. Que es una trampa de la pobreza de este país y del desespero. Una trampa en la que todo el mundo cae, donde hay una cantidad de mentiras y todo el mundo está ilusionando. Hemos perdido la raíz con la forma real de producir riqueza y a cambio lo que hay es una vida pensada desde el aventurero, con cosas muy inestables y un futuro nada apetecible.



Semana. Como surgió la historia de Sumas y Restas?

Víctor Gaviria. Las noticias y los hechos que se han recogido desde los años 80 sobre el narcotráfico son muy interesantes para un periodista o para un narrador. Muchos de los escritores de este país e incluso de fuera han sido cautivados por ese personaje del cual se puede esperar cualquier hecho o cualquier reacción: "el traqueto". Desde la posición que se quiera hemos acompañado esta aventura de los narcotraficantes durante muchos años hasta que fueron finalmente exterminados, Hablo del Cartel de Medellín. Es en todo sentido una historia llena de preguntas, lo que la vuelve fascinante. Lo que te quiero decir es que nosotros convivimos con todos estos personajes durante década y media y en cierto sentido escribieron una gesta, seguramente infame. Y seguramente muy infame. Que sea infame no quiere decir que no haya que verla. Yo creo que yo hago parte de todos los que estamos interesados en estos personajes además porque sabemos que este modelo sigue latente. Está ahí. Se ha transformado seguramente en lo que es el bandido colombiano. En una época fueron los esmeralderos, o los guajiros con la marimba. Esos poderes que se crean al margen de la ley tienen el doble sabor de ser rebeldes pero también de ser patológicos, capaces de una destrucción social tremenda. Y él mismo es síntoma de esa destrucción. Muchos bandidos han sido marcados por una destrucción como personas, desde niños. Su infancia y su vida es un despojo en sitios marginales llenos de destrucción, con asesinatos que les ha tocado ver. De entrada es una parte del país que trata de convivir con este otro país que se quiere hacer formal. Legal. Y realmente la historia de nosotros si uno quiere ver acaba siendo la lucha entre esos dos países, a veces conviviendo paralelamente, a veces en conflicto, a veces negociando con el otro, a veces necesitando al otro. Y muchas veces uno piensa que este país en el que está presente siempre el bandido, siempre el ilegal como una alternativa, refleja como se ha manejado todo. Con una gran ilegalidad.



S. Pero Santiago, el personaje central no viene de una extracción humilde…

V.G. Lo estoy diciendo por el antagonista, Gerardo, que ese si viene de abajo y se vuelve traqueto. En la película se relacionan los dos y se relacionan a través del negocio, porque el otro es un constructor que viene de una familia bien de negociantes, profesionales.



S. Cómo se da el entendimiento entre esas dos visiones.

V.G. Es un encuentro muy interesante porque se dio mucho. Como el narcotràfico movió e impulsó a mucha gente a ascender hizo posibles muchos contactos y encuentros que en otro momento eran imposibles de pensar. Eran gentes que venían de estratos muy pobres y consiguieron poder y plata, entonces empezaron a negociar, a tener un status, a igualarse con gente de otros estratos. Y rápidamente se propusieron una cultura a través del comprar. Quisieron crear con el dinero algo que no se adquiere con el dinero que es la cultura y las costumbres de esa gente que quieren emular.



S. Esto va a estar en la película?

V.G. No se. Es lo que yo pienso que podía estar. Utilizar la película para crear una metáfora de que el narcotráfico crea una movilidad y una riqueza social que en principio fue sentida como positiva. Había muy poca gente que decía que eso era malo. Todo el mundo lo aceptaba y todo el mundo convivía. La gente de alguna manera se lucraba de eso y aprovechaba cualquier oportunidad de venderles algo. No hubo nadie que indicara que esa ilegalidad fuera mala. Entonces esa ilegalidad entró en la legalidad, en la vida cotidiana y esa vaina perturbó todo. No sabemos cuanto. No medimos cuanto fue. Yo lo que siento es que este país ha tenido como un germen de ilegalidad, que lo han utilizado los partidos políticos. Como quien dice, un germen de ilegalidad que con el narcotráfico creció, desbordó y perturbó la totalidad del país. Desestabilizó todo. Ya para qué estudiar ?. Todo lo que la sociedad se había preocupado por construir y defender a través de la educación sefue disolviendo. Entonces creamos un país sin valores.





S. Cuál será su enfoque.

V.G. La idea mía era la de dar un horizonte de unos paisas muy negociantes, que tienen un valor primordial y eso causa admiración, su capacidad de conseguir dinero, de transformar una cosa por otra. Que es una especie de picaresca, de inventiva. Es atractivo. Por lo menos nosotros los paisas siempre admiramos a esa persona ingeniosa para los negocios. Lo que pasa es que al borde de esos negocios están el contrabando y en general todo lo que es la ganancia fácil. A ese horizonte poco a poco van entrando los del negocio del narcotráfico. Al principio la droga aparece como si fuera un producto más. Me gusta esa fuerza de la cocaína considerada como producto que negocian como camisas, tengo 20 kilos, si quiere le consigo 200 kilos, te pongo 300 kilos. Y con ese lenguaje disimulado de mayorista, como diciendo traé 300 camisas, con esa especie de rudimento de metáfora comienza la gran turbulencia.



S. La investigación para realizar el guión. Cómo se hizo?

V.G. Yo hice una investigación paralela que no se si va a entrar en la película porque eran otras películas. Cada persona que yo entrevistaba tenía una historia larga que en verdad había sido tocada por el narcotráfico. Aquí sobre historias del narcotráfico te cuentan lo que querás, es una cosa fascinante. De la historia de Pablo uno desiste porque es una historia tan larga y llena de cosas. Pero historias particulares que te consigues, desde el punto de vista de un contador o de un cocinero de coca, de un palero, de un caletero. Yo quiero decir esto se volvió cotidiano, mucha gente formaba parte de las fachadas. En cine algunas cosas pueden tener un valor distinto que en un ensayo, o en una reflexión. Ver como funcionaba una fachada es a nivel de la dramaturgia muy interesante. Es como una mezcla entre vida cotidiana y negocio ilícito. Hay escenas en que me siento retratando algo que somos. La gente que está representando una cosa y está haciendo otra. Que llegan a un parqueadero y pretenden que están arreglando un carro pero al mismo tiempo están tramando algo, urdiendo una subversión. Bueno no es algo que sea una novedad. Pero cuando uno oye que les pusieron un retén y que hay que volar ese retén, esa subversión tan verraca y esa capacidad de los colombianos de crear guerra y de ser guerreros. Que hace posible que alguien esté pensando poner una bomba en cualquier momento en cualquier parte de la ciudad. El narcotráfico despertó ese terrorismo. Esa subversión de esas economías pequeñitas delincuenciales que creció.



S . También hay un nihilismo?

V.G. Si también un nihilismo tenaz. Yo también quiero tocar esa cosa del nihilismo. La droga es nihilista. Empieza en una parte y termina en otra. En la película quiero mostrar esos personajes duros, que ya habían podido conseguir plata, que eran como pequeños reyesitos. Que tenían su negocio, su grupo de trabajadores. Estos personajes empezaban a meter bazuco. Y el bazuco es una droga que en cierto sentido excluye. Es un contrasentido. Alguien excluido que quiere ser parte y que va para arriba socialmente, al mismo tiempo elige una droga que lo "amura" lo saca. La metáfora perfecta de la exclusión. Entonces son personajes que de alguna manera hacen de la exclusión un reino. Un reino de soledad y de asocialidad. Que se vuelve antisocial al final. Quiero meter esas pequeñas ideas en la película.



S. Tocara el tema de la legalización de la droga?

V.G. No. Los personajes nunca hablan de eso.



S. El guión está terminado totalmente o va a improvisar como lo ha hecho en otras películas.

V.G. No tenemos un guión muy firme. Incluso tenemos una historia muy larga. Claro que la historia si tiene una estructura. Es un tipo que acaba en el negocio por un amigo de la infancia que es amigo de un traqueto y se lo presenta. Se caen tan bien que empiezan a hacer negocios. Como Santiago es ingeniero el propósito es construir en un parqueadero o una urbanización. Pero esa vaina nunca se da. Santiago pone su escritorio en este lugar y empieza a estudiar el proyecto pero empieza a ver raro todo el movimiento de acá. Hasta que se da cuenta de que realmente hay una cocina. Que su camión realmente se lo utilizan para llevar mercancía a un laboratorio. Y el hombre se da cuenta, va a la cocina y se involucra. Adicionalmente hay una historia paralela con su esposa . Un día está en una finca reconciliándose con ella y no va al entierro del hermano del traqueto que es un bazuquero que matan en un accidente de unos sicarios de Itaguí . Y mientras Santiago está en la finca el traqueto decide llevar a cabo una venganza contra los asesinos. Es así que cuando llega encuentra que el parqueadero ya no es el mismo. Ya es una especie de campamento de guerra. Desde ese momento rompe con Gerardo, no lo vuelve ni a saludar. Y se tiene que ir de allí. Gerardo entonces se "enamora" de él. En la acepción de que se la sentencia. La cocina se cae. Y Gerardo lo obliga a hablar con la gente del F2 en un lugar para tratar de transar ya que tienen un compromiso de entregar una droga a unos ingenieros amigos suyos. Y resulta que los del F2 no eran de verdad detectives sino hombres de Gerardo que le quitan la plata y él al fin se da cuenta porque cuando vuelve al parqueadero ya no está. Luego ocurre algo trágico.

Esto es para significar que aquí si hay una historia muy concreta que tiene que avanzar a diferencia de las otras películas.



S. El público va con Santiago?

V.G. No el público va con los dos.



S. Va a humanizar a Gerardo?

V.G. Claro. Gerardo también tiene que tener su perfil humano. De todas maneras es difícil tener dos protagonistas al mismo tiempo con los que el público se identifique. Ellos se reúnen en un restaurante, allí hay otros traquetos, quiero dar un contexto de que era una cosa generalizada. Que habían fachadas en todas las esquinas de los barrios.



S. Cuanta gente está en el proyecto trabajando con usted?

V.G. Sesenta personas. Pero a nivel de actores son muchos, alrededor de cien actores naturales. Una cantidad de figurantes, secundarios…, hicimos por ahí mil quinientos castings para la película.



S. Qué vio en los personajes elegidos para el protagónico?



V.G. Realmente en este caso no se me ha dado lo que en otras películas, actores que hayan tenido vivencias parecidas a los personajes que interpretan. Imagínate que tengo dos personajes que nunca se han metido un pase, ni se han fumado un bareto y tienen que ser drogadictos.



Y son actores naturales?

Si. Lo que pasa es que son buenos.



En cuanto a la metodología va a innovar con algún tipo de planeación distinta a las que ha realizado en la otras películas?

No. Es lo mismo de siempre. Gasto de mucha película, improvisación de los actores, de las situaciones.



En cuánto a la financiación quien aporta para la película?

El Ministerio de la Cultura nos dio 250 millones de un premio. Que es una semilla muy hermosa pero muy dura, porque hay que empezar a buscar el resto de la plata, con la plomada de hacer la película porque ya tienes un plante. Uno acaba pariendo micos. Pero bueno. Ibermedia, una entidad de apoyo al cine de Iberoamérica también nos ha apoyado prestándonos 120 mil dólares . Por eso es una coproducción. Y con inversionistas privados nos hemos conseguido 100 millones de pesos. Y lo demás son los colaterales y las comercializaciones. Es decir vender la posibilidad de incluir productos comerciales en la película a cambio de un apoyo económico.



Va a trabajar en digital algunas escenas como Barbet Schroeder?

No estamos trabajando en Super 16.



Cómo le ha ido con el tema en la comercialización?

El tema si nos cerró las puertas en un 90 por ciento. A la empresa no le interesa vincularse con algo que muestre el narcotráfico. Pero es una equivocación bastante primitiva. Porque cuando uno se asocia a una película no se está asociando con el tema, se está asociando con el cine. Sea cual fuere el tema de la película, es un relato de ficción. Hay una susceptibilidad grande con esto y también conmigo porque piensan que yo hago un cine muy realista. Esto también se refleja en las grabaciones, no quieren que salgan tomas donde se vean sus sitios y cosas así.



S. En cuanto a la distribución que se tiene previsto?

V.G. Hay una expectativa de Cinecolombia, quien está en una muy buena actitud hacia los cineastas colombianos. Muestren que nosotros los ayudamos, si es buena la presentamos en los mejores teatros y les hacemos campaña.



S.Cómo va a ser la parte fotográfica de la película?

V.G.Vamos a hacer una película con pocas luces. No es como la Vendedora de Rosas que se hacían planos con fondos involucrados en la cosa. En esta vamos a trabajar una estética muy de la realidad, que tengamos sombra, con una película 800 asa, rápida, que nos va aligerar mucho el tiempo de trabajo y el equipo de luces.



S. Cuándo piensa terminar de filmar?

V.G.Yo tengo que estar terminando ya en noviembre.



S. Qué hay con el sonido, que a veces ha sido el talón de Aquiles de las producciones colombianas?

V.G. El trabajo de los sonidistas colombianos todavía está lejos de la perfección. Es muy sucio el sonido. Yo no se porque, será falta de experiencia? Ahora parece que vienen una serie ingenieros sonidistas estudiantes de San Antonio de los Baños. Que son ingenieros y saben hacer mezclas.