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Conozca a los protagonistas de la revolución fintech que vive el país
Colombia se ratifica como el tercer país con el mayor ecosistema fintech de América Latina. Estas son algunas de las mayores compañías de una industria creciente que busca democratizar el crédito y el acceso a los servicios financieros. Insisten en su pedido de eliminar la tasa de usura.
La combinación de internet, computación móvil, big data e inteligencia artificial, entre otras herramientas, se convirtieron en el caldo de cultivo de una nueva era del sector financiero, en la que la tecnología es la piedra angular.
Las instituciones tradicionales se vieron retadas por empresas mucho más pequeñas pero más flexibles, que en poco tiempo han podido conquistar a millones de usuarios financieros y con el celular como único punto de encuentro.
Se trata de las llamadas fintechs o empresas financieras de base tecnológica, de las cuales existen 346 en Colombia y posicionan al país como el tercero en América Latina en cuanto al desarrollo de este tipo de servicios.
Entre las fintechs que operan en Colombia, el mayor grupo se dedica a ofrecer créditos o pagos digitales. Les siguen las que permiten comprar y vender criptomonedas, las que trabajan en regtech (regulatory technology, que se refiere al uso de tecnología para ayudar a las empresas del sector financiero a cumplir con las regulaciones de manera más eficiente), las que se dedican a inversiones y gestión de patrimonio, las plataformas de crowdfunding y los neobancos.
Precisamente, a esa última categoría pertenece la fintech más grande del país y de América Latina: Nubank, una entidad que ya pasó los 100 millones de clientes, de los cuales un millón están en Colombia. Si bien su origen y operación es ciento por ciento digital, acá ya adquirió una licencia de corporación financiera para captar recursos del público. Es una empresa que está listada en bolsa y su valor de mercado es de 63.349 millones de dólares. Nubank, además, convirtió a sus fundadores en millonarios. Entre ellos sobresale el paisa David Vélez, el hombre más rico de Colombia en la actualidad.
En la categoría de neobancos también están las billeteras digitales de las mayores entidades crediticias del país: Bancolombia, con Nequi; Davivienda, con Daviplata, y el Grupo Aval, con Dale!
Estas plataformas han realizado una completa revolución, llevando a que, incluso, pequeñas compras a vendedores ambulantes puedan ser pagadas de forma digital.
Su penetración es tan masiva que, por ejemplo, se estima que tres de cada cinco adultos colombianos tienen una cuenta de Nequi, y 2,1 millones tienen a esta billetera digital como su única cuenta en el sistema financiero.
Otros grandes
Junto con Nubank, Nequi, Daviplata y Dale! existen otras fintechs que han ganado más espacio entre los colombianos. Una de ellas es Bold, creada hace cinco años con el objetivo de proporcionar datáfonos móviles a micros y pequeños empresarios, que usualmente no podían ofrecer ese medio de pago a sus clientes por sus altos costos.
Bold ya ha vinculado a más de 500.000 comercios en el territorio colombiano y, según cifras de la compañía, cada mes se transan más de 600 billones de pesos a través de sus medios de pago, con un ticket promedio superior a los 150.000 pesos.
Su fundador es José Vélez, un emprendedor que había participado en el desarrollo de PayU (la fintech de pagos colombiana que se volvió una multinacional) y vio una oportunidad en los datáfonos móviles. Este año van a lanzar su cuenta de ahorros, para la cual ya tienen 10.000 comercios inscritos en la lista de espera.
Otra fintech de pagos que crece en el país es Rappipay, una hermana de la app de domicilios Rappi. Es una compañía de financiamiento vigilada por la Superintendencia Financiera. “Estamos convencidos de que la apuesta digital es el puente que conecta a las personas con las oportunidades económicas y tiene la capacidad de empoderar a los colombianos a fin de crear un entorno más propicio para el desarrollo sostenible, la inversión y el emprendimiento”, explica Ignacio Giraldo, CEO de RappiPay.
Esta fintech ofrece cuentas de ahorro y una tarjeta de crédito en alianza con Davivienda, que reúne más de 180.000 usuarios.
De la misma manera, sobresale Lulo X, que forma parte del ecosistema financiero Lulo. Su oferta consiste en ayudar a los colombianos a invertir, por ejemplo, en dólares digitales. “Buscamos democratizar este tipo de inversiones y ya estamos en cerca de medio millón de usuarios en Lulo Bank y de 50.000 en Lulo X”, sostienen desde la compañía. Agregan que igualmente están convencidos de su labor pedagógica en buenas prácticas de educación financiera. La idea es que sus usuarios aprendan cómo hacer mejor uso de su dinero.
Este grupo de grandes fintechs que operan en Colombia lo cierra Mercado Pago, filial de la multilatina argentina Mercado Libre. De hecho, es una de las mayores plataformas de pago de América Latina, con más de 170 millones de usuarios, 370.000 empresas adheridas y que ofrece más de 70 opciones de pago.
Fundada en 2003, Mercado Pago es una solución dirigida a compañías que desean vender en su propio sitio web, redes sociales y mediante correos electrónicos. Igualmente, procesan los pagos efectuados a través de Mercado Libre.
En el primer trimestre de este año, el volumen total de pagos realizados por esta fintech, excluyendo los de Mercado Libre, crecieron 118,8 por ciento anual, superando los 2.500 millones de dólares.
Los desafíos
Gabriel Santos, presidente de Colombia Fintech, el gremio del sector, explica que está es una industria cada vez más sólida que ya genera cerca 26.000 empleos directos en el país y con una tendencia de crecimiento alto, “pero, sin duda, si las condiciones actuales no mejoran, puede venir un estancamiento”.
“El Estado colombiano, no el Gobierno, impuso una política de tasa de usura buscando que hubiese créditos más baratos, pero la realidad es que esa política fracasó, pues reduce la cantidad de colombianos con acceso al crédito y lleva a muchos a tener como única opción las prácticas predatorias crediticias, en las que ponen en riesgo su reputación y su vida, y eso es algo que tenemos que acabar”, enfatiza.
El dirigente gremial agrega que hay otro problema con la tasa de usura, del que poco se habla: generó concentración dentro del sector financiero. “La tasa de usura crea un mercado cerrado, que puede ser mayormente aprovechado por quienes más conocen a los clientes y son quienes se adueñaron del crédito. Si se quiere que más jugadores entren a prestar y a competir, hay que ampliar el segmento de crédito aumentando la tasa de usura”.
También opina que las fintechs necesitan señales regulatorias claras, es decir, avanzar de una forma más acelerada en la regulación de las finanzas abiertas, que deben ser obligatorias de una vez y no de forma gradual. Asimismo, un esquema de pagos inmediatos interoperables que promueva la competencia y una política de criptoactivos que proteja al usuario.
“Si logramos sacar esas tres cosas, desde la política macro y de manera urgente, acá podrá ocurrir lo mismo que en Brasil e India, países en donde del ecosistema fintech ha tenido un crecimiento exponencial, lo que, a su vez, va a generar más transacciones, más pago de impuestos y más acceso a servicios financieros para los colombianos”, concluye.