SOCIEDAD
Crítica situación: casi 2 millones de familias colombianas están sin ingresos por la pandemia
La encuesta Pulso Social del Dane revela que, en septiembre, la situación era aún más compleja en Sincelejo, Cúcuta y Cartagena. Radiografía de la sociedad en la coyuntura del coronavirus.
No hay duda de que el coronavirus ha afectado a gran parte de la población. No obstante, los hogares pobres y vulnerables son los que más están sintiendo este golpe. Si el desempleo abunda en el país, en esta franja de la población, que en su mayoría ha vivido del rebusque, las dificultades aprietan más.
Las familias de estratos bajos han puesto la mayor cantidad de muertos por la pandemia, al tiempo que sus ingresos han caído, debido a la lenta recuperación económica.
Varios organismos, tanto locales como internacionales, ya han estimado que, este año, la pobreza aumentará por cuenta de la crisis que trajo la pandemia. Cálculos de Fedesarrollo señalan que esta situación podría afectar a la mitad de la población al cierre del 2020. Las cifras exactas solo se conocerán el próximo año, pero la realidad ya da cuenta de esta compleja coyuntura.
El Dane reveló este jueves las cifras actualizadas de la encuesta ‘Pulso social’, según la cual, en septiembre, el 23,5 por ciento de los hogares urbanos del país aseguró no tener ingresos. Se trata de 1,8 millones de hogares (unas 5 millones de personas) que no recibieron ni un peso por ingresos laborales. La situación es aún más crítica en Sincelejo, Cúcuta y Cartagena, donde la mitad de sus habitantes reportaron no tener ingresos.
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La reducción de gastos está llevando a las familias a disminuir sus alimentos. 1,2 millones de hogares pasaron de comer tres a solo dos comidas diarias, frente al año pasado. Esa crítica reducción de ingesta nutricional se sigue concentrando en Cartagena, Barranquilla, Sincelejo, Montería y Santa Marta, debido a que tienen altos índices de informalidad laboral.
El Dane encontró también que 6 de cada 10 familias en las 23 principales ciudades dijeron que su situación económica es peor ahora, si se compara con lo que vivían un año atrás. Y el 15 por ciento cree que, a futuro, el panorama estará peor, o incluso, mucho peor de lo que enfrentan en este momento.
Estos resultados van de la mano con las posibilidades de las personas de comprar ropa, zapatos, alimentos y otros artículos de primera necesidad. En este punto, casi el 80 por ciento de los hogares dijeron no tener mayores posibilidades de adquirir estos productos y apenas un 4,3 por ciento asegura sí tener mayores posibilidades.
Las cifras dan cuenta de la dura crisis, por reducción ingresos, por la que atraviesan los colombianos y son el reflejo de un menor crecimiento económico y un mayor desempleo, ambos explicados por las medidas de confinamiento y la coyuntura sanitaria.
Salud y vacuna de coronavirus
La encuesta de Pulso Social también trae una radiografía de la salud física y mental de los colombianos, así como su percepción frente a un posible contagio con covid-19.
En el primer caso, tres de cada cuatro familias están viendo su estado de salud en niveles buenos o muy buenos. Sin embargo, la mayoría está preocupado por un riesgo de contagio con coronavirus.
Llama la atención, eso sí, que a un 5 por ciento de los hogares les es indiferente el hecho de que puedan ser afectados por este virus.
Para el director del Dane, Juan Daniel Oviedo, “ciudades como Bogotá, Cartagena y Tunja deberían reflexionar, tener más conciencia y mejorar los niveles de autocuidado, pues tienen los índices más bajos de hogares muy preocupados por el riesgo de contagiarse”.
De forma paralela, el Gobierno tendrá una tarea monumental en pedagogía para cuando llegue una vacuna contra la covid-19. La razón es que se viene reduciendo el interés de los hogares en aplicarse el biológico: en agosto, el 70 por ciento dijo que se la pondría, frente a un 62,5 de septiembre.
Por ciudades, Pereira, Bucaramanga y Cali tienen las mayores tasas de personas que no se dejarían vacunar contra al coronavirus.
Finalmente, en cuanto a salud mental, el Dane revela que, en septiembre, el 43,4 por ciento de las mujeres que viven en zonas urbanas declararon sentir preocupación y nerviosismo. La cifra, que ya era alta en agosto, aumentó casi 5 puntos en el noveno mes del año.