En Colombia, 10,4 millones de personas ganan un salario mínimo o menos. Es decir, cerca de la mitad de los trabajadores. | Foto: Daniel Reina

ECONOMÍA

¿A cuánto llegaría el salario mínimo si el alza es la que proponen los sindicatos?

Las centrales obreras lanzaron primeras apuestas. Expertos de la Universidad de los Andes dicen que es momento de repensar la fórmula para subir el salario.

28 de octubre de 2020

Los anuncios de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y Fecode de cuánto debería subir el salario mínimo en 2021, teniendo en cuenta el golpe en los ingresos de los trabajadores por la pandemia, encendió el debate.

Como sucede cada año, los sindicatos iniciaron la discusión en torno al aumento del mínimo, aunque esta vez de manera anticipada. Regularmente, la controversia empieza desde finales de noviembre, pues las fechas límite para llegar a un acuerdo son a mediados de diciembre. No obstante, al ser un año atípico, era de esperarse que el tema se tomara la agenda nacional más temprano.

Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, dice que si bien la cifra aún no está definida, debería estar por encima de la cifra con la que arrancaron en 2019, que fue del 12 por ciento. Si se le suma la inflación nueva, llegaría al 15 por ciento, lo que representaría 131.670 pesos de más y llevaría el total a superar levemente el millón de pesos.

Esta propuesta preliminar, en su concepto, responde a que los trabajadores necesitan más recursos si se quiere recuperar la economía desde el lado de la demanda. Incluso, señala que buena parte del incremento podría ser asumido por el Gobierno, de tal modo que a las empresas no se les encarezca tanto el pago de salarios.

Al poco tiempo, los economistas y expertos le salieron al paso e indicaron que, en este caso, el remedio podría ser peor que la enfermedad. “Cualquier crecimiento del mínimo por encima del 2 por ciento es un tiro al pie, pero igual ya van varios tiros al pie seguidos. Ojalá este año sí le paren bolas al efecto que eso puede tener sobre el mercado laboral”, escribió en su cuenta de Twitter el vicepresidente de Asofondos, Jorge Llano.

Por su parte, Mauricio Santamaría, presidente de ANIF, dijo: “Como están la economía y el mercado laboral es fundamental ser cuidadosos. Ahora, sin duda, debe prevalecer el objetivo de cuidar el poco empleo formal que ha sobrevivido”.

Cambio de fórmula

Esta disyuntiva será la que enfrenten el Gobierno, los empresarios y los sindicatos hacia diciembre, cuando comiencen las discusiones formales. Si normalmente los debates son complejos y álgidos, con la crisis económica de la covid-19 el asunto será todavía más espinoso.

Para encontrar un punto medio, un grupo de economistas y expertos de la Universidad Nacional señalan que, sea cual fuere el aumento, habrá un fuerte impacto sobre la recuperación del empleo, que es, tal vez, la principal urgencia social del momento.

En su concepto, “para los trabajadores cuya productividad ha caído por debajo del actual salario mínimo, el incremento de ese salario para 2021 profundizará aún más la brecha entre la productividad y el salario, aumentando su riesgo de pasar al desempleo o la informalidad”.

En tanto que para los que ya están en esas condiciones, dificultará aún más su recuperación y su posibilidad de integrar el sector formal.

Esta realidad podría llevar a que se reconsidere la fórmula básica para fijar el aumento anual del mínimo, que tiene a la inflación y la productividad como piedras angulares. “De no hacerlo, corremos el riesgo de prolongar y agravar la frágil situación de los desempleados y los trabajadores del sector informal, es decir, de la gran mayoría de trabajadores en Colombia”, señalan.

Es importante mencionar que en el país unos 10,7 millones de personas tienen ingresos de 877.803 pesos o inferiores, con lo cual la discusión deberá incluir tanto a los que están en esta línea como aquellos que no alcanzan ni a ganarse el mínimo.

Igualmente, un alza mayor a la esperada –como ha sucedido durante los últimos años en el gobierno de Iván Duque– podría poner en jaque a los empresarios, pues se les encarecería mucho la contratación. Esto agravaría el círculo vicioso que vive Colombia, donde por los elevados costos no se contrata más mano de obra y, por ende, el desempleo no da su brazo a torcer.

Lograr un punto medio no será tarea fácil.