industria turistica
¡A viajar!
Todo indica que esta temporada de vacaciones será la mejor en muchos años para el turismo nacional.
Por estos dias los empresarios del turismo tienen razones de sobra para estar contentos. Para finales de 2002 e inicios de 2003 los hoteles de Cartagena, Santa Marta, San Andrés, el Eje Cafetero, los Santanderes, Melgar y Girardot están a reventar. El sistema de reservas aéreas también está copado y el número de pasajeros en lista de espera triplica el de años anteriores.
Varias razones de peso explican este cuarto de hora para el turismo nacional. La primera es que la mayoría de los colombianos prefieren viajar dentro del país. Este cambio de mentalidad obedece a lo costoso que resulta salir al exterior, especialmente ahora que el dólar supera los 2.800 pesos y la devaluación acumulada es de 22 por ciento, y a la enorme dificultad para conseguir las visas que exigen los gobiernos de 123 países en el mundo. Los visados, exigidos ahora por el 90 por ciento de los países (aún están pendientes Panamá y Ecuador), desestimulan los viajes al extranjero, no sólo por la enorme cantidad de requisitos y los altos costos de los trámites sino también por las demoras. "Hace un mes una visa a Europa se obtenía en tres días, ahora, y en adelante, como mínimo en tres semanas" dice Oscar Rueda, presidente de la Asociación Nacional de Agencias de Viajes y Turismo (Anato).
La otra explicación es una leve reactivación económica que, en el caso del turismo nacional, viene tomando fuerza a partir del segundo semestre del año. A diferencia de los primeros seis meses de 2002 -cuando el índice promedio de ocupación hotelera cayó a 39 por ciento debido a la ruptura del proceso de paz con las Farc y a la incertidumbre de la época preelectoral-, el segundo semestre del año repuntó notoriamente. Las expectativas de un nuevo gobierno crearon un mejor clima de confianza en el país y empezó a observarse una leve mejoría mes a mes.
Tanto es así que en octubre y noviembre la ocupación hotelera promedio nacional estuvo por encima del 70 por ciento y, en algunos casos, en niveles superiores al 90 por ciento. Destinos como Santa Marta, Cartagena, Melgar y Girardot, Eje Cafetero, San Gil, Villavicencio, Puerto López en los Llanos Orientales, Paipa y Villa de Leiva en Boyacá, estuvieron llenos de gente durante los puentes festivos del Día de la Raza, Los Santos y la Independencia de Cartagena.
En esto influyeron las medidas de seguridad desarrolladas por el gobierno Uribe, como las Caravanas Turísticas, que buscan garantizar el control de las carreteras por parte de la Fuerza Pública para evitar retenes de la guerrilla o actos delictivos y así darle tranquilidad al viajero. La ocupación hotelera en estas zonas volvió a bordear el ciento por ciento, cuando en muchos casos no llegaba al 50 por ciento en los puentes, según la dirección de turismo del Ministerio de Desarrollo. "Las Caravanas Turísticas sirvieron para devolverles la confianza a los viajeros terrestres y permitir la movilización de más de 1.150.000 vehículos y cerca de tres millones y medio de personas durante estas festividades", asegura Jaime Alberto Cabal, presidente de Cotelco, gremio que reúne a los hoteleros del país.
Si se tiene en cuenta que el 80 por ciento de los viajeros en Colombia se moviliza por carretera, el factor seguridad se convierte en la variable determinante para el crecimiento de las actividades asociadas al turismo, como agencias de viajes, restaurantes, líneas aéreas, comercio en general, transportadores terrestres, gasolineras o peajes. Por eso, para que el auge de esta temporada no sea flor de un día, se debe mejorar la seguridad en forma permanente, con medidas que vayan más allá de las caravanas turísticas, que no dejan de ser una solución muy parcial.
En todo caso los anuncios del gobierno de que garantizará una mayor protección en casi todas las vías del territorio nacional en este fin de año permite pronosticar una temporada exitosa. "Esperamos movilizar alrededor de dos millones de carros en los meses de diciembre y enero. Hemos dispuesto siete caravanas que salen el 21 de diciembre y 14 que parten el 28 de ese mismo mes", afirma el director de Turismo del Ministerio de Desarrollo, Gustavo Adolfo Toro. "Para atender la gran demanda de huéspedes y de servicios la hotelería y todos los prestadores de servicios turísticos demandarán, por lo menos, 10.000 nuevos empleos directos y cerca de 30.000 indirectos", añade Cabal, de Cotelco.
Es claro que las visas, la devaluación y las caravanas han ayudado a que los colombianos viajen por su tierra. Pero no son las únicas razones. La enorme variedad de productos y destinos turísticos que ofrecen las distintas regiones de Colombia parecen estar incentivando a los viajes dentro del territorio nacional.
Conscientes de que el principal tráfico turístico en el país es nacional -alrededor del 85 por ciento de los viajeros son colombianos- la Dirección General de Turismo y el Fondo de Promoción Turística de Colombia lanzaron una estrategia para impulsar este mercado. Con una inversión superior a los 2.200 millones de pesos crearon la campaña 'Vive Colombia, viaja por ella', en la que se invita a los nacionales a que viajen por su tierra. La campaña pretende dar a conocer los productos turísticos más importantes, competitivos y representativos del país y promocionar las ferias y las fiestas a nivel regional con el objetivo de crear unos flujos turísticos departamentales.
"Hay un crecimiento del 32 por ciento en el turismo nacional de excursiones dentro del país", afirma Jean Claude Bessudo, presidente de Aviatur. El aumento se debe al auge que están teniendo los nuevos productos como las finca-hoteles cafeteras de Risaralda y Quindío (hoy existen más de 60 fincas dedicadas al agroturismo), a los deportes de aventura que pueden practicarse en los Santanderes, particularmente en los ríos Fonce y Chicamocha (rafting y canotaje) y en la Mesa de Ruitoque (parapente), así como al ecoturismo del Amazonas o La Guajira.
Todas estas razones hacen pensar que esta temporada de vacaciones será la mejor en muchos años para el turismo nacional. Una buena noticia para uno de los sectores más golpeados por la recesión económica y por la inseguridad de los últimos años.