PIB
¿Carrasquilla tenía razón?
Las cifras del segundo trimestre mostraron que la economía viene creciendo más rápido de lo que muchos pensaban. Pero la construcción de edificaciones y la desaceleración global siguen siendo los grandes desafíos. Los temores subsisten.
En el segundo trimestre del año la economía colombiana creció 3 por ciento. Esa cifra, si bien se acerca a lo esperado por el mercado, trajo algunos datos que cuentan una historia distinta de la conocida hace tres meses.
El Dane, al divulgar los datos del PIB del segundo trimestre, dijo que corrigieron las cifras de crecimiento del primer trimestre y los datos desestacionalizados. Los mismos que habían suscitado el fuerte debate, hace unas semanas, entre el gerente del Banco de la República, Juan José Echavaría, y el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, sobre si la economía se había frenado o no.
Crecimiento de la economía colombiana
Según el Dane, en el primer trimestre el crecimiento alcanzó 3,1 por anual y no 2,8 por ciento, como había divulgado inicialmente. Pero el mayor cambio está en que entre el primer trimestre y el inmediatamente anterior (octubre-diciembre de 2018) hubo una variación de 0,8 por ciento y no la publicada, del 0 por ciento. Con esta cifra Echavarría argumentó que la economía se había estancado.
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Esta nula variación entre el primer trimestre de 2019 y el último trimestre de 2018 llevó a varios analistas, incluido el propio equipo técnico del Emisor, a reducir sus expectativas de crecimiento.
Pero ahora las cifras corregidas por el Dane muestran que la economía sí crece a un mayor ritmo, se acelera, y hace más probable que el PIB del país esté por encima del 3 por ciento en 2019.
De hecho, el crecimiento desestacionalizado del segundo semestre alcanzó el 3,4 por ciento. Eso permite “un parte más optimista del comportamiento de la economía y muestra una tendencia muy positiva de recuperación”, afirmó Juan Daniel Oviedo, director del Dane.
Durante el primer semestre del año, la economía creció el 3 por ciento impulsada por la dinámica del consumo de los hogares y la inversión.
La revisión al alza se justificó por un mayor crecimiento de la administración pública, educación y salud ante nuevas fuentes de información disponibles tales como el Fomag y la Adres. También por el sobrecumplimiento en el recaudo de impuestos.
Para el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla, la cifra del segundo trimestre es una muy buena noticia pues hace tres años y medio no se registraba un crecimiento a estos niveles. Además, cree que el comportamiento de la economía y la revisión del primer trimestre están en línea con lo que esperaba. “La economía definitivamente está rebotando y mejor de lo que mucha gente cree”, dijo. Añadió que pese al difícil panorama internacional, este año el país crecerá por encima del promedio regional, del 0,6 por ciento.
Al Gobierno lo tranquiliza, entre otros temas, que por primera vez todas las actividades económicas contribuyeron al crecimiento y exhiben un comportamiento positivo. Los sectores comercial y financiero lideran el repunte, con crecimientos por encima del 4 por ciento, ante el mejor comportamiento de los hogares y del crédito. Pero industria y construcción fueron los que menos crecieron: 0,6 por ciento.
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Y aquí empiezan las malas noticias pues la construcción de edificaciones –que representa tres cuartas partes del sector– sigue creciendo menos que los demás.
En efecto, tanto en los residenciales como en los no residenciales cayó por segundo trimestre consecutivo y se contrajo -5,6 por ciento ante los altos inventarios de vivienda en estratos medio y alto. Por eso las obras nuevas cayeron, y deterioraron el volumen de las obras en proceso.
En contraste, las obras civiles siguen siendo el principal impulsor del sector y de la economía. Las favorece el mejor desempeño y despegue de obras viales de cuarta generación y que muchos gobernadores y alcaldes ejecutaron más en el último año de mandato. Según BBVA, las carreteras de origen territorial crecieron 26 por ciento y las obras financiadas con regalías en las regiones aumentaron 35,3 por ciento.
Juan Camilo restrepo Ministro de Hacienda de agosto de 1998 a agosto de 2000
Pero hay nubarrones. La desaceleración de la economía global le estaría pasando ya cuenta de cobro al país como lo confirma que los sectores relacionados con los mercados internacionales como industria, agricultura y minería crecieron por debajo del PIB. La caída de la demanda mundial afectó, por ejemplo, la producción y el precio del carbón.
Esto también se evidencia en la caída del comercio exterior ante el lento desempeño de las exportaciones frente a las importaciones.
Por todo esto es claro que la dinámica interna y el buen comportamiento del consumo de los hogares y las inversiones están impulsando a la economía. El gasto de consumo final de los hogares crece al 4,6 por ciento y de ahí que servicios como restaurantes, hoteles, información y telecomunicaciones mantengan buenos crecimientos.
Esto ha permitido que la inversión crezca al 4,3 por ciento ante la buena dinámica de las obras civiles y la inversión en maquinaria y equipo, producto de los cambios en la Ley de Financiamiento.
Juan Carlos Echeverry Ministro de Hacienda entre agosto de 2010 y septiembre de 2012
¿Qué hacer ante el desempeño de la economía de Colombia?
A pesar del mayor ritmo en la economía, pocos creen en las proyecciones de crecimiento del Gobierno en un escenario bastante turbulento. Ciertamente, la economía creció 3 por ciento este primer semestre del año, es decir 0,5 puntos más que en el primer periodo de 2018. Pero la proyección del Gobierno de crecer 3,6 por ciento en 2019 es una cifra muy optimista, como afirma Cedetrabajo.
Lo mismo considera Juan Camilo Restrepo, exministro de Hacienda, para quien es “prácticamente imposible” cumplir la meta prevista. Para él, habría que crecer en el segundo semestre a una tasa del 4,5 por ciento para compensar los dos primeros trimestres, que han sido muy débiles. El promedio de los analistas espera un crecimiento del 3,1 por ciento este año. El BBVA que tiene un pronóstico ligeramente por debajo –un 3 por ciento– se ratificó al considerar temas como el aumento del desempleo, la falta de confianza y la mayor inflación. Y creen que el gasto de los hogares no se acelerará mucho más.
Además, las edificaciones seguirán restándole al crecimiento por uno o dos semestres más ante los altos inventarios. Pero a esto hay que sumarle la desaceleración global y temas como la guerra comercial, el gran desafío para el crecimiento de las exportaciones que podría comenzar a limitar el repunte de la inversión. Lo cual le quitaría a la inversión en maquinaria y equipos.
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Ante un panorama externo cada vez más complejo, el desempeño de la economía podría afectarse en la segunda parte del año. Restrepo afirma que se requieren medidas más concretas para acelerar el crecimiento y no seguir disparando con “escopeta de regadera”. Recomienda concentrarse en una política fiscal anticíclica más contundente y en reactivar el empleo, el gran lunar de la economía.
Por esto no le cayeron en gracia a Restrepo el recorte de la inversión en el proyecto del presupuesto en 2020 y la renuncia del ministro de Hacienda a utilizar la mayor holgura fiscal que le autorizó el comité de la regla fiscal.
Pero en esta materia el exministro, Juan Carlos Echeverry, tiene una visión distinta. Cree que el país se ha llenado de deudas que hacen difícil enfrentar los tiempos difíciles que se avecinan. Por eso, hace un llamado: el Gobierno debe decirle claro al país y a todos los que piden gastos, prebendas y regalos del Estado –como los políticos, los gremios, los sindicatos y las regiones– que los tiempos han cambiado y que plata no va a haber en los próximos 12 a 14 meses.
Pero también se necesitan acciones contuntendes en otros frentes. Uno de ellos, estimular la construcción: al reactivarse mejora la generación de empleo.
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A este se suma acelerar el fracking y el cannabis medicinal, los otros dos frentes de negocios y crecimiento más grandes del país para los próximos 5 a 10 años. Así mismo, ejecutar las regalías de una manera estructurada y responsable, promover el crédito comercial y lograr a que los fondos de pensiones inviertan más en Colombia y menos en el exterior.
Un crecimiento alrededor del 3 por ciento está por encima del promedio regional pero lejos del requerido para reducir el desempleo y la pobreza. El país no puede ser conformista y hay que pensar en medidas para acelerar el paso, dados los vientos de recesión global.