ECONOMÍA
Colombia, quizás sin recesión en 2023, pero con la dura tarea de lograr un crecimiento económico sostenible, como aspira el presidente Petro
El análisis a fondo de lo que sucedió hasta noviembre con la economía nacional, que parece haber dado un viraje, luego de registrar resultados negativos en el tercer trimestre y en octubre.
En noviembre, sectores productivos como la agricultura y la minería encendieron las antorchas, al tiempo que el Gobierno le puso el acelerador al gasto público luego de una ejecución presupuestal rezagada. Como resultado, el indicador de seguimiento a la economía (ISE), calculado por el Dane, volvió a terreno positivo, sorprendiendo con un alza de 2,3 por ciento anual hasta el undécimo mes de 2023 tras tres meses seguidos de contracción (agosto, septiembre y octubre).
Sin embargo, aunque se aleja el fantasma de la recesión, el palo no está para hacer cucharas, ni mucho menos para tener la expectativa plena de que el país podría estar entrando en una senda de crecimiento económico sostenido, como manifestó el presidente de la república, Gustavo Petro, luego de conocer el dato.Si bien el resultado es alentador, como lo expuso el presidente de la Andi, Bruce Mac Master, no alcanzaría a ser suficiente para que la economía tenga mejores bríos.
Por ende, los pronósticos se mantienen y la expectativa es que el crecimiento total en el año esté ligeramente por encima del 1 por ciento, lo que se sabrá oficialmente el 15 de febrero. Andrés Pardo, exviceministro de Hacienda y actual director de Estrategia para América Latina de XP Investments, vaticina que en diciembre el crecimiento secuencial sería positivo, por lo que también se ubica del lado de quienes creen que no se configurará una recesión. No obstante, la producción en el último mes del año estaría cercana a cero por ciento en comparación con noviembre, lo que implicaría un cuarto trimestre expandiéndose entre 1 y 1,5 por ciento.
Los voceros del centro de pensamiento económico Anif estiman que con el ISE hubo sorpresa: provino de la rama de la administración pública, en particular, de la salud, la educación y las actividades de entretenimiento. Probablemente, esto fue impulsado por los gastos relacionados con las elecciones territoriales de octubre y el sector defensa.
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Y ni qué decir de la agricultura, área de la economía que junto con las actividades primarias tuvo un crecimiento de 8,2 por ciento frente a noviembre de 2022, impulsada por mejores precios en algunos alimentos. Jorge Bedoya, presidente de la SAC (Sociedad de Agricultores de Colombia), explica que “en el fin de año y particularmente en diciembre se incrementa el consumo de alimentos”.
Si la tendencia será duradera es algo incierto, pues, a juicio de Bedoya, dependerá de si bajan o no las tasas de interés y de la intensidad definitiva del fenómeno de El Niño, lo que “generaría problemas en varios sectores”.Por el momento, para el inicio de 2024 los colombianos empiezan a ver un alivio en el bolsillo por cuenta de alimentos como el huevo, que se ha puesto barato, según confirma Fenavi, gremio de avicultores, debido a una recuperación de la producción. Esto aumenta la oferta del producto y lleva a una baja en su precio.Entretanto, el lunar en el ISE de noviembre estuvo por el lado de los sectores que más crean empleo, como manufactura y construcción, los cuales ya venían dando señales de debilidad casi durante todo el año.
Principalmente, los analistas destacan la caída libre en la producción de vehículos automotores y la confección de prendas de vestir, las que más jalonaron la reducción de la industria.
La situación de estos sectores no se puede minimizar. El presidente de la Andi resalta que “las actividades secundarias que incluyen industria y construcción presentan tasas negativas desde marzo. Con el resultado de noviembre, el acumulado del ISE para los 11 primeros meses del año se sitúa en 1 por ciento, cifra insuficiente para cumplir con las metas sociales del país, en un contexto en el que ya los indicadores del mercado laboral empiezan a reflejar el impacto de la desaceleración de la economía”.
Calificadora pone polo a tierra
No en vano, Standard & Poor’s (S&P) rebajó la perspectiva de la calificación colombiana de estable a negativa. Argumentó una debilidad en la confianza inversionista, lo que afecta principalmente la inversión del sector privado.La prestigiosa firma menciona que “el fracaso de Colombia en impulsar el crecimiento económico podría erosionar gradualmente el perfil financiero soberano... y la ausencia de medidas correctivas contribuiría a una caída fiscal (con bajo crecimiento hay menores ingresos por impuestos) o a mayores vulnerabilidades externas”.
Aunque S&P destacó la aprobación de la reforma tributaria en el comienzo del gobierno de Petro y el aumento del precio de la gasolina para reducir un costoso subsidio, Mauricio Cárdenas, exministro de Hacienda, estima que el país podría estar en apuros para seguir reduciendo el déficit fiscal.
En parte, por la necesidad de financiar un gasto como el planteado en el presupuesto general de 2024, aforado en más de 500 billones de pesos; y, en parte, por la dificultad para obtener fuentes de financiación, impactadas por las posibles reducciones en el recaudo de impuestos debido a los menores precios del petróleo y al efecto del fallo de la Corte Constitucional que tumbó la no deducibilidad de las regalías.
Lo que viene
A fin de cuentas, aunque se esperan los datos oficiales de diciembre y del último trimestre del año, ya lo que pasó en 2023 está consumado. Por eso, José Manuel Restrepo, exministro de Hacienda, afirmó que, si bien se aleja el fantasma de la recesión, “no significa que hayamos dejado atrás el escenario delicado en materia de crecimiento sectorial y de desaceleración económica, y menos que hayamos entrado en crecimiento sostenido”.
Agregó que “desde octubre de 2022 el crecimiento ha estado pegado al 0 por ciento, y los datos sectoriales de crecimiento de noviembre de industria, comercio y alojamiento son malos”.
Así las cosas, para el nuevo año no se puede cantar victoria. Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo, pone el foco en que “el reto será revertir la tendencia de un crecimiento relativamente bajo, cercano al 1 por ciento, como el que se espera en el último trimestre de 2023 y en el consolidado del año”.La tarea no será fácil. La economía da muestras de apenas empezar a recuperarse, y varios analistas no descartan que en los primeros tres meses de este año la cifra vuelva a ser negativa.
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, por el contrario, tras destacar el resultado del ISE, espera que sea la cuota inicial de una mejor perspectiva de crecimiento para 2024. “Junto con los planes de reactivación económica que está diseñando el Gobierno, se mejorará el perfil crediticio del país y se continuará con el desempeño óptimo de la política económica”, concluyó.