ENTREVISTA

“No vamos a ser tan toches de subir impuestos en pandemia”: Alberto Carrasquilla

El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, no descarta que la caída de la economía supere el 5,5 por ciento. Cree que las calificadoras de riesgo, en momentos tan inéditos, tienen que cambiar paradigmas e ir más allá de chulear sus recetarios.

7 de agosto de 2020
Alberto Carrasquilla, Ministro de Hacienda. | Foto: JUAN CARLOS SIERRA

SEMANA: En un año tan crítico, el ministerio estima una caída en la economía del 5,5 por ciento, mientras que los analistas, e incluso el Banco de la República, creen que la contracción podría ser hasta de 8 o 10 por ciento, ¿van a revisar esa cifra?

ALBERTO CARRASQUILLA: Por supuesto. Qué tal que, en semejante incertidumbre, el Gobierno, a diferencia de todo el resto del planeta, no estuviera dispuesto a ajustar sus previsiones.

SEMANA: Con el pronóstico para 2021 también hay dudas, pues nadie cree que habrá rebote del 6,6 por ciento, como lo estima el ministerio. ¿Por qué asegura que lo lograrán?

A.C.: Nuestras estimaciones nos indican que no hay ninguna razón para pensar que, en 2021, una vez superada esta dura situación de emergencia producto de la pandemia y las medidas para mitigar el ritmo de propagación, la economía sea incapaz de recuperar los niveles de producción de 2019. Tampoco estamos diciendo que el sector crecerá de manera abrupta. Si tenemos en cuenta que la economía caerá 5,5 por ciento en este año, con un crecimiento de 6,6 por ciento el año entrante, estaríamos levemente por encima de lo que fue el PIB en 2019, dos años después.

SEMANA: Usted presentó un presupuesto por 314 billones de pesos. ¿De dónde saldrán esos recursos si por impuestos no podría haber tanto ingreso, pues los contribuyentes aportarán poco sobre 2020, el peor año en la historia del país?

A.C.: Vamos por partes. Primero, como todos los países del mundo, Colombia ha tenido que endeudarse mucho más de lo que es el caso en tiempos de normalidad. Segundo, lo cierto es que esa demanda atípica por recursos financieros se encuentra con un mercado cuya oferta, también atípica de recursos financieros, es incluso más que adecuada. Se estima que más o menos el 60 por ciento de todo el portafolio de instrumentos de renta fija en posesión de los principales inversionistas institucionales tiene tasa de interés igual a cero. La búsqueda de retornos, que obviamente exhiben estas instituciones, es una externalidad positiva para naciones como Colombia. Y tercero, no hay un solo país del mundo en el cual se esté discutiendo elevar impuestos en este momento, y con mucha razón. No tiene ningún sentido, de cara a semejante tragedia por la que atraviesa el mundo entero, estar subiendo impuestos.

SEMANA: Ahora no, pero el propio ministerio ha dicho que se necesitará una tributaria que recaude mínimo 2 puntos del PIB una vez pase la pandemia, y todo indica que sería en 2021. ¿Hay de dónde sacar esa plata?

A.C.: No, y por eso ningún país del mundo está cometiendo la locura de elevar los impuestos en este momento. Por suerte contamos con una amplia disponibilidad de crédito a costos razonables para Gobiernos como el de Colombia, lo cual ayuda mucho en este momento de crisis, dándonos el tiempo y la tranquilidad para tomar las decisiones más convenientes en el amplio tema de las reformas estructurales que nos permitan volver a crecer de manera sostenida y equitativa.

SEMANA: Llama la atención que en los ingresos tributarios que estima el ministerio para el otro año, según el Marco Fiscal de Mediano Plazo, se espera un incremento del 24 por ciento en el recaudo por IVA. ¿Por qué esa expectativa tan optimista?

A.C.: Nuestro Estatuto Tributario tiene enormes problemas, que han sido ampliamente descritos, analizados y cuantificados incontables veces por observadores nacionales e internacionales muy autorizados. Ya ha iniciado labores una nueva comisión de expertos, y sus recomendaciones informarán el debate en el tema del IVA y en los demás frentes.

SEMANA: ¿Cree que la próxima reforma debería generalizar el IVA para todos los productos?

A.C.: No le jalo a este tipo de preguntas que parecen más en plan de cacería de titulares que en plan de convidar el debate. Ese debate llegará en su momento. Nuevamente, insisto, en ningún país del mundo se están subiendo los impuestos en este momento. No vamos a ser tan toches como para ser los únicos. Por ahora, le cuento que estamos, junto con un equipazo de asesores externos, con serenidad, mirando de nuevo todo el Estatuto Tributario.

SEMANA: ¿Qué opina de la tributaria que radicaron los partidos de oposición?

A.C.: Hay cosas que me parecen muy atinadas y otras que no tanto. Total, esos temas hay que discutirlos en el escenario correspondiente, que es el Congreso de la República. Bienvenidas, eso sí, todas las propuestas y todas las ideas para hacer, con absolutamente todas las bancadas, una discusión respetuosa, muy juiciosa y muy seria.

SEMANA: Hablando de reformas, ¿sigue con la idea de llevar al Congreso la reforma pensional para la protección de la vejez?

A.C.: Desde luego que la idea es someter para discusión la protección de la vejez. Si las cosas salen bien, podemos lograr una cobertura del 100 por ciento de la población mayor, defender la sostenibilidad financiera del sistema y eliminar las enormes inequidades que tiene el sistema actual.

SEMANA: La Corte Constitucional tumbó la medida de aplazar el aporte en pensiones que se tomó en la emergencia. ¿Cómo solucionar ese tema?

A.C.: La idea del Gobierno fue correcta: aliviar la presión de caja de las empresas, para defender la estabilidad del empleo de aquellas que razonablemente pueden sufragar, suspendiendo de manera temporal una de las exigencias más importantes que las presiona. La decisión de la Corte Constitucional es muy clara: el alivio de caja no es constitucional y, por ende, las empresas deberán seguir conviviendo con esta presión.

SEMANA: Con las cuentas de la plata para la pandemia han surgido muchas críticas. ¿Cuál es la realidad del gasto que se ha hecho y cuánto es la deuda?

A.C.: Tenemos recursos importantes provenientes de deudas que honraremos, como siempre lo hemos hecho. Al Fondo de Mitigación de la Emergencia (Fome) le allegamos 28 billones de pesos, al Fondo Nacional de Garantías le incorporamos un capital con capacidad de respaldar unos 40 billones de pesos en créditos, y al mismo tiempo, hemos podido ejecutar casi con normalidad el presupuesto nacional, de cara a la más dramática caída en ingresos de que se tenga memoria.

SEMANA: Las calificadoras han dicho que dudan de la capacidad del país para estabilizar la deuda. ¿Cuál es su plan para lograrlo?

A.C.: Somos un país que por tradición honra sus compromisos. Aunque en ocasiones nos hemos metido en problemas, siempre hemos encontrado la manera de superar las situaciones adversas sin comprometer nuestra estabilidad fiscal. A la salida de la crisis global que nos agobia, todos los países del mundo saldremos más endeudados. Y mucho me temo que para hacer bien su trabajo, muchas de estas calificadoras de riesgo soberano tendrán que estrenarse como instituciones con ideas y tendrán que ir mucho más allá de chulear celdas en sus recetarios. La dinámica futura de la deuda pública en todos los países va a ser en función del crecimiento económico.

SEMANA: ¿No llevará a niveles muy elevados de deuda?

A.C.: Claramente nuestra deuda aumentará, como lo hará la deuda mundial y como lo presentamos en el Marco Fiscal de Mediano Plazo. En 2021, en medio de la recuperación económica, se empezarán a desmontar gran parte de los gastos extraordinarios, habrá un leve ajuste de la inversión y aumentarán los ingresos fiscales, principalmente los tributarios. De esta manera, iniciará la senda de reducción de la deuda (-5,1 puntos del PIB frente a 2020), en respuesta a las favorables perspectivas del PIB, la tasa de cambio y las variables macroeconómicas que determinan su dinámica, así como a las menores presiones al alza generadas por un déficit primario inferior del Gobierno nacional. Pero, insisto, los colombianos somos pequeños ocupantes de un barco enorme que navega en medio de una tormenta que no tiene precedentes. Llegar a buen puerto nos exige disciplina y esfuerzo, y claro que eso haremos, como lo hemos hecho siempre que nos metemos en líos. Pero también es cierto que dependemos, como nunca antes, de buenos vientos externos; de que se recupere el comercio internacional y se evite el proteccionismo, que haya suficiente provisión de liquidez en moneda dura, así como amplia financiación a costo razonable. Y, para que todo eso suceda, se necesita coordinación internacional y el mismo tipo de liderazgo que se logró a la salida de la Segunda Guerra Mundial. Lo hecho hasta ahora, principalmente en las multilaterales y en los bancos centrales, han sido buenos primeros pasos.

SEMANA: Si se espera tanto de la economía del próximo año, ¿por qué sigue vigente la suspensión de la regla fiscal?

A.C.: Todos los países que tienen algún tipo de regla fiscal han decidido suspenderla. Eso incluye la Unión Europea y varios de nuestros vecinos.

SEMANA: Usted cumple dos años al frente del ministerio, ¿cuál cree que es la mayor dificultad que enfrentamos hoy?

A.C.: Nuestra principal dificultad y nuestro mayor desafío es lograr salir de esta pandemia con la capacidad de retomar el importante rebote que la economía estaba experimentando hasta el pasado mes de febrero.

SEMANA: Y entre desempleo, deuda y desaceleración, ¿qué es lo peor?

A.C.: Desde luego que todas las anteriores tienen su relevancia y merecen atención y debate. Si no crecemos de manera fuerte en la salida de la crisis, no podremos derrotar el desempleo, no vamos a acceder al crédito y no vamos a seguir avanzando, como lo hemos hecho por décadas, en mejorar las condiciones de vida de la población.