Infraestructura
27 billones de pesos en obras para Bogotá y el centro del país
Bogotá y Cundinamarca les apuestan a grandes obras, que cuestan billones de pesos, para reactivar la economía y generar miles de empleos. Pero preocupa la elevada deuda que generarán. Estas son las movidas.
Difícilmente otra región de América Latina ejecuta un plan de obras tan ambicioso como el de Bogotá y Cundinamarca.
Se trata de los millonarios proyectos de infraestructura de transporte contratados en el segundo semestre de 2019, además de los que están en proceso para adjudicar entre septiembre y noviembre. Sin duda, estas obras constituyen la columna vertebral del trabajo que revitalizará la economía del país.
En el caso de Bogotá, la alcaldesa Claudia López lanzó su esquema de recuperación económica que llamó Plan Marshall, en alusión al programa de ayuda de Estados Unidos a Europa tras la Segunda Guerra Mundial, que el Concejo analizará en sesiones extras.
Según este plan, en cuatro años la administración distrital prevé invertir 109,3 billones de pesos, de los cuales 37 billones irán para proyectos de movilidad. Para financiarlo, López le pidió autorización al Concejo para ampliar el cupo de endeudamiento hasta por 10,7 billones de pesos.
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Está claro que reactivar la economía es un asunto urgente. Por un lado, la actividad de Bogotá podría caer cerca de 9 por ciento este año, según previsiones del Distrito. Por el otro, en junio, la capital tuvo una tasa de desempleo de 23,6 por ciento, la más alta de su historia y varios puntos por encima del promedio nacional, de 19,8 por ciento.
El plan del Distrito incluye obras de transporte e inversiones en sectores como educación, salud e integración social y no es comparable con las de ninguna otra ciudad del país. Tiene la meta de crear 500.000 empleos.
La construcción de grandes obras viales y férreas impulsará la economía bogotana. Las inversiones rondan los 27 billones de pesos entre los proyectos que adjudicó a finales de 2019 Enrique Peñalosa y los que está a punto de contratar la alcaldesa López (ver tabla).
Solo para tener una idea de la magnitud de esta cifra, Medellín, la segunda ciudad más grande del país, incorporó en su plan 2020-2023 un presupuesto de 1,9 billones de pesos para todo el programa de movilidad sostenible e inteligente.
El poder de la región
Cundinamarca también impulsará la actividad económica. Solo el Regiotram de Occidente representará inversiones por 3,6 billones de pesos. “En los próximos días los ciudadanos empezarán a ver el levantamiento de la actual línea férrea y de otros trabajos de este megaproyecto”, dijo el gobernador Nicolás García.
También comenzará un programa de pavimentación de 1,2 billones de pesos para mejorar 500 kilómetros de vías municipales. Y tiene planes para construir polideportivos, hospitales, embalses y comprar maquinaria para mantener las vías. El dinero para estas obras provendrá de los giros de la nación por regalías y de un nuevo cupo de endeudamiento por 760.000 millones de pesos.
Además, García planea refinanciar la actual deuda e instalar nuevas casetas de peaje en vías del departamento, lo que generará cerca de 500.000 millones en ingresos.
Durante una conversación del presidente Iván Duque con el gobernador de Cundinamarca, hace unos días, también hablaron de un segundo tren eléctrico entre Bogotá y Zipaquirá (Regiotram del Norte). Los estudios de este proyecto podrían estar listos en unos 15 meses.
El otro gran proyecto tiene que ver con la ampliación de las estaciones de las líneas de TransMilenio entre Bogotá y Soacha. Las firmas MHC y Conconcreto obtuvieron, a finales del año pasado, varios contratos para estas obras, que representan inversiones por un billón de pesos. Estas intervenciones comenzarán en febrero de 2021.
El impacto en la economía
El dinero previsto para ejecutar obras en Bogotá en los próximos años irrigará varios sectores de la actividad económica. No solo habrá más ventas de cemento, acero y asfalto. La cadena de producción va desde restaurantes y proveedores de uniformes para obreros e ingenieros hasta compañías de seguros o maquinaria. Sin olvidar el sector financiero, que participa con las fiducias y los créditos.
Además, como Bogotá representa más del 25 por ciento del PIB nacional, la economía en general podría afianzar su repunte en 2021 y en los años venideros. Fedesarrollo calcula que por cada 100 pesos invertidos en infraestructura, las empresas y la economía se benefician con otros 160 pesos. El impacto será enorme.
Eso sin contar los beneficios sociales que representan estas obras una vez entren en operación. Los menores tiempos de viaje de los ciudadanos, una oferta de movilidad basada en electricidad y no en el diésel y una mayor red de infraestructura para las empresas, permitirán a Bogotá ser más competitiva, limpia y eficiente.
Pero, a pesar de la magnitud de los planes, es necesario considerar a la creciente deuda la caída en el consumo y el cierre masivo de compañías.
Al respecto, el presidente ejecutivo de ProBogotá, Juan Carlos Pinzón, indicó que la ciudad debe aprovechar estos proyectos de movilidad para atraer inversión y capital tanto local como internacional. Países como Vietnam y Japón están ajustando sus regulaciones para atraer el capital que está saliendo de China por la crisis con Estados Unidos. Bogotá y Colombia no han aprovechado ese potencial.
A Pinzón también le preocupan la caída del empleo y la economía en la ciudad. También el alto nivel de endeudamiento en que estaría incurriendo la capital para cubrir el déficit en el recaudo de impuestos. “Un decrecimiento en el PIB distrital de -8 por ciento, en conjunto con el aumento en los niveles de deuda, supone un riesgo para la salud de las finanzas distritales, llevando a la deuda como porcentaje del PIB a cerca del 4,3 por ciento en 2020”, dijo.
La entidad pidió concertar con los empresarios afectados planes de ayuda para reactivar el empleo y la inversión. Por ejemplo, hay varios planes parciales de vivienda aún no aprobados por la alcaldía distrital que podrían ayudar a revertir la tendencia de desempleo.
Las obras más grandes
El exalcalde de Bogotá Enrique Peñalosa se convirtió, sin querer, en el estructurador del Plan Marshall que anunció la alcaldesa López.
El último año del anterior periodo se caracterizó por una carrera frenética de contratos, aunque también por una que otra talanquera judicial por obras como el corredor peatonal de la Séptima en el centro o la troncal de TransMilenio en la misma avenida hacia el norte.
Peñalosa produjo tantos contratos y licitaciones que dejó una buena cantidad de proyectos listos para la administración de Claudia López. El contrato más grande es, sin lugar a dudas, la primera línea de metro, cuyas obras comenzarán en 2021 con inversiones cercanas a los 12 billones de pesos.
Este proyecto avanza sin mayor contratiempo. La semana pasada firmaron el contrato de la interventoría con una multinacional española. Las obras comenzarán en octubre con las primeras intervenciones a gran escala, el patio taller ubicado en Bosa.
Otros proyectos quedaron adjudicados a finales de 2019, como la extensión de la Avenida Caracas, que hace apenas una semana inició obras, un intercambiador de tres niveles que descongestionará el tráfico entre Bosa y Soacha y las fases II y III de TransMilenio entre Soacha y Bogotá, entre otras. Así mismo, la troncal de la Avenida Ciudad de Cali quedará adjudicada el 23 de septiembre, lo que se traducirá en inversiones por unos 700.000 millones de pesos.
El reto más grande será garantizar un equilibrio adecuado entre la ejecución de grandes obras sin quebrar la ciudad con deudas insostenibles ni con una parálisis prolongada de la movilidad. De lograrlo, estará asegurado el futuro de la ciudad, la región y el país.