ECONOMÍA
¿Despega la economía?
El Gobierno plantea un crecimiento del 3,6 por ciento en este año. Pero pocos creen que lo logre, pues no hay sectores que lo impulsen. Preocupan el desempleo y el estancamiento en la reducción de la pobreza.
La primera semana de julio, el presidente Iván Duque se reunió con su gabinete en Hato Grande para unos ‘retiros espirituales’. Con formato de corte de cuentas, repasaron los resultados del primer año de gobierno y definieron las metas para los próximos.
Los ministros pasaron al tablero y, en términos generales, el jefe de Estado se mostró satisfecho. Pero algunos recibieron jalón de orejas por no comunicar bien sus resultados, tener poca exposición mediática y política –la mayoría de colombianos y de congresistas todavía no los conocen– e, incluso, por ‘falta de pasión’ al ejecutar sus tareas. En el círculo más cercano al presidente tienen la teoría de que la baja popularidad del Gobierno se debe a que los ministros no comunican suficientemente bien los resultados.
El componente programático de la reunión dejó claro que al presidente le quitan el sueño algunos temas económicos. Se trata del aumento en la tasa de desempleo, el hueco en las finanzas del Estado y el crecimiento.
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Más allá de qué tan bien se comunican el Gobierno y los ministros con el país, persiste un ambiente de incertidumbre. En efecto, las expectativas de reactivación no se han concretado y, mientras tanto, crece la polarización política. Una mezcla explosiva.
"Es muy importante que al Gobierno le vaya bien, porque es la única forma de que al país también le vaya bien. Esto es válido para la oposición y para los amigos del Gobierno": Bruce Mac Master Presidente de la Andi
Hasta ahora, la arriesgada apuesta del Gobierno de cambiar la forma de relacionarse con el Congreso ha tenido algunas victorias, pero también muchas fricciones por no ejercer un liderazgo claro. Por eso preocupa la suerte de los proyectos clave que presentará al Legislativo en el segundo semestre, entre ellos, regalías y pensiones, que podrían acelerar la reactivación y reducir el hueco fiscal. O provocar más incertidumbre si crecen y se hacen realidad las propuestas populistas de derecha y de izquierda, que en vez de solucionar problemas los crean. En este escenario, los buenos resultados han pasado a un segundo plano, y el pesimismo se ha exacerbado.
Rebote lento
El país esperaba que luego de las elecciones de 2018 el triunfo de un candidato promercado haría rebotar rápidamente la economía. Un año después persiste la sensación de que eso no ha ocurrido. Al menos no con la fuerza requerida, en buena medida porque hay señales ambiguas.
Aunque el PIB primer trimestre creció 2.8 por ciento y superó al de otros países de la región, estuvo por debajo de lo que esperaba el mercado.
El crecimiento del primer trimestre, de 2,8 por ciento, supera al de otros países de América Latina, pero estuvo por debajo de lo que esperaba el mercado. Este le apostaba a un 3,2, teniendo en cuenta que el Gobierno tiene la meta de 3,6 por ciento este año y de 4 para los próximos.
Incluso, las cifras desestacionalizadas de crecimiento, sin efectos calendario, muestran que la economía creció 2,29 por ciento. Esto desató una discusión entre el Gobierno y el gerente del Emisor, que alertó por un posible “frenazo de la economía”.
Carlos Mario Giraldo Presidente del Grupo Éxito
A las bajas cifras de actividad económica las ha acompañado un deterioro del mercado laboral. El desempleo completó cinco meses de crecer a dos dígitos, y los índices de ocupación bajan, a pesar de la caída en participación laboral y el crecimiento de la población inactiva. Esto significa que la economía no absorbe el crecimiento de la población que sale a buscar empleo y a los venezolanos que llegan de forma masiva. Además, ha comenzado a destruir puestos de trabajo, ya sea porque no está generando nuevos o se están cerrando plazas.
También preocupa el deterioro del índice de confianza de los consumidores (ICC) que mide Fedesarrollo. Luego del desplome de noviembre pasado, a raíz de las discusiones de la Ley de Financiamiento, no ha regresado a terreno positivo.
El ICC llegó a -6,3 por ciento en junio, peor que el registro de mayo, del -5 por ciento. Esto confirma la incertidumbre y limita un mayor repunte del consumo de los hogares, que, a pesar de las bajas tasas de interés y de inflación, siguen temerosos de gastar.
El Gobierno ha dicho que la interpretación de las cifras es muy pesimista, pues la economía crece prácticamente al doble que el resto de la zona. En parte tiene razón: el BID acaba de bajar las previsiones de crecimiento para América Latina del 1,4 por ciento al 1,1 por ciento, a raíz del deterioro de algunas economías.
Carlos Mario Giraldo, presidente del Grupo Éxito, cree que no hay que desestimar estas cifras de crecimiento, pues países vecinos van por debajo: en el primer trimestre, Brasil y México crecieron al 1,4 por ciento, mientras que Argentina cayó 6,1. Señala que incluso hay que recordar que el país viene de crecer el 1,3 por ciento en 2017 y el 2,6 por ciento en 2018, lo cual muestra una senda de recuperación. El exministro de Hacienda Juan Camilo Restrepo, por su parte, asegura que no ve una economía frenada, sino “solo creciendo muy modestamente”.
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Otros indicadores llaman al optimismo. En el primer semestre la demanda de energía creció 4,27 por ciento. Y hasta mayo subían las importaciones de bienes de capital, la confianza de los industriales y comerciantes, las ventas del comercio y el recaudo tributario.
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Indicadores
El comportamiento de la inversión también está en terreno positivo. La inversión extranjera directa creció 20,1 por ciento y sigue impulsada la de portafolio, es decir, aquella que llega para comprar acciones y títulos de deuda colombiana.
En el pasado había que temerles a estos inversionistas, llamados golondrinas, porque cuando presentían problemas, salían de los países en manada, lo que derrumbaba las monedas y los activos en los que habían puesto sus recursos. Sin embargo, hoy su imagen ha cambiado no solo porque han entrado masivamente a Colombia, sino también porque apuestan cada vez más a largo plazo.
Fuad Muvdi, responsable de la división de mercados del Citi para la región andina, explica el cambio en esa inversión, que ya no es golondrina. Lo atribuye al hecho de que Colombia desde 2014 ha venido apareciendo en índices internacionales que les dan pautas a los grandes inversionistas sobre los países donde poner su dinero.
Además, se ha mantenido esta inversión porque Colombia luce mejor que sus pares y ha construido una historia positiva del manejo de sus finanzas.
"Si no se alcanzara en el país un crecimiento del 3,5 por ciento anual en el segundo trimestre, tendremos que revisar a la baja nuestro pronóstico del 3,3 por ciento para 2019": Sergio Clavijo Director de la Anif.
Señales que preocupan
Si bien hay varias señales positivas, otras alarman. Todo indica que el segundo trimestre habría sido muy similar al primero. En abril creció al 2,13 por ciento el indicador de seguimiento a la economía (ISE), que proporciona una medida de la evolución de la actividad económica en el corto plazo. Y los indicadores de abril y mayo mostraron de nuevo un marcado deterioro del mercado laboral.
De hecho, quienes creen que el segundo trimestre superó al primero reconocen que no habría sido una variación sustancial. Por eso no perciben una verdadera aceleración de la economía o sectores que la impulsen. Aunque el Gobierno ha apostado por la economía naranja, esta no tiene el tamaño ni el músculo para convertirse en locomotora de crecimiento.
También ha diseñado políticas para reactivar la vivienda, promover las exportaciones y destrabar la infraestructura. Sin embargo, aún los resultados están por verse. Hasta ahora, la caída en sectores como la construcción de vivienda, de otras edificaciones y el consumo público no se ha revertido. Por tanto es claro que el primer semestre se recuperaría a un ritmo más lento de lo esperado para consolidar los avances sociales, de cara a los crecientes problemas en el frente externo.
Este modesto crecimiento del PIB pone en duda la meta de 3,6 por ciento que espera el Gobierno. Para lograrlo, la economía deberá registrar tasas alrededor del 4 por ciento en los próximos meses. “Si no se alcanzara una cifra de crecimiento del 3,5 por ciento anual en el segundo trimestre, seguramente tendremos que revisar a la baja nuestro pronóstico del 3,3 para 2019, lo cual ya han venido haciendo otros analistas locales e internacionales”, advierte Sergio Clavijo, de la Anif.
"Somos optimistas, pero no conformistas. Fedesarrollo mantiene su proyección de crecimiento de la economía colombiana, para 2019, en un 3,3 por ciento": Luis Fernando Mejía Director de Fedesarrollo
Los analistas del mercado esperan, en promedio, crecimientos alrededor del 3,1 por ciento este año, con sesgo a la baja dados los riesgos que representa el deterioro en el crecimiento global. Estos riesgos se han venido materializando como lo evidencia el deterioro de las cuentas externas. Estas registran un déficit en la balanza de pagos del 4,6 por ciento del PIB y del 2,5 por ciento del PIB en la balanza comercial del primer trimestre.
Para el exministro de Hacienda Rudolf Hommes, el deprimente desempeño de las exportaciones en los primeros meses pone de relieve la delicada situación mundial y la falta de competitividad del sector productivo.
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¿Es la polarización?
Entre analistas y empresarios hay confianza en que la recuperación se mantendrá, aunque con un ritmo modesto y muchos riesgos. Entre ellos, el clima político y la incertidumbre frente a lo que pasa en otros países, así como las proyecciones para el mediano plazo.
“Somos optimistas pero no conformistas”, dice Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo. Esta entidad mantiene su proyección de crecimiento para 2019 en 3,3, buena en términos relativos con la región y en términos históricos. Pero insuficiente para las necesidades de empleo y reducción de la pobreza que tiene el país.
"A mí me parece que hay síntomas que muestran que la economía no está estancada, pero tiene unos indicadores muy mediocres y preocupantes de crecimiento": Juan Camilo Restrepo Exministro de Hacienda.
El presidente de la Andi, Bruce Mac Master, cree que no hay que preguntarse si el país crece, sino a qué velocidad. Y coincide en que, a pesar de los esfuerzos del Gobierno y del sector privado, todavía hay espacio para mejorar. Comenzando por lograr que en la cultura colombiana se interiorice que el crecimiento debe ser el objetivo de todos. “Hoy tenemos restricciones en gasto por parte del Gobierno; por eso, el crecimiento debe darse en el sector empresarial de todo el tamaño, en la industria, el comercio y los servicios. A los colombianos nos toca asumir esto”, asegura.
El presidente de Cadena, Juan Manuel del Corral, reconoce que los empresarios tienen optimismo y apoyan las políticas del Gobierno. Pero percibe que “la polarización extrema que tenemos y un poco la lentitud con que se desarrollan los temas evitan que se vea ese impulso que requiere la economía”.
Algunos de los problemas que han frenado un despegue más rápido de la economía tienen que ver con la confianza, que sigue deteriorada. El exministro Guillermo Perry asegura que la confianza es una causa y no un síntoma de que la economía no despega. Menciona, entre las razones, la incertidumbre generada por cuestiones internas y externas. Entre estas últimas están una posible agudización de la guerra comercial.
En cuanto a lo doméstico, le preocupa el manejo del posconflicto “porque desafortunadamente el Gobierno no ha sido coherente en este tema”. También, la “polarización política absurda” que permanece.
Asimismo, preocupa el tema fiscal. De 2020 en adelante entrarán en vigencia normas contenidas en las reformas tributarias pasadas, que redujeron gradualmente los impuestos. Con ello aumentará el déficit fiscal, pues una nueva reforma tributaria, además de impopular, tendría nuevos costos en el consumo.
El ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, evidenció el dilema fiscal en la presentación que hizo en Hato Grande. En efecto, el Gobierno tiene claro que debe cumplir la regla fiscal, pero genera tensiones su necesidad de recursos adicionales para cumplir las 232 metas de la campaña electoral, y para programas sociales y megaproyectos que impulsen la economía.
Juan Manuel del Corral Presidente de Cadena
Carrasquilla no es muy popular por estos días en el gabinete. Anda con la tijera para ajustar el presupuesto del próximo año, que presentará en los próximos días, y debe ajustarlo a las realidades fiscales.
El Gobierno, para reducir la incertidumbre, tiene que impulsar políticas que aceleren el crecimiento en sectores clave como la construcción y el agro. Pero también debe dejar ya el espejo retrovisor y esforzarse en mirar hacia adelante.
Es hora de que la Casa de Nariño envíe señales claras que permitan reactivar la inversión y la confianza de los empresarios, los inversionistas y los consumidores. Solo así despegará por fin la economía nacional.
“Indicadores muestran buen crecimiento en el semestre”: Alberto Carrasquilla
El ministro de Hacienda es optimista. Cree que los resultados de la economía mejorarán en lo que resta del año, a juzgar por las cifras en comercio y otros sectores.
SEMANA.: Con el desempeño de la economía del primer semestre, ¿se ratifican en la meta de crecimiento del 3,6?
ALBERTO CARRASQUILLA: Sí, nos ratificamos en nuestra proyección de crecimiento de 3,6 por ciento para 2019. A pesar de que no tenemos cifras oficiales del primer semestre, los indicadores evidencian el buen desempeño de la economía. El Gobierno del presidente Iván Duque introdujo una serie de medidas que permiten aumentar el crecimiento potencial de la economía para llevarlo a niveles del 4 por ciento. En la Ley de Financiamiento se implementaron políticas que reducen la carga tributaria y el costo de la inversión en capital físico. De esta manera, se busca estimular la inversión y hacer más competitivas a nuestras empresas en el escenario de una economía globalizada. Además, creamos incentivos que promueven los nuevos emprendimientos, diversificando nuestra economía.
SEMANA: ¿Cómo califica el crecimiento?
A.C.: El resultado para el primer trimestre de 2019 es alentador. En términos reales, la economía creció 2,8, lo que implicó una aceleración con respecto al último trimestre del año 2018. El crecimiento fue inferior al esperado debido a una contracción de 3 puntos básicos durante el primer trimestre en el sector construcción. Si este se excluye, en conjunto, el crecimiento de la economía de los demás sectores productivos habría estado por encima del 3 por ciento, en línea con lo esperado. Vale la pena mencionar que el comportamiento de los indicadores líderes nos permite ser optimistas frente a que el crecimiento mejorará en lo que resta del año. En efecto, el desempeño del sector comercio ha sido muy positivo, entre enero y mayo ha subido 5,3 por ciento.
SEMANA: ¿Qué medidas están tomando para acelerar el crecimiento?
A.C.: El crecimiento potencial para este año es de 3,6 por ciento, impulsado por la demanda interna y un mayor dinamismo empresarial generado por los efectos de la Ley de Financiamiento. Respecto al comportamiento del consumo, el gasto de los hogares será la fuente de crecimiento más importante en 2019. Se espera que el consumo privado crezca a una tasa del orden del 4,3 por ciento anual, es decir, 0,7 más que en el año pasado. Las mejores condiciones de la economía se reflejarán en un ciclo expansivo de confianza del consumidor e industrial que permanecerá durante 2019, contribuyendo de manera favorable a la compra de bienes y servicios de los hogares. Los mayores niveles de consumo privado se ven reflejados en el desempeño del sector comercial, que entre enero y mayo ha crecido 5,3 por ciento con respecto al mismo periodo de 2018.
Además, las menores tasas generales del impuesto a la renta, que pasarán de 37 por ciento en 2018 al 33 en 2019, y los beneficios tributarios adicionales disminuirán el costo del uso del capital, impactando la formación bruta de capital fijo. Históricamente, las reducciones en el costo de uso del capital están relacionadas con incrementos en los niveles de inversión del país. Es importante decir que las reducciones de impuestos vienen acompañadas de un buen desempeño de la inversión en maquinaria y equipo, que para el primer trimestre de 2019 crecieron 9,8, el mayor resultado desde 2013. También se observan mejores niveles de confianza empresarial: en febrero la confianza comercial presentó su mayor nivel desde 2009.