Economía
El Campín en Bogotá: estos son los detalles del megaproyecto de $2,4 billones que le dará nueva vida al estadio. Exclusivo
El estadio tendrá capacidad para 50.000 espectadores y será casi el doble del tamaño que tiene hoy. Jaime Luque, CEO de Sencia, y Édgar Cardona, director del proyecto, explican los alcances de la obra y aseguran que es el segundo proyecto más grande de la ciudad después del Metro.
SEMANA: ¿Qué es el megaproyecto de transformación del estadio El Campín y sus alrededores?
ÉDGAR MIGUEL CARDONA (E. M. C.): La transformación de una infraestructura de estas obedece, como todo lo que sucede en nuestros países, a una necesidad: la de tener escenarios apropiados, que cumplan condiciones técnicas; que todos los que asistan tengan los corredores adecuados, las puertas adecuadas, que cumplamos normas de seguridad. Nuestro estadio es muy viejo y es un estadio que se ha transformado de acuerdo con las necesidades, pero que no tiene una infraestructura muy bien planeada. Y lo que hemos querido hacer desde hace siete años es ver cómo nosotros, desde lo privado, nos volvemos parte de la solución en buscar transformar toda esta área. La idea es coger lo que hoy son los parqueaderos sur y norte del estadio El Campín, el estadio El Campincito, todo el complejo de tenis, todo ese sector, exceptuando la parte del Movistar Arena, todo eso en una nueva Bogotá, en un nuevo ícono para la ciudad y que se vuelva un hub turístico.
SEMANA: Algunos expertos hablan de la acupuntura urbana, de unos puntos específicos que permiten el desarrollo de unas zonas. ¿Esto es eso?
E. M. C.: Sin lugar a dudas. Cuando uno mira la ciudad en general, ve que la NQS mueve más de dos millones y medio de personas al día, ve que más de 170 mil personas pasan todos los días por este sector caminando, trotando, yendo a TransMilenio, saliendo de TransMilenio. Este es un lugar neurálgico de la ciudad. Y es un lugar que hoy es vacío. Hoy los parqueaderos sólo son para la gente que tiene carro y plata. En el estadio hay que tener boleta para ir a un partido o a un concierto, las canchas de tenis son clubes privados. En fin, es el espacio público más privado de la ciudad. Y lo que queremos es transformarlo en un espacio que de verdad revitalice no solo esa zona, sino que el proyecto sea lo suficientemente ambicioso, grande, y que su infraestructura, su arquitectura, obedezcan e impulsen a que la ciudad crezca.
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JAIME LUQUE (J. L.): Y que sea como ese ícono de la ciudad, ese destino final al que hay que ir en Bogotá, hacia allá lo estamos orientando.
SEMANA: Cuando uno habla de este proyecto, en inversiones, ¿a cuánto asciende?
J. L.: Estamos hablando de una inversión cercana a los 2,4 billones de pesos. Vamos a tener un aporte importantísimo para la ciudad y aquí es clave recalcar que el aporte todo lo hacemos los privados. Aquí no hay ningún recurso público, la ciudad no está aportando ningún tipo de dinero, pero adicionalmente el predio es de Bogotá. Luego, todas las mejoras que le hagamos son de Bogotá. Aquí Bogotá es la que va a recibir la totalidad del incremento patrimonial para la ciudad. Entonces cuando termine la concesión, nosotros le vamos a entregar todo el proyecto, todo el complejo y la ciudad va a seguir disfrutando obviamente de él durante el tiempo que esté vivo.
SEMANA: ¿La figura es una concesión que les entrega la ciudad a unos privados para que la administren?
J. L.: Así es, la concesión es bajo el mecanismo de APP, que son las asociaciones público-privadas, que a partir de 2012 están reguladas en el país. Colombia tiene la considerada tercera mejor ley de APP del mundo. Nosotros hemos desarrollado en el país muy profundamente este mecanismo y ahora lo estamos haciendo para este tipo de hub turísticos. Va a durar 29,2 años, en donde vamos a demorarnos 4,5 años entre los diseños finales y las licencias de construcción, que son los primeros 12 meses, y tres años y medio construyendo. A partir de ahí, pues ya el proyecto completo se operará hasta que se cumplan 29,2 años y en ese momento se le devuelve a la ciudad.
SEMANA: ¿Esos proyectos tienen exigencias ambientales y sociales? ¿Qué tipo de permisos se necesitan?
J. L.: Realmente en el proyecto siempre se ha incluido lo que requiere la ciudad, este es un predio muy maduro. Nosotros tenemos un estadio que viene operando con conciertos que vienen haciendo... ¿hace cuántos años?
E. M. C.: Tuvo una parada de ocho años y luego la ley de las artes escénicas volvió a darle la posibilidad que coexistan fútbol y eventos.
J. L.: Y el mecanismo requiere como año y medio de permisos. Esto ha sido evaluado por la Secretaría de Planeación, por la Secretaría de Hacienda, por la Secretaría de Cultura, por el IDRD. El IDRD luego contrata un grupo muy importante de consultores externos para que revise todo el proyecto y vea que sí cumple, no solamente con los requisitos de ley, sino con el POT, con todos los requerimientos ambientales, con 18 meses trabajando con la Secretaría de Movilidad para el proyecto de tránsito, que ahora estamos volviendo a traer a valor presente a esta época. Son cerca de tres años de permisos. Licencias todavía no, las licencias son las que vienen el próximo año.
SEMANA: La concesión es por un poco más de 29 años. ¿Eso es prorrogable o no?
J. L.: Pues realmente no, pero se puede generar un proyecto nuevo al final. Lo que dice la ley de APP en Colombia es que tiene máximo 30 años para recuperar su inversión. Este es un proyecto que tiene 29,2 años, eso es hasta cuando cierran realmente las condiciones económicas, pero al final de la concesión, cuando queden más o menos unos tres años, se evalúa probablemente un nuevo proyecto en el que se hagan unas inversiones nuevas, adicionales, unas nuevas adecuaciones y ahí la Alcaldía evaluará una nueva concesión. No hay más prórroga después de los 30 años de concesión.
SEMANA: Para dimensionar el proyecto, ¿qué podemos decir en materia de empleo, de impuestos, de recuperación de espacio público?
E. M. C.: Tendríamos que mirar por etapas y cada uno de los momentos. Mientras vamos a estar construyendo, vamos a estar operando. Es decir, el fútbol no para, los eventos no paran. Entonces tendremos personas, las que hoy se está generando empleo dentro del estadio de fútbol seguirán permaneciendo y activando su empleo, mientras más de 2.500 personas estarán empleándose para la fase constructiva. De eso estoy hablando de solo la parte constructiva. Y luego, cuando ya empecemos en la operación del nuevo proyecto, esperamos más de 4.500 a 6.000 empleos directos, sin contar los indirectos que pueden ser una gran cantidad.
J. L.: Y eso en plata son 270 mil millones de pesos en salarios que se pagan en esta primera etapa y por encima de los 400 mil en corrientes en la segunda etapa de empleos de la gente, de la concesión y de la construcción. Ahora, cuando eso lo comienza a escalar de los que van a trabajar en la clínica, los que van a trabajar en el hotel, tenemos un multiplicador de empleos directos y un sinnúmero de empleos indirectos que vamos a tener nosotros generando.
En impuestos es bien interesante, porque nosotros hablamos en incremento del IVA cerca de 167 mil millones de pesos, 113 mil millones de pesos en ICA, para hablar de lo que le queda al IDRD, a la ciudad, aunque el ICA también le queda directamente a la ciudad. Ese proyecto tiene una parte muy linda y es que toda la conexión de las áreas son plazoletas de espacio público.
Tenemos un espacio hoy que es el área pública más privada que hay. Pero aquí vamos a tener un tipo parque metropolitano donde la gente va a pasar el tiempo, a disfrutarlo con conectividad, para todo tipo de ingresos. La oferta es completa y vamos a tener un poco más de 50 mil metros cuadrados de espacio público definido para el disfrute de los bogotanos. Esto dentro de otras cifras que nosotros podemos ver: en la derrama económica en turismo en lo que uno calcula inicialmente estamos hablando de 136 mil millones de pesos, pero vimos cosas como el festival del fin de semana pasado (Cordillera), que rompió todos los récords en parafiscales, porque los solos shows del fin de semana pasado dejaron 2.500 millones de pesos, pero eso lo puede recuperar la ciudad y usarlo para construcción de escenarios culturales. Entonces, desde todo punto de vista, el proyecto es un generador de ingresos para la ciudad y de oportunidades para la ciudad. Que, entre otras cosas, es el segundo proyecto más grande de la ciudad de infraestructura, después del Metro.
SEMANA: Hemos hablado mucho de El Campín. ¿Con qué otros elementos cuenta el proyecto?
E. M. C.: Un ecosistema hay que analizarlo en el todo. El estadio con 64 partidos de fútbol no puede tener una infraestructura como esta con este costo, 300 días vacía. Entonces hay que generar una gran cantidad de actividades alrededor que inviten a que la gente disfrute. Vamos a tener restaurantes, vamos a tener áreas comerciales, vamos a tener una clínica de tercer nivel con especialidad en todos los temas de trauma deportivo. Vamos a tener un hotel de más de 140 habitaciones, un parqueadero subterráneo de más de 3.000 plazas vehiculares, 1.400 de bicicletas, 600 de motocicletas, áreas para patinetas. El auditorio filarmónico, que va a ser casa de la Orquesta Filarmónica de Bogotá. Lo que queremos es una infraestructura de la ciudad que va a ser transformada para que se quede para los ciudadanos, para que todas las personas puedan venir y disfrutar todos los días de arte, cultura, entretenimiento, comercio, salud, que sea todo un ecosistema para que la gente circule todos los días y así pueda pagarse.
J. L.: Vamos a tener adicionalmente un hub de eSports, este que es como una tribu urbana muy bonita, que ya no es solamente de una generación, sino hay como tres generaciones diferentes. Vamos a tener espacios diseñados para cada uno de esos sectores y es un hub completo de eSports en donde vamos a tener ahí unas sorpresas muy interesantes.
SEMANA: ¿Quiénes hacen parte de la concesión? ¿Quiénes son ustedes?
J. L.: Édgar Miguel Cardona, conocido en el sector como el Pote, que tiene la experiencia probablemente más amplia en producción de eventos y espectáculos tanto culturales como deportivos. Tiene una compañía de producción de eventos de muchos años, Producción de Eventos 9-11, hace parte del equipo de socios. Dos compañías constructoras, Concéntrica, Promciviles, muy interesantes, acostumbradas a construir parques, por eso hablábamos de este tipo de centros de entretenimiento y de esparcimiento de la ciudad.
Tenemos una compañía muy interesante que es Smart Valley, que es una compañía de inversiones de Mauricio Hoyos y su equipo. Un socio importantísimo para nosotros, que es el que ha hecho esto en diferentes partes del mundo, la construcción retadora del estadio por partes y de estas estructuras de ingeniería importantes, que es Lanic, que es una compañía española que es socia importante del proyecto y el combo de ingenieros. Es un proyecto que ha sido diseñado y ha sido concebido por la gente del medio.
E. M. C.: Se contrataron compañías muy importantes, como L35, que es una empresa de arquitectura que ha ganado premios en el mundo y que dentro de sus diseños está haciendo el Santiago Bernabéu, por ejemplo. Está Bak, una empresa también española, con presencia en más de 50 países y que ha hecho ingeniería de gran calado. Para una inversión de estas hay que traer profesionales que ya lo hayan hecho, que sepan de esto, porque no podemos gastarnos esa plata sólo para probar si funciona. Esto tiene que ver con los que ya lo han hecho y les funciona.
J. L.: Calculábamos unos 5 o 6 millones de dólares que nos costara preparar el proyecto, vamos en 10 y contando.
SEMANA: ¿Cuándo vamos a tener el estadio en construcción? ¿Cómo va a ser ese cronograma y esas expectativas de tiempos alrededor de todo el proyecto?
J. L.: Como mencionábamos, el fútbol no para, los eventos no paran, se modifican ciertas operaciones. Los primeros 12 meses se utilizan para dos cosas fundamentales: el cierre financiero y la obtención de las licencias. Hay que llegar a los diseños de detalle porque las APP se estructuran en fase 2, en anteproyecto arquitectónico.
En 12 meses de licencias de construcción y todas las licencias que requerimos de cierre financiero a partir del mes 13, hacia noviembre y diciembre del año entrante estamos comenzando construcción. Y la construcción comienza con la tribuna oriental. Luego, el siguiente año, hacemos norte y sur, y luego hacemos occidental y la cubierta. Eso nos toma los siguientes tres años y medio. Dentro de cuatro años y medio ya tenemos todo el complejo construido. Esos números que vemos del estadio es que en paralelo está sucediendo el parqueadero soterrado que se hace al mismo tiempo que se hace la tribuna oriental. En 18 meses de construcción, tenemos nosotros la tribuna oriental, norte y sur avanzados, y tenemos el parqueadero con toda la cimentación de las demás edificaciones. Y luego ya levantamos las estructuras verticales.
E. M. C.: Es un reto porque vamos a estar en seis frentes de obra simultáneamente para hacerlo en el tiempo óptimo y que el impacto sea el más rápido posible para que todos los que soñamos con tener un estadio, tener esta nueva arquitectura para la ciudad, pues la podamos ver y no se vuelva lo de siempre: ¿quién será el que va a poder ver esto? La idea es que en cinco años podamos verlo.
SEMANA: A mediados de año, tuvieron ya la firma con el IDRD y con el alcalde de todo este proyecto. ¿Qué le va a quedar al distrito?
J. L.: Le queda una obra por 1,5 billones de pesos, que en términos corrientes es un dineral cuando la entreguemos. Todo el incremento patrimonial, toda la obra es del distrito. Nunca deja de ser propiedad del distrito. Es como cuando a uno le alquilan un lote, y le hace unas mejoras, solo que estas son un poco más grandes.
Entonces, inicialmente le estamos incrementando el patrimonio de la ciudad en 1,5 billones de pesos. Adicionalmente, por los primeros años y mientras se recupera la inversión, el 1 % del ingreso bruto, sin correr ningún tipo de riesgo, es del IDRD. Y una vez se llegue a la recuperación de la inversión, eso en términos técnicos es el valor presente de los ingresos esperados, en ese momento se dispara un nivel que llega al 23,6 % de los ingresos brutos para la ciudad. Adicionalmente, estamos hablando de 3.000 metros cuadrados de oficinas para el IDRD. Nosotros vamos a asumir todo el costo, vamos a crear la sala de ensayos de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, 200 metros cuadrados, más camerinos, más el cuarto de instrumentos, poco más de 350 metros cuadrados, que esos son bien especiales, también se los transferimos a la ciudad, eso adicionalmente de las cifras de incremento de empleo, ingresos y generación de oportunidades.
E. M. C.: Una de las cosas que más vamos a dejar para la ciudad es una infraestructura nueva, moderna, que debe ser orgullo para los bogotanos, que se vuelva como ese punto central de la ciudad.
SEMANA: Este es un proyecto que no es solo de esta alcaldía, sino que viene ya de tiempo atrás. ¿Cómo ha sido ese manejo con todos los alcaldes? ¿Con quiénes arrancaron?
E. M. C.: Nosotros arrancamos con Enrique Peñalosa. En esa época empezamos a hacerlo en el IDRD con Orlando Molano, que era el director, y hoy está en el IDU. Con él empezamos a hablar sobre el proyecto. Fue una transición interesante porque la visión de ciudad que tenía Peñalosa era muy diferente a la que tenía la alcaldesa Claudia López. y esa transición nos costó que ellos entendieran y que nosotros entendiéramos sus políticas y pudiéramos entre los dos desarrollar un mejor proyecto. Sin lugar a dudas, encontramos gente abierta, dispuesta y con ellos construimos durante cuatro años todo el proceso de prefactibilidad, factibilidad, validación, casi que ya al momento de entregárselo a Carlos Fernando Galán para la firma. Durante ese proceso, se habló con la Orquesta Filarmónica de Bogotá, con los equipos de validación y ahora con Carlos Fernando Galán estamos en ese empalme. Ellos llegaron desde el primer día diciendo, nos encanta el proyecto, queremos el proyecto, pero espéreme lo vemos; veamos los números, veamos el contrato, veamos todo. Y ese es el proceso en que vamos.
J. L.: Y de paso, llegamos a un acuerdo con el señor alcalde para llevar el estadio a 50 mil personas.
SEMANA: En este momento, ¿cuál es la capacidad del estadio?
E. M. C.: 33.900, pero no cumple ninguna norma técnica. Es decir, el estadio de hoy, en anchos de corredores, espacios de circulación, puertas de acceso, todas las normas NSR10, NFPA, NTC, no cumple las normas. Si el estadio que tenemos hoy lo hiciéramos cumplir las normas técnicas, sería por ahí para 22.000 personas máximo. Y vamos a tener un estadio de 50.000 cumpliendo todas las normas. Es decir, es un estadio el doble de grande de lo que tenemos hoy.
J. L.: Hicimos ese análisis. Uno hace en este tipo de proyectos una matriz multicriterio. Estructuralmente el estadio no estaba mal, hicieron unos ajustes en la estructura muy bien hechos en su momento, pero a nivel de cumplimiento de normas de evacuación, de seguridad, no cumple. Entonces nos salía realmente inviable mantener el estadio actual, por lo que se toma la decisión de invertir unos pesos más y tener un estadio nuevo.
E. M. C.: Y ahí hay un punto bien importante y es la cubierta, porque hacer una cubierta es bastante costoso, pero la mejor manera de proteger la grama y hacer que el fútbol y los conciertos puedan coexistir, es protegiendo y controlando de mejor manera la grama. A 2.600 metros de altura, con las precipitaciones de agua que tenemos en Bogotá y con las heladas que tenemos en la capital, nos tocaba cubrirlo completamente. Vamos a tener una grama híbrida entre artificial y natural, con la posibilidad de controlar temperatura, cantidad de agua y hacer una grama mucho más robusta.
J. L.: Equiver es otro de los socios del proyecto que es el que está encargado de las gramas tanto aquí como en Barranquilla. Ahora en el Mundial de Fútbol Femenino le decían, esto es Bogotá a 4 °C y luego a 20 °C, y eso a la grama le hace un daño enorme. Entonces ahí tenemos afortunadamente dentro del equipo al socio que está absolutamente dedicado a estudiar gramas en el mundo para traer la mejor. Incluso vamos a ir a Tennessee donde se están analizando las gramas nuevas para el próximo Mundial para ver cuál es la mejor grama para nosotros.
SEMANA: Ya vimos el desafío político. ¿Cuáles son los otros retos que tiene el proyecto?
E. M. C.: Son muchos. Uno de los más importantes será todo el tema constructivo, porque la construcción tiene unos impactos, sin lugar a dudas, y tendremos que entrar en un relacionamiento con la comunidad, entrar en un relacionamiento con la ciudad y con cada una de las entidades. Nosotros vamos a tener las mejores intenciones, hacerlo en el menor tiempo posible, hacerlo de la manera más prolija posible, pero de todas maneras debemos tener una conciencia de que para poder desarrollar y llevar nuestra ciudad a un siguiente paso, habrá que vivir esa transición.
J. L.: Creo que uno de nuestros grandes retos es el cambio. A los normales clientes del estadio, es que nosotros no los vemos como clientes, sino como parte de la cadena de valor. A nosotros nos hacen una vigilancia un poco estricta. Tenemos más de 400 indicadores de operación y de servicio. Entonces nosotros tenemos los ojos del distrito en indicadores de servicio, indicadores de gestión. Esto de fácil no tiene nada. Y obviamente vamos a tener que ser estrictos también en el cumplimiento de las normas. Los ciudadanos vamos a tener que comportarnos un poquito diferente, vamos a tener muchísima tecnología para ayudar con temas de seguridad. Digamos que el cambio va a ser uno de los retos importantes.
Otro de los retos, sin duda alguna, es cuando se genera volatilidad cambiaria. Otro de los retos es cuando se genera volatilidad en la confianza inversionista. El sector del entretenimiento afortunadamente es jalonador de la economía, pero no solamente en Colombia sino en el mundo entero. Cuando vemos que se disminuyen las inversiones en algunos sectores, como la construcción, como incluso otros proyectos de infraestructura, y este es un proyecto de infraestructura que adicionalmente está relacionado con el sector que está jalonando la economía, pues nos ayuda a tener ese atractivo para los inversionistas.
Eso está sobre la mesa, tenemos muy buena aceptación de la banca local, muy buena aceptación de la banca internacional. Las embajadas han sido promotoras del proyecto, especialmente dos embajadas que han sido muy cercanas a él.
Lo que sí realmente nos afecta son las incertidumbres que se generan. Esas volatilidades que generan incertidumbre nos afectan negativamente. Afortunadamente, nuestro proyecto tiene todo el respaldo de la administración distrital. Es un proyecto de la ciudad, que viene con tres administraciones respaldándolo y así lo están viendo los inversionistas.
SEMANA: ¿Ya lograron cierre financiero? Se lo pregunto porque estamos precisamente en esa volatilidad. Un dólar que se está moviendo como en una montaña rusa, unas tasas de interés que, si bien vienen bajando, todavía están altas, que lo mismo pasa con la inflación. ¿Cómo está ese cierre financiero?
J. L.: Un cierre financiero siempre es complejo. El que diga que un cierre financiero es fácil, pues no ha hecho un cierre financiero. Menos de un proyecto de esta envergadura. Afortunadamente, el cierre financiero comienza con la firma del acta de inicio. Nosotros hace 18 meses comenzamos con esto. Contratamos la firma número uno del mundo que nos ha apoyado en el desarrollo de la estructura para el cierre. Vamos muy avanzados. Hay acuerdos de confidencialidad y no podemos mencionar nombres, pero hay varios interesados, no solamente en entrar a apoyar a los socios con deuda, sino también quieren entrar con equity. Afortunadamente estamos en el sector que es y vamos por el lado que es.
SEMANA: ¿El cierre financiero va a estar mucho antes de lo que lo exige el contrato? ¿Para cuándo lo tienen previsto en el contrato?
J. L.: El contrato dice que debe estar hacia octubre o noviembre del año entrante. Nosotros esperamos tenerlo muchísimo antes.
SEMANA: Hay un tema que es fundamental, que es el tema de la inversión en el país. Y la inversión no crece. ¿Qué pasa con la incertidumbre que generan anuncios, por ejemplo, como los del Gobierno en materia de cambios, de regulación? ¿Qué tanto le puede impactar al proyecto?
J. L.: A nosotros definitivamente nos impacta. Llevamos siete años con el proyecto y ha tenido una serie de volatilidades a lo largo de su historia y para eso en el modelo financiero se tienen unas sensibilidades y corre el modelo en escenarios de alta incertidumbre, de baja incertidumbre, en escenarios de un dólar alto, en escenarios de un dólar más apropiado para una parte del negocio, porque hay otra parte del negocio con ingresos indexados al dólar. Entonces lo que nosotros procuramos es mantener de alguna manera un balance de los ingresos indexados a la moneda relacionada con el gasto o con la financiación. Eso te ayuda a tener un poco de cobertura del riesgo cambiario. Eso, por un lado.
Por otro lado, es que los proyectos de infraestructura son a muy largo plazo. Entonces todos tenemos que aprender a vivir con la incertidumbre del momento. Todo gobierno va a tener incertidumbre de alguna manera porque va a llegar con cambios y vamos a tener momentos favorables y desfavorables. La ventaja de los proyectos a 30 años es que el inversionista de infraestructura está acostumbrado a eso, a proyectos de largo plazo, luego simplemente hace unas valoraciones de esos riesgos, los incluye en la modelación y trabaja para que no sucedan cosas negativas.
SEMANA: Voy a poner un ejemplo extremo y es lo que ha pasado con el metro y la visión que tenía el presidente Petro en su momento, cuando era alcalde, versus lo que terminó siendo. ¿El proyecto, entre comillas, está blindado para que no tenga cambios de futuras administraciones que quieran hacerle ajustes?
J. L.: Colombia tiene, como lo dijimos, una ley de APP probada, comprobada. Hay algunos gobernantes que han tratado de modificar las condiciones. No, las condiciones del contrato de concesión bajo el mecanismo de APP dan seguridad jurídica al inversionista.
Este es un proyecto adicionalmente que es una iniciativa privada sin recursos públicos. Al no tener recursos públicos y todos los recursos venir del privado, no hay un riesgo directo de los recursos públicos, siempre va a haber obligaciones contingentes o no, y eso también se analizó de parte de la Secretaría de Hacienda, y se emitieron conceptos, pero realmente estamos estabilizados en ese sentido.
SEMANA: La oferta en entretenimiento viene creciendo, se anunció Distrito Verde, hay unos nuevos centros a las afueras de Bogotá. ¿Hay mercado? ¿Hay cama para tanta gente?
E. M. C.: Claro. En nuestro proyecto, si bien tiene actividades culturales, gran parte de nuestro ejercicio es encaminado en el fútbol. De otro lado, nuestros artistas o las actividades que se van a hacer serán de gran formato. Y esta es una infraestructura de la ciudad y permanente para la ciudad. No somos una alternativa que tiene un tiempo determinado o que son actividades temporales. Somos un ejercicio permanente para la ciudad y en todo lo que está desarrollando quiere invitar es a que se vuelva el hub turístico de la ciudad y que desde ahí se desprenda para cada una de las actividades culturales que haya en la capital. Seguramente habrá cama para tanta gente porque el mercado del entretenimiento hoy sigue siendo muy sólido y Colombia se ha vuelto un corredor bastante interesante. Nosotros estamos desarrollando cuatro o cinco veces más actividades culturales que en 2019. Esos son unos números impresionantes.
SEMANA: ¿Cómo queda la relación con los equipos? Es decir, a Millonarios y a Santa Fe, que hacen uso del estadio, ¿las condiciones les cambian o quedan iguales? ¿Cómo va a ser esa relación?
E. M. C.: Nosotros estamos haciendo todos los esfuerzos para que, de hecho, como se los planteamos también a los presidentes de Millonarios y de Santa Fe, el ejercicio siempre sea positivo para los equipos. Es decir, el costo por el alquiler del escenario deportivo no sube. Aun cuando nosotros estamos haciendo las inversiones, estamos generando otras ventanas de ingreso. No somos ningunos genios, fuimos por el mundo recorriendo, investigando cómo es que se están haciendo los estadios en el mundo y sin ninguna sorpresa va a ver cosas que se aplican en Londres, cosas que se aplican en Estados Unidos, en Singapur y aquí lo que hacemos es diseñarlo para Colombia. Entonces a los equipos las condiciones económicas no les van a cambiar para nada, de hecho, van a tener unas cosas adicionales muy interesantes, el vestuario de Millonarios, el vestuario de Santa Fe ya propios. Estamos haciendo unos grandes esfuerzos hacia allá para que el ejercicio económico de los equipos siempre esté mejor.
SEMANA: ¿Algún mensaje para la gente que va a tener expectativa frente a lo que viene, pero tiene que esperar cinco años mientras sale?
E. M. C.: Lo primero que hay que decir es que debemos vivir esta transformación de la ciudad, debemos seguir enamorados de Bogotá. Bogotá hoy nos está ofreciendo la posibilidad de estar en el momento coyuntural del cambio, donde el metro, donde el estadio, donde hay muchas ofertas para transformar y que nos veamos como debemos ser: una metrópoli de 10 millones de personas se merece un estadio apropiado, se merece tener una movilidad apropiada y en eso estamos trabajando.
J. L.: El mensaje es: vamos al fútbol, hay que ir a apoyar a los equipos, ese es nuestro gran mensaje. Nosotros vamos a ser los mayores aliados de nuestros equipos para que vengamos en familia. Eso también lo queremos hacer. Que vengamos acá, esto va a ser un ejercicio seguro, un ejercicio entretenido, con más cosas por hacer. Habrá algunos momentos en donde hay que hacer la construcción. Ahí un poquito de paciencia y mucho amor por lo que viene.