Economía
¿Cómo le va al made in Colombia? Analdex analiza las exportaciones y dice que es inconstitucional prohibir venta de carbón a Israel
Javier Díaz, presidente de este gremio, estima que el país apenas está vendiendo al exterior la mitad de lo que debería. Para él, la incertidumbre y los anuncios del Gobierno no ayudan a aprovechar la ventaja geográfica de estar más cerca de Estados Unidos que los asiáticos. Advierte que una nueva tributaria nos podría llevar a la recesión.
SEMANA: ¿Cuál es su opinión de la decisión del Gobierno de no exportar carbón a Israel, tras conocerse el decreto?
JAVIER DÍAZ: Es una decisión que perjudica fundamentalmente a Colombia, pues deja de percibir entre 300 y 350 millones de dólares por estas exportaciones. Israel, muy seguramente, va a conseguir ese carbón en otros países, pero Colombia deja de vender al exterior en momentos en que requiere crecer sus exportaciones.
SEMANA: Desde el punto de vista jurídico, ¿cuál es su posición?
J.D.: Nosotros creemos que es inconstitucional este decreto porque el Gobierno puede expedir este tipo de normas por consideraciones comerciales, pero si son consideraciones morales le corresponde al Congreso definir esta normativa.
SEMANA: ¿Quién se perjudica?
J.D.: Colombia, porque salir a buscar nuevos compradores para este carbón no es fácil. También se perjudican las comunidades de los departamentos productores, como La Guajira, que no van a tener las regalías ni los impuestos por la venta al exterior de este mineral. El carbón es básicamente la mayor exportación de Colombia a Israel. Los otros productos son muy pequeños. Colombia va a ser el único perjudicado no solo en sus finanzas sino también en su reputación.
SEMANA: Pasemos a otros temas. ¿Cómo avanza la estrategia de reactivación? ¿En qué va?
J.D.: Hemos iniciado una serie de reuniones con el gobierno nacional para definir este tema de reactivación. El sector exportador, explícitamente, no está incluido entre los sectores a considerar; está el turismo dentro de lo que genera divisas y está, supuestamente, el sector exportador como beneficiario de las inversiones forzosas. El presidente ha dicho que va a establecer unas inversiones forzosas para destinar esos recursos al sector exportador y a otros sectores de interés. Para empezar, ese tema de las inversiones forzosas no nos gusta porque va en contra de la necesidad que tenemos de unas menores tasas de interés. Si un banco capta un determinado monto de recursos del público y tiene que invertir forzosamente a una baja tasa una parte de sus recursos, pues la otra parte que presta al resto de la economía lo tiene que hacer a tasas mucho más altas para poder obtener la rentabilidad y pagarle la tasa plena al ahorrador.
Creo que no es por allí por donde podríamos encontrar recursos para el sector exportador. Creo que otro elemento que ha planteado el gobierno a través del Ministerio de Comercio Exterior, el de establecer nuevamente un CERT para las exportaciones de determinado sector o grupo de sectores, pues también lo vemos difícil en la coyuntura fiscal, porque si el Gobierno está diciendo que le faltan 12 billones, ¿de dónde voy a sacar los recursos para un CERT al sector exportador?
Entonces, estas dos iniciativas están planteadas allí en el conjunto de propuestas de reactivación, pero consideramos particularmente sobre estas dos que no son viables, que habría que pensar en otro tipo de estrategias.
SEMANA: Además de las inversiones forzosas, se ha hablado de una reforma tributaria para bajar las tasas al sector empresarial, pero en el escenario que usted plantea de los 12 billones que le hacen falta al Gobierno ¿es conveniente tener una reforma tributaria hoy?
J.D.: Cuando el Gobierno plantea la posibilidad de bajar la tasa de renta a las empresas, a las personas jurídicas, uno estaría de acuerdo con esa propuesta porque la tasa de tributación empresarial es muy alta en Colombia, pero inmediatamente la pregunta que uno se hace es ¿y eso es a cambio de qué? Porque si el faltante son 12 billones y le baja la tasa de tributación a las empresas, ¿de dónde va a sacar los recursos para el presupuesto nacional? ¿Cuáles van a ser los sectores afectados? ¿Cuáles van a ser las personas afectadas? Entonces, hasta que no se clarifique a cambio de qué se hace esa rebaja, uno no podría darle un visto bueno a esa propuesta. Nos preocupa mucho que una reforma tributaria en esta coyuntura pueda conducir la economía a una recesión porque ya el sector empresarial, por lo menos y algunas de las personas naturales, estamos pagando muchos impuestos. Subir esa carga puede llevar a bajar aún más la demanda y, repito, llevar la economía a una recesión.
SEMANA: En materia de crecimiento de la economía ¿ustedes cómo están viendo este año? ¿Qué expectativas tienen? Y desde el punto de vista del comercio exterior, ¿a qué nos estamos enfrentando?
J.D.: En relación con el crecimiento general de la economía creo que se están revisando las cifras un poco al alza. Se hablaba de la posibilidad de un crecimiento del 1% o 1,2% y ya se está hablando de la posibilidad de que cerremos el año un poco más arriba, de 1,5% a 1,7%; sin embargo, sigue siendo una tasa relativamente baja frente al potencial de crecimiento de la economía, que es de 4%. Por ende, crecer 1,5% o 1,7% creo que es muy bajo.
Ahora en relación con las exportaciones, estas han continuado cayendo como fruto de la menor venta y los menores precios del sector minero energético. El sector agrícola continúa creciendo, la manufactura ha venido con volatilidades un mes crece, otro cae, pero creo que cuando uno mira al sector diferente del mineroenergético la posibilidad es que terminemos el año con signo positivo, creciendo entre 5% y 6%. Pero las exportaciones como un todo caen y yo lo atribuyo a la política de transición energética que planteó el Gobierno de no más exploración del sector petrolero, carbonero en momentos en que el mundo sigue demandando este tipo de bienes.
SEMANA: ¿Cuánto debería estar exportando hoy Colombia? De acuerdo con los cálculos ¿cuánto está exportando?
J.D.: Nosotros exportamos el año pasado 49.500 millones de dólares. El 2012 fue el año récord con 60.000 millones de dólares. Si Colombia exportara el promedio per cápita de los países de la región y del vecindario deberíamos estar exportando algo más de 100.000 millones de dólares; es decir, un país como Colombia con el tamaño de su economía y con la población que tiene, exporta la mitad de lo que debería estar exportando.
¿Por qué? Porque continuamos siendo una economía cerrada donde el mercado local tiene mayor rentabilidad que el de las exportaciones. Hacer comercio en Colombia es muy difícil y ahora el sector se expone a sanciones drásticas e incluso pérdida de la mercancía. La gente prefiere dedicarse al mercado local que a la exportación. He visto, sin embargo, que dada la coyuntura del mercado local con la baja demanda algunas empresas están incursionando en los mercados externos como alternativa al mercado local. Pero no hay una cultura realmente que nos lleve a ser un país exportador.
SEMANA: Le preguntaba precisamente el tema de las exportaciones y el panorama de ellas porque quería juntarlo con la reactivación. En ese escenario, ¿cuál es la situación? ¿Cuáles van a ser los mangos bajitos para poder reactivar el sector de exportaciones?
J.D.: Como lo están mostrando las cifras, la parte agrícola o agroindustrial pueden ser sectores que responden muy rápidamente a la demanda internacional. El mundo sigue demandando alimentos y Colombia puede ser un jugador activo en este mercado. Necesitamos intensificar nuestra diplomacia sanitaria, fortalecer el ICA de tal manera que podamos tener una mayor presencia en algunos de estos mercados. Igualmente, en la parte de alimentos ya procesados se requiere fortalecer el Invima para también tener unos trámites mucho más ágiles mucho más expeditos que nos permitan llegar con nuestros productos a los mercados internacionales. Pero en ese sector agrícola y agroindustrial hay muy buenas posibilidades.
Ahora en el sector manufacturero, uno se queda aterrado cómo los empresarios colombianos aprovechan las oportunidades que se presentan en los mercados internacionales. Colombia está exportando hoy en día transformadores a los parques solares que están desarrollando en Estados Unidos. Los buses de los sistemas masivos de transporte, incluso los de dos pisos, salen de Pereira a mercados como el mexicano, el peruano o el brasileño. Son manufacturas con valor agregado. Los carrotanques que se utilizan para el abastecimiento del combustible para los aviones salen de Barranquilla. Es posible tener exportaciones con valor agregado porque así lo está mostrando la experiencia.
SEMANA: En ese sentido, ¿qué tanto ha avanzado la estrategia del nearshoring? ¿Qué nos falta y cómo la podemos capitalizar? ¿O ya se nos pasó la ola?
J.D.: Nosotros no hemos aprovechado realmente esa posibilidad de atraer empresas que se quieren relocalizar mucho más cerca de los Estados Unidos; sin embargo, la incertidumbre que generan los mensajes del Gobierno difícilmente lleva a que las empresas tomen la decisión de instalarse en Colombia. Cuando plantean que va a haber una reforma tributaria, pues hasta que esta no salga, usted no define si se instala o no porque no sabe cuáles son las reglas de juego; cuando usted no tiene definida la normativa aduanera y está pendiente de que la Dian cuente con un sistema electrónico que ya nos dicen que puede en el segundo semestre del año entrante, pues tampoco sabe cuáles son las reglas de juego. Entonces, difícilmente en esas circunstancias se puede atraer esas empresas que se quieren relocalizar y producir acá para exportar a Estados Unidos.
SEMANA: Hace unas semanas, el mundo amaneció bastante estresado con lo que se conoció como el lunes negro, por una posible recesión en Estados Unidos. ¿Qué tan cercana ve esa situación en nuestro principal socio comercial?
J.D.: Pues no se puede descartar. Hace unos meses se hablaba de la posibilidad de una recesión, pero esa posibilidad se fue alejando. El horizonte que tenía un nubarrón negro se fue despejando y solo ahora vuelve a hablarse de la posibilidad de una recesión en los Estados Unidos. Yo espero que no. Creo que, por otro lado, la economía de Estados Unidos ha mostrado algunas de sus fortalezas y yo esperaría que esa situación no se presente, para bien de nuestro país. Estados Unidos es nuestro principal socio comercial y si estornuda, pues a nosotros nos da gripa inmediatamente. Esperaría que no, que los indicadores que muestran el mejor desempeño de la economía estadounidense se fortalezcan y esa posibilidad de una recesión se aleje como se alejó la que teníamos en el pasado reciente.
SEMANA: ¿Qué ha pasado con Venezuela en el comercio exterior entre Colombia y ese país y sobre todo en esta coyuntura política compleja que vive nuestro vecino?
J.D.: Desde hace dos años cuando llegó este Gobierno y cambió su estrategia frente a Venezuela, estableciendo nuevamente relaciones diplomáticas, se pudo restablecer relaciones comerciales y los mercados se abrieron. Empezó un crecimiento de nuestras ventas al vecino país. Esperábamos tener unas exportaciones de 1.000 a 1.200 millones de dólares, llegamos a unos 800 millones. Este año íbamos en 300 a 350 millones de dólares, particularmente en productos esenciales: alimentos, medicamentos, de aseo. Pero vienen las elecciones, viene el tema del fraude por parte del gobierno de Maduro y nuevamente la incertidumbre de qué va a pasar con Venezuela está a la orden del día. Difícilmente se pueden hacer negocios con esa incertidumbre. Estamos como en un stand-by esperando qué va a pasar, mirando hacia dónde puede ir Venezuela, qué pasa con las sanciones porque si se profundizan, la capacidad de compra de Venezuela se restringe y, por lo tanto, eso lo sentimos inmediatamente en Colombia.
SEMANA: ¿Cuál es la situación con el cambio en el estatuto aduanero? ¿Qué implicaciones va a tener eso para la operación?
J.D.: El Gobierno finalmente expidió el decreto 659 que introduce cambios en la normativa aduanera. Particularmente establece la obligatoriedad de la declaración anticipada. Es decir, cuando yo voy a importar, 48 horas antes de que llegue la mercancía al país, debo avisarle a la Dian que voy a hacer esa operación y presentar la declaración con toda la información. Se hace el arribo de la nave al puerto o al aeropuerto, allí se hace una declaración de inconsistencia, tengo la declaración de inconsistencia y la posibilidad de revisar la mercancía, pero realmente los plazos para hacer ese proceso son muy cortos: son cinco días en el caso naviero, en el caso de puertos por vía marítima, y dos días en el caso de aeropuertos. Si no se cumple con las formalidades en ese plazo de cinco o dos días se pierde la mercancía, hay abandono, y no hay posibilidad de recuperar la mercancía.
Hemos propuesto hacer unas pruebas para mirar realmente si esos plazos son lo suficientemente adecuados para hacer ese proceso porque otros países tienen 15 días. Nosotros antes teníamos un mes, prorrogable por otro mes para hacer esas operaciones, ahora nos ponen cinco días. Pero lo grave es que la Dian no tiene sistema electrónico, una plataforma que permita manejar eso digitalmente. El decreto reconoce finalmente eso y se dice esto no entra en vigencia hasta tanto la Dian no certifique que tiene plataforma electrónica en funcionamiento y estamos hablando entonces de que la parte gruesa de este decreto entraría en el segundo semestre de 2025, cuando la Dian tenga la plataforma y se hayan hecho las pruebas con el sector privado. Pero, en el entretanto, lo que le estamos diciendo a la Dian es que hagamos las pruebas, los pilotos en puertos y aeropuertos porque a nosotros no nos dan las cuentas de que se pueda hacer esa operación aduanera en tan corto tiempo.
Hay otras decisiones que tiene el decreto que nosotros consideramos que se deberían revisar: el tema de los depósitos, el poder llevar la mercancía a zonas francas, crear nuevos trámites de ingreso y de salida de mercancías de zonas francas. Creo que allí hay posibilidades de simplificar, de facilitar mucho más las operaciones. Tenemos un tiempo para hacer esos procesos y la nueva administración de la Dian ha manifestado su voluntad de hacer estas pruebas y, si es necesario, los cambios en la normativa.
SEMANA: ¿Se han revisado los tratados de libre comercio, como lo pidió el presidente Gustavo Petro?
J.D.: Se ha estado mirando el tema, pero formalmente no hay una revisión. Formalmente no hay un proceso de revisión al cual nosotros, por lo menos, hayamos sido invitados.
SEMANA: ¿En qué circunstancias está Colombia hoy frente al mercado europeo? ¿Ha funcionado el TLC con la Unión Europea?
J.D.: Nosotros tenemos, como usted lo señala, un tratado de libre comercio con la Unión Europea que nos ha permitido diversificar nuestras ventas al Viejo Continente, porque antes nuestras exportaciones estaban muy concentradas en el sector minero energético (petróleo, carbón, oro, ferroníquel). Y hoy la parte agroindustrial tiene un mercado importante. Entonces estamos aprovechando ese TLC. En la agenda está todo lo de pacto verde. La Unión Europea ha establecido que a partir de enero del próximo año restringirá el ingreso de productos que vengan de zonas de deforestación y estamos trabajando en ese proceso de cómo se demuestra eso, cómo se certifica.
La Federación de Cafeteros en la parte de café, Acepalma con todo el tema palmero, también cacao. Vamos a ver esto cómo evoluciona y la preocupación nuestra es quién va a asumir los costos de estas nuevas exigencias. Porque hacer georreferenciación de los predios con satélite, pues eso tiene unos costos. ¿Van a mejorar los precios de los productos certificados? ¿Está el comprador europeo dispuesto a pagar más por los productos que tienen esas certificaciones? Y hacia adelante, todo el tema de la granja a la mesa, que es otro programa, tiene que ver con la residualidad química, con el manejo de aguas y energía. Hacia adelante se viene eso. Lo tenemos con la Unión Europea, pero muy seguramente el mundo se va a mover en esa dirección. Y esto que estamos trabajando hoy en día con la Unión Europea, muy seguramente lo vamos a tener en la agenda con Japón y con los mismos Estados Unidos.
SEMANA: ¿Qué expectativa tiene frente al Congreso Nacional de Exportadores?
J.D.: Vamos a tener el Congreso el 22 y 23 de agosto en Barranquilla, en el Hotel Marriott. Y allí lo que queremos es mirar algunas de las propuestas para impulsar el sector exportador, para lograr avanzar en esa diversificación de nuestra canasta exportadora, que muchas más empresas que las 9.000 que hoy hacen exportaciones, hagan comercio exterior. Y vamos a tener un diálogo con el Gobierno, con el Congreso, con diferentes fuerzas para mirar cómo podemos impulsar una estrategia de reactivación del sector exportador y de crecimiento de nuestras exportaciones.