BANCA CENTRAL
La dura faena de la primera mujer al frente del Banco Central Europeo
La futura presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, novata en política monetaria y con un perfil inédito, se enfrenta a su primer test público este miércoles ante el Parlamento Europeo, en un turbulento periodo económico.
La audiencia de la actual directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) está prevista a partir de las 8H30 GMT y durante dos horas y media. Su mandato de ocho años a la cabeza del BCE debe comenzar el 1 de noviembre.
Aunque su votación, por la tarde, será consultiva y sin poder de bloqueo, los eurodiputados interrogarán a la francesa respecto a su recorrido como abogada de negocios que entró en política y se vio marcada por una serie de crisis financieras desde 2008.
Tras haber dirigido el gabinete estadounidense Baker McKenzie hasta 2005, Lagarde fue nombrada por el presidente francés Nicolas Sarkozy ministra de Comercio Exterior, primero, y de Finanzas, posteriormente y hasta 2011, antes de tomar las riendas del FMI durante los últimos ocho años.
Y todo ello sin haber trabajado nunca en un banco central, a diferencia de sus antecesores y de los principales candidatos mencionados para el puesto.
Durante la audiencia de este miércoles, Lagarde deberá "demostrar de forma convincente que posee el conocimiento monetario necesario", señaló a la AFP el eurodiputado conservador alemán Markus Ferber.
Pesada herencia
Su compatriota en el grupo de Los Verdes Sven Giegold asegura tener "simpatía" por "el hecho de que una mujer ocupe esta importante posición política", declaró a la AFP, aunque se prevé que los parlamentarios se "mantengan críticos".
Lagarde, de 63 años, tendrá la difícil tarea de suceder al italiano Mario Draghi, quien dejó huella en la institución basada en Fráncfort al crear toda una serie de herramientas para proteger a la moneda única al tiempo que se apoya a la economía de la región.
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La intención de Lagarde de "alcanzar el consenso", en el seno del consejo de gobernadores del BCE se pondrá pronto a prueba, ya que la institución europea, que cuenta con 25 miembros, aparece dividida respecto a qué actitud adoptar frente a una economía ralentizada en la zona euro.
La exministra francesa respaldó en un documento enviado el jueves pasado al Parlamento Europea la voluntad de Mario Draghi de mantener un rumbo monetario generoso, incluso aunque el BCE lleve años sin lograr alcanzar su objetivo de una inflación ligeramente inferior al 2%.
Lagarde asegura no obstante que quiere vigilar las "implicaciones" de la política monetaria "para el sector bancario", cuyas bajas tasas lastran la rentabilidad,y para "la estabilidad financiera en general".
Llamado a los Estados
Pero eso podría no bastar para calmar las críticas, procedentes sobre todo de Alemania, a una política monetaria considerada "excesivamente generosa", lamentó la eurodiputada liberal alemana Nicola Beer.
Al inundar el mercado de liquidez y fijar sus tasas de interés en mínimos históricos, el BCE "indujo un coma a los gobiernos de los Estados miembros de la UE y expropió a los ahorradores, en lugar de lograr cambios estructurales y estimular la inversión en el sector público y la economía", denunció Beer.
Por su parte, Christine Lagarde advierte que la política monetaria "no puede aumentar el potencial de crecimiento a largo plazo de los Estados", y llama a los gobiernos de la zona a coordinar sus políticas económicas y establecer una respuesta presupuestaria común en caso de crisis.
Sven Giegold espera que Lagarde, más aguerrida que su antecesor en el diálogo con los políticos, "tenga un lenguaje aún más claro" con los gobernantes de la zona euro.