Economía
Bogotá recibió la máxima calificación crediticia a nivel local de Fitch Ratings
La agencia internacional de calificación crediticia resaltó la estructura de ingresos de Bogotá, por tener una base altamente diversificada y de baja dependencia de las transferencias de la nación.
Fitch Ratings asignó las calificaciones a escala nacional de largo y corto plazo de Bogotá, Distrito Capital, de AAA (col) y F1+ (col), respectivamente. La perspectiva de la calificación de largo plazo es estable.
La máxima calificación local obedece a una estructura sólida de los ingresos del Distrito, compuesta principalmente por recursos propios, gracias al compromiso de los contribuyentes con el desarrollo de la ciudad.
Adicionalmente, Fitch Ratings destaca que la gestión de riesgos de la deuda ha sido eficiente, con niveles de riesgo cambiario del 2 % y ausencia de concentraciones significativas de los vencimientos.
Finalmente, la agencia manifestó que los resultados de la evaluación local de Bogotá se basaron en su calificación internacional, la cual, de manera individual, correspondería a un nivel BBB-; sin embargo, está limitada por la calificación de riesgo soberano de Colombia BB+.
Esto implica que se mantiene la calificación de la deuda a largo plazo en moneda extranjera y en moneda local del país con el mismo riesgo que tenía en aquel entonces.
Varias circunstancias llevaron a la famosa calificadora, una de las 4 más grandes del mundo, a mantenerle la misma nota al país, que en el último trimestre experimentó una desaceleración que llevó la economía a terreno negativo. No obstante, hay que recordar que, pese a las maniobras que ha hecho el Ministerio de Hacienda, para ir reduciendo el déficit fiscal, el mismo ministro Ricardo Bonilla ha estimado que el grado de inversión solo se recuperaría en 2025.
Una vez conocida la decisión de Fitch, Bonilla señaló que esa ratificación “demuestra la confianza por parte del mercado y de los inversionistas en las instituciones que se han mantenido en el país”.
Se refirió en particular a la independencia del Banco de la República para conducir la política monetaria, sin que hasta ahora se haya iniciado el ciclo a la baja de las tasas de interés, pese a las presiones desde distintos frentes.
Aunque Colombia ha sido puntual en el pago de la deuda y envió una buena señal cuando aprobó la reforma tributaria, que mostraba un incremento en el ingreso para la bolsa pública, lo que tienen en cuenta esta y las demás calificadoras, esta nación continúa teniendo una deuda alta como porcentaje del PIB. La estimación de la calificadora es que la deuda del Gobierno central cierre el año en 52 % del PIB.
Los nubarrones sobre la economía se mantienen, luego de un fuerte recorte en los ingresos, debido a decisiones como la recientemente anunciada por la Corte Constitucional, en relación con la norma que buscaba la no deducibilidad de las regalías en la industria petrolera en el momento de pagar el impuesto de renta.
De igual manera, siguen en capilla las reformas sociales. Luego de la aprobación del proyecto de modificación del sistema de salud, la más fuerte, con impacto en el mercado, sería la pensional, según analistas.
Cuando Colombia perdió el grado de inversión había un deterioro en las finanzas públicas. Era julio de 2021 y el déficit fiscal estaba proyectado en 8,6 %, lo que implicaba un faltante de 95,7 billones de pesos, desde donde se empezaría a reducir para bajar al 7 % del PIB en 2022 ($83,5 billones).
Para 2023, el director de Crédito Público, José Roberto Acosta, aseguró que el hueco fiscal podría ser menor al 4,3 % del PIB previsto para el año.
Igualmente, la fortaleza del peso colombiano se ha mantenido y la inflación ha bajado.